El discurso del gobierno criminaliza y desacredita las movilizaciones feministas

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A través de su discurso, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha desacreditado y estigmatizado al movimiento y a las protestas feministas durante los tres años que van de su sexenio. El mandatario ha calificado de violentas, conservadoras o de que su movimiento está infiltrado por la derecha.

Apenas en la conferencia matutina del pasado martes 8 de marzo el mandatario volvió a afirmar, como lo hizo el día anterior, que la marcha en la Ciudad de México por el Día Internacional de la Mujer sería violenta y que se buscaba dañar a su gobierno.

“Sí, sí, porque hay mucha infiltración del conservadurismo, de derecha, mucha infiltración, y entonces lo que quisieran es hacer un espectáculo de violencia, que pudieran quemar las puertas de Palacio, meterse incluso al Palacio, a la Catedral para que sea noticia mundial, porque a ellos no les importa el daño que le puedan causar al país”, aseveró el presidente López Obrador.

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A pesar de que mayoritariamente las protestas feministas han sido pacíficas, que las autoridades las señalen como violentas ha generado un ambiente hostil al derecho de reunión de las mujeres, deslegitima su activismo y facilita que tanto autoridades como particulares ejerzan violencia en su contra, como lo documentó Amnistía Internacional en el informe “La Era de las Mujeres”.

El discurso que estigmatiza a las mujeres que protestan y que se emite desde las más altas esferas del poder va generando un efecto cascada y termina enviando un mensaje de impunidad a quienes agreden, nos comentó en entrevista Itzia Miravete, coordinadora de Prevención en Artículo 19, organización social que ​​defiende la libertad de expresión y el derecho a la información.

“Como ya se dijo desde presidencia de la República que quienes se manifiestan son opositoras, conservadoras, eso es básicamente un permiso para agredir. Porque si te agredo es porque estoy defendiendo al gobierno y al proyecto de nación que representa Andrés Manuel López Obrador”, explicó.

Efecto cascada o la repetición de estigmas contra las feministas

Para la defensora de derechos humanos esta estigmatización ha sido una constante durante la administración del presidente López Obrador y por eso también considera que se registran más agresiones de parte de instituciones policiales contra las colectivas y las manifestantes.

El “efecto cascada” significa que estos discursos presidenciales se replican o repiten en otros niveles de gobierno, como en la Ciudad de México, nos dijo Itzia Miravete. 

En el contexto de la marcha del 8 de marzo pasado, el secretario de Gobierno y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México emitieron “discursos que terminaban estigmatizando porque daban a entender que se iba a poner peligroso, incluso hubo tuits de Martí Batres afirmando que estaban decomisado material peligroso cuando solo eran bengalas”.

Además, Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador de Michoacán, afir que la marcha por el 8 de marzo en esa entidad iba a ser violenta antes de que sucediera. Comparó la supuesta violencia que cometerían las mujeres durante la manifestación con la violencia ocurrida en el estadio La Corregidora de Querétaro.

“No se puede combatir la violencia con más violencia. Eso está demostrado. Lo que se procura es que haya una manifestación, pero que no se caiga en la violencia. Sabemos (que) la mayoría de las manifestaciones van a ser pacíficas, pero también hay quien está alentando la violencia. Eso no puede ser. Vean lo que pasó en Querétaro, en el fútbol”, dijo el gobernador.

Las colectivas y el movimiento feminista en Michoacán exigieron disculpas públicas al gobernador por estas declaraciones; además de un alto a la criminalización del movimiento feminista, ya que en Morelia hubo represión contra manifestantes y agresiones contra periodistas que cubrieron la protesta.

La doctora Andrea Samaniego Sánchez, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, destacó que Morena publicó el 9 de marzo en sus redes sociales la imagen de una manifestante abrazando a una policía junto a la frase “Con abrazos y no balazos demostramos que sí se puede protestar sin violencia”.

La especialista en análisis del discurso político advierte que en los hechos con la difusión de esta imagen, desde la narrativa del gobierno, se asocia al movimiento de mujeres con el crimen organizado o con un movimiento “casi delincuencial”.

