En 2021 debemos de combatir otro virus mortal, al mismo tiempo que nos cuidamos del COVID-19. El virus mortal al que me refiero se llama fanatismo y es capaz de causar un daño terrible a las democracias e, incluso, provocarles la muerte.
El caldo de cultivo que permite que este virus mortal se reproduzca a una velocidad vertiginosa es la mezcla de ignorancia, intolerancia y miedo. Y ningún polo del espectro político tiene inmunidad, ataca por igual, tanto a izquierda como a derecha.
Este virus es capaz de infectar la mente, el corazón y el espíritu de las personas e, incluso, introducirse en el torrente sanguíneo de las instituciones e invadirlas hasta que éstas terminan atacando a aquellos a los que se supone debían defender: los ciudadanos.
¿Te imaginas una agencia de noticias del Estado dedicada a atacar a los opositores de un gobierno? ¿Fuerzas armadas castrenses que ocupan cada vez más espacios de poder y administración en un gobierno civil? ¿Una política de vacunación que seleccione los grupos con criterios de conveniencia electoral? ¿Analistas y caricaturistas políticos con línea, dirección e intensidad dictada desde una oficina de gobierno? Que sucediera eso sería terrible. Que no nos demos cuenta, sería peor.
Una vez que infecta a su huésped, éste pierde paulatinamente –en este orden–, la capacidad de escuchar otras ideas y razones; su capacidad de argumentar y dialogar; sus ojos se dañan y es incapaz de ver como sus iguales a los otros, a los diferentes, a los de enfrente; y en su peor etapa de infección, este virus potencia la ira y la violencia de sus huéspedes. ¿Se acuerdan del asalto al Capitolio?
Este virus está esparcido por todo el mundo, México incluido. Tú has visto sus efectos mortales varias veces en el pasado. Por ejemplo, en eventos de naturaleza electorales en Oaxaca, Guerrero, Chiapas o el Estado de México, por mencionar solo algunos episodios. Y este año hay elecciones en todo el país.
México ha recibido varias dosis de vacunación en distintos momentos de su vida, por ejemplo en 1977, 1994, 1996 y 2011, con las reformas política, judicial, electoral y de derechos humanos, pero todavía no genera los anticuerpos suficientes para identificar, contener y aislar fácilmente a este virus mortal. Y la nueva cepa parece ser más resistente y agresiva por lo que este año nuestro sistema de salud política va a ser puesto a prueba.
Durante 2021 debemos de prestar mucha atención. No queremos ser asintomáticos, pero contagiosos. Hay varias pruebas sencillas nos pueden ayudar como alertas tempranas de que hemos contraído el virus del fanatismo.
1. ¿Sólo sigues en redes sociales a aquellos que piensan como tú?
2. ¿En tus grupos de redes sociales solo compartes memes que caricaturizan a “los otros” pero nunca a “los tuyos”?
3. ¿Defiendes toda acción u omisión de los políticos de tu preferencia, sin importar lo desafortunada que sea? En otras palabras, ¿opinas que los políticos de tu preferencia son infalibles?
4. ¿Te enojas cuando alguien critica tus ideas políticas y te gustaría callarlo inmediatamente?
5. ¿Para ti dialogar es sinónimo de descalificar?
Si contestaste que sí a tres o más preguntas, preocúpate. Sobre todo porque en 2021 tendrás que adoptar una posición al respecto de varios temas de política, que afectan directamente tu calidad de vida en comunidad. Aquí algunos de ellos:
Paridad de género
Este año deberás de exigir a los partidos políticos que no piensan como tú y también al que sí lo hace, que en la boleta electoral aparezcan igual número de hombres y mujeres. A este país le conviene que las niñas puedan inspirarse en diputadas, presidentas municipales, senadoras, gobernadoras y presidentas para que cuando ellas crezcan lo hagan mucho mejor. Necesitamos mejores personas en el gobierno.
Violencia política por razón de género
Necesitamos evaluar el trabajo de las mujeres que se dedican de manera profesional a la política, pero al hacerlo debemos de referirnos a sus logros y sus fracasos profesionales, no a su vida personal o su imagen, ni utilizando estereotipos y mucho menos descalificativos por razón de su género.
Reelección legislativa
Por primera vez en décadas, las diputadas y diputados que están en funciones podrán regresar con sus electores para pedir, de nuevo, su voto y conservar su cargo público para darnos un servicio público. Cuando vayan a tu casa, oficina o pantalla, pregúntales: ¿cómo votaron en los temas públicos de relevancia local o nacional como presupuesto, contrapesos políticos, rendición de cuentas, combate a la corrupción, libertades civiles?
Órganos constitucionales autónomos
¿Tienes una opinión informada del tema? Hay muchas afirmaciones simplonas y equivocadas respecto a los órganos constitucionales autónomos. De entrada, no necesariamente es fácil identificarlos. Aquí un botón de muestra: ¿La UNAM es un órgano constitucional autónomo?
Ahora, una vez reconocido lo anterior, prepárate para entrar el tema de su utilidad o inutilidad a través de argumentos. Esos argumentos pueden ser históricos, presupuestales, jurídicos o políticos. Recuerda que argumentar es convencer, no ofender.
Salubridad pública
¿Ya tienes tu opinión respecto de quién debe de ser vacunado primero y por qué? ¿La manera en la que se propone es la mejor para todas y todos o solo para algunos? ¿Esos algunos son empresarios corruptos, ciudadanos conservadores, políticos oportunistas o personas como tú que simplemente piensan diferente? Construye tus respuestas con información (los memes no cuentan) y compara tus respuestas con otras provenientes del grupo de enfrente, ¿coinciden en algo? ¿Nada de lo que escuchas proveniente del otro grupo tiene sentido? ¿En una sociedad tan plural como la mexicana solo tu grupo tiene razón?
Vivir en una democracia no es sencillo, pero es mucho mejor que vivir en un régimen autoritario. Las repúblicas democráticas son instituciones vivas que pueden enfermar e incluso morir. Intentemos que la nuestra no sea infectada por este mortal virus. Cuídate y cuídanos todos. No seas asintomático pero infeccioso.
Otro título del autor: El 2020, un año para recordar
