Activista sufre 11 atentados en 12 años por defender a comuneros

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Escuchar la historia de Alma Barraza es conocer de primera mano el acoso del gobierno contra una persona: ocho órdenes de aprehensión, tres detenciones arbitrarias y 11 atentados dan cuenta de la vida que ha llevado y que le han hecho llevar desde 2010.

Ese año, casi por accidente, la abogada Alma Barraza comenzó a defender a una comunidad campesina en Sinaloa. Ahora se encuentra desplazada, en un exilio forzado, pues aunque en ese estado han pasado tres gobernadores desde que ella empezó su activismo, muchas de las personas que la amenazaron aún continúan en posiciones del gobierno.

Todo empezó cuando un regidor amigo de su familia le dijo que los comuneros de la Presa Picachos, un megaproyecto que afectó a seis comunidades agrícolas en el sur de Sinaloa, necesitaban asesoría legal.

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Barraza conocía el caso, pues detonó un largo conflicto que comenzó en 2006, y en el año en el que comenzó a trabajar con los comuneros, el entonces gobernador Jesús Aguilar Padilla, del PRI, expropió terrenos para construir la presa

Sin embargo, Barraza interpuso un amparo a nombre de los comuneros de la Presa Picachos y frenó la expropiación

Foto:Cuartoscuro

“Cuando se da cuenta que yo le interpuse un amparo y que está trabado el procedimiento, y que no van a poder expropiar, entonces se lanza contra mí. En febrero del 2010 me liberan una orden de aprehensión”, nos relató en entrevista. 

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Para evitar ser detenida, Alma tramitó un amparo, pero eso no importó. En 2011, dos sujetos intentaron llevársela en una camioneta afuera de los juzgados de Mazatlán. Un juez intervino y ratificó que Alma tenía un amparo, sin embargo los dos sujetos se rehusaron a mostrar identificaciones y afirmaron que solamente querían que ella viera “al jefe”, cuya identidad tampoco revelaron. 

Días antes, recuerda, el entrante gobernador Mario López Valdez, del PAN, informó que unas camionetas de la Fiscalía habían sido clonadas por delincuentes que estaban “levantando” y asesinando a personas.

Esa fue la primera represalia del gobierno estatal en contra de la abogada. 

Hostigamiento, detenciones arbitrarias y ataques

En noviembre de 2012, el expresidente Felipe Calderón fue de gira a Sinaloa. El objetivo era inaugurar la presa Picachos, que ni siquiera había sido construida porque todavía faltaba expropiar los terrenos de los comuneros representados por Alma Barraza. 

Aquella vez, Calderón solamente inauguró la cortina de una presa inexistente, pese a que el exgobernador Mario López Valdez , ‘Malova’, aseguró que nada detendría la construcción de la obra. 

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Según Barraza, este hecho fue el que aumentó el hostigamiento del que era objeto y que iba desde policías o sujetos persiguiéndola, camiones que la sacaban de la carretera en presuntos accidentes y hasta fallas mecánicas en su camioneta, como la falta aparentemente provocada de tornillos en un eje. 

“Cuando Calderón va a Sinaloa le hicimos una manifestación. La prensa criticó a Calderón porque dijo que había inaugurado una presa que ni siquiera estaba expropiada, la prensa internacional también criticó al gobierno de Calderón y obviamente al ‘Malova’ le dio más coraje porque hizo el ridículo y puso en ridículo al presidente de México y pues se fueron otra vez contra mi”, nos relató. 

Unos meses después, el 10 febrero de 2013, mientras los comuneros y Alma preparaban una manifestación para realizarla durante el carnaval de Mazatlán, policías ministeriales la “levantaron”. Alma nos contó que unos agentes la golpearon y la subieron a una camioneta que enfiló hacia las afueras de la ciudad. Ella reconoció que la llevaban hacia El Recodo, una zona ubicada en las periferias de Mazatlán donde se han ubicado fosas clandestinas, por lo que pensó que la asesinarían. Después de dar vueltas por unas horas, los policías ministeriales recibieron por radio la orden de regresar y consignarla. 

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En la base de la Policía Ministerial, Alma fue presentada junto con otros 26 comuneros detenidos, pero una vez dentro de los separos, un comandante ordenó que la golpearan en la cabeza, para que no se le notaran las heridas. 

“Ojalá me hubieran amenazado. Yo hubiera sabido y habría estado preparada, me habría podido defender. Pero nunca me amenazaron. Ellos te van a matar y ya”, nos dijo.

Alma Barraza fue liberada, pero un par de meses después el ex alcalde de Mazatlán, Alejandro Higuera Osuna, la mandó detener en un operativo en el que participaron 108 elementos de la policía municipal

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Ante el acoso, Alma recurrió al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Pero en 2016 se le retiraron las medidas y solamente permaneció con dos escoltas, uno de los cuales murió un año después, cuando Alma fue atacada a balazos en el kilómetro 120 de la carretera Culiacán-Mazatlán.  

Una noche bajo fuego

La noche del miércoles 22 de marzo de 2017, Alma Barraza circulaba en su camioneta Honda CRV junto con sus dos escoltas cuando un vehículo Jeep Cherokee se le emparejó en la Maxipista de Mazatlán. En la camioneta viajaban unos sujetos equipados con fusiles y armas de grueso calibre que obligaron a la abogada a detenerse. 

Pero cuando los sicarios estaban por llevársela sus escoltas reaccionaron y se enfrentaron a tiros con los individuos. En la balacera sus dos escoltas resultaron heridos y uno murió más tarde, cuando lo llevaron al hospital.

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“Los tipos se acabaron las balas, creyeron que estábamos muertos y se fueron”, nos relató Alma. También nos dijo que unas horas antes, en la caseta de cobro de Costa Rica, de esa autopista, había intentado pedir ayuda a la Policía Federal, pero al bajar de su vehículo unos “halcones” le tomaron fotografías.

Ella de inmediato le marcó a Christian de la Rosa, quien ese entonces ya estaba al frente del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, y a Patricia Colchero, para darles aviso de que estaba en riesgo, pero no hubo respuesta. 

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“Cuando yo pido el apoyo al Mecanismo y les digo que nos están disparando, que nos ayuden, tampoco hicieron nada”, recordó.  

Ahora, nos dijo, buscan retirarle la protección del mecanismo y regresarla a Sinaloa, de donde salió hace cinco años. Sin embargo, nos comentó, muchas de las personas que la hostigaron desde el gobierno, como el ex alcalde de Mazatlán, Alejandro Osuna Higuera, todavía permanecen en el poder -ahora como secretario particular del gobernador Rubén Rocha Moya-, o el presidente municipal de Ahome, Gerardo Vargas, quien fue secretario de Gobierno de la administración de Mario López Valdez.

“¿Usted cree que esto ya acabó y me puedo sentir segura?”, concluyó. 

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