“¿Qué es lo que están queriendo decir el gobierno y el partido gobernante? La misma estrategia para combatir a la delincuencia es la estrategia para atender a las mujeres. O lo peor, al movimiento feminista lo equiparan con el crimen organizado, porque esa es la estrategia para atender el problema de inseguridad: ‘Abrazos no balazos’”, señaló.

Además, como parte de la estigmatización del feminismo, el discurso presidencial construye la idea sobre qué es ser una mujer “buena” que protesta de forma pacífica ”según lo que ellos entiendan por pacífico”. Y qué es ser una mujer “mala” como aquella que grita, hace pintas o “es pagada por los conservadores” para desestabilizar al gobierno, nos dijo en entrevista.  

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Represión en Michoacán y Tlaxcala el 8M

La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos Región Michoacán y la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México denunciaron que durante la marcha del 8M en Morelia hubo detenciones arbitrarias de por lo menos 13 mujeres, entre ellas 5 menores de edad (que ya están libres), además de que la policía usó gas lacrimógeno, balas de goma y cohetones que lesionaron al menos a 32 periodistas y manifestantes.

De acuerdo con las organizaciones civiles, esto no es un suceso aislado en el estado, pues en los primeros dos meses de 2022 se han documentado 14 agresiones (detenciones arbitrarias, violencia física y verbal) contra defensoras de derechos humanos.

De igual forma, en Tlaxcala también se registraron 12 personas detenidas (que ya están libres) y agresiones contra participantes en la movilización del 8M. La Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala denunció en sus redes sociales agresiones en contra de integrantes de medios de comunicación.

Mientras que en la marcha en la Ciudad de México, el Frente por la Libertad de Expresión y la Protesta Social y la Red #RompeElMiedo, redes de personas y organizaciones defensoras de derechos humanos que monitorean marchas en todo el país, señalaron la presencia de la Secretaría de Marina (SEMAR). 

“La criminalización previa a la protesta es un elemento discursivo que permite justificar la alta presencia de fuerzas de seguridad en el centro de la ciudad, que en esta ocasión incluyó un grupo de antimotines de la SEMAR”, indicaron en un comunicado.

Asimismo, documentaron “el incumplimiento de los protocolos de actuación policial en contexto de protesta, así como actos de violencia en los que estuvieron involucrados cuerpos de seguridad de la Ciudad de México”, como revisiones injustificadas, robos de mochilas, uso excesivo de polvos de extintor, uso de gases tipo pimienta que afectó a alrededor de 300 manifestantes y agresiones contra el Colectivo Brigada de Paz Marabunta.

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Próximas marchas y protestas feministas

Si la estigmatización y la criminalización de las movilizaciones feministas siguen, se prevé que continúen los actos de represión, “incluso podría empeorar, esperemos que no”, nos dijo Itzia Miravete, de Artículo 19.

Por esto, la exigencia es que las autoridades detengan la estigmatización, reconozcan las demandas de las mujeres y la importancia de ejercer el derecho a la protesta, el derecho de defender derechos humanos y de ejercer la libertad de expresión.

Igualmente, como nos compartieron integrantes de Amnistía Internacional es “motivo de preocupación la narrativa que estigmatiza las protestas como violentas, antes, incluso, de que las mismas se lleven a cabo”.

Miravete explicó que es necesario regular y revisar los protocolos de uso de la fuerza, desde un enfoque de derechos humanos, para saber “qué es lo que está saliendo mal y cómo prevenir actos de represión”.

El 8 de marzo, en Jalisco, Guanajuato y Chiapas no ocurrieron incidentes violentos, lo que demuestra que sí se pueden prevenir, resaltó. “Pero si el primer mensaje de la autoridad es estigmatizar y realizar operativos desde un enfoque discriminatorio, aunado a la molestia de las mujeres por la impunidad y la violencia que viven diariamente, pues eso no abona a generar un clima de paz”.

Como sostienen las organizaciones, las mujeres y grupos feministas tienen derecho de expresar su hartazgo y a exigir justicia por la falta de respuestas de las autoridades ante la violencia feminicida y por la incapacidad de las autoridades para prevenir y atender las causas que genera la violencia. 

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