Conservadores vs progresistas: ¿qué significa eso que tanto repite AMLO?

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En pleno siglo XXI, el presidente Andrés Manuel López Obrador se regresó 200 años en la historia de México para dividir en conservadores y progresistas a quienes están en contra o a favor de sus ideas.

Pero, ¿a qué se refiere el mandatario cuando utiliza ambos conceptos? Y de acuerdo a sus acciones, ¿él dónde encaja?

Cuestiene consultó a los especialistas Lorenzo Meyer, Gustavo Rentería, Rodrigo Salazar y Ricardo Pascoe para entender lo que tanto repite López Obrador, más allá de ubicar a unos como aliados y a otros como rivales.

¿Quiénes son los conservadores?

“La categoría de conservadores le queda como anillo al dedo a aquellos que no desean ningún cambio realmente profundo, sino ciertas adecuaciones para mantener, básicamente, el mismo arreglo en lo económico, social, cultural y político”, afirmó el historiador y académico, Lorenzo Meyer.

Para el periodista y también académico Gustavo Rentería, los conservadores  “son todos aquellos que se niegan al cambio, que quieren quedarse estáticos porque han sido un grupo privilegiado. Son un grupo de personas que, a través de lo que el presidente llama un sistema corrupto, crearon un engranaje perfecto para privilegiarse y servirse con la cuchara grande del poder”.

El profesor e investigador de Flacso MéxicoRodrigo Salazar, señaló que “un conservador lo que busca es que la historia no cambie. Es un obstáculo para el progreso”.

Está ligado a las ideas y tradiciones tanto religiosas como sociales, explicó por su parte el exembajador de México en Cuba y fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Ricardo Pascoe.

“En la tradición anglosajona, los conservadores pertenecen al partido Tory, que es donde se introduce el concepto, responden a los intereses de la gente que no buscaría un cambio sustantivo a las condiciones de vida, al modelo económico”, agregó Pascoe.

¿Y los progresistas?

“En el concepto de statu quo (condiciones que prevalecen en un momento histórico) y de una visión de lo que es la sociedad mexicana en su estructura económica, política y cultural, los progresistas son quienes buscan modificar cualquiera de esas estructuras, o todas en su conjunto, en función de las demandas y necesidades de los grupos sociales que históricamente han sido más desprotegidos”, señaló Lorenzo Meyer.

Para Gustavo Rentería, “son aquellos que quieren derrotar al viejo régimen, y el presidente López Obrador ha logrado, con esta confrontación entre liberales, progresistas y conservadores, crear una revolución de conciencia. Hay progresistas en cuanto al matrimonio igualitario, en cuanto a quienes respetan que la mujer haga con su cuerpo lo que le venga en gana. Progresistas son aquellos que quieren que el modelo económico cambie completamente”.

Rodrigo Salazar fue breve: se define como alguien que busca una evolución en el mejoramiento de la humanidad.

Para Ricardo Pascoe, los progresistas, a diferencia de los liberales -donde también le gusta ubicarse a López Obrador- “no están preocupados por el tema de las libertades, sino por la gestión gubernamental para orientar los recursos públicos y propiciar un reparto más equitativo; utilizar al Estado como instrumento para poner en práctica políticas más equitativas”.

Y a todo esto, ¿dónde encaja el presidente?

Lorenzo Meyer lo tiene claro. “No hay duda que en la parte progresista. Cuando propone que parte de los muy escasos ingresos públicos se destinen a pensiones o subsidios para las personas de la tercera edad, a los jóvenes para que sean aprendices y luego puedan entrar en mejores condiciones al mercado de trabajo, en el programa Sembrando Vida, etcétera (…) No es difícil poner a Andrés Manuel del lado de los progresistas”.

Gustavo Rentería lo duda. “El presidente es un gran liberal del lenguaje, pero un conservador en su actuar diario. Hablemos del tema religioso, pareciera que un hombre de izquierda, un hombre que dirige un movimiento social como Morena, es incapaz de aceptarse que profese una religión y utiliza, cada vez que puede, conceptos cercanos al cristianismo”.

En el mismo sentido, Rodrigo Salazar menciona que cuando López Obrador se proyecta como un continuador del pensamiento de Benito Juárez, “es fácil recriminarle su relación y discursos con la religión y disposición de darle apertura a los grupos religiosos. El discurso religioso se considera un discurso conservador. Además de que ha tenido poca apertura hacia el tema de los derechos de homosexuales o la interrupción del embarazo”, sostuvo.

Ricardo Pascoe señala que es una mezcla de ambos. “En términos de su idea que proyecta en las mañaneras es muy conservador, porque es moralizador de un ethos (comportamiento) cristiano, en ese sentido es muy conservador. Sin embargo, coincide con los progresistas en la utilización del Estado para tratar de promover y estimular un reparto más equitativo de la riqueza nacional”

Esta situación tiene sus riesgos, porque de acuerdo con el diplomático, reduce las facultades del Estado, para que el presidente pueda repartir a su antojo más recursos a otros segmentos de la sociedad, que identifica como los más desprotegidos.

Con base a la postura de los expertos, ¿dónde ubicarías al presidente López Obrador y donde te ubicarías tú? ¿Entre los aliados o los rivales? ¿Del lado de los progresistas o los conservadores?

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