Divorcios en aumento: hijos e hijas, los más afectados

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Hablar mal de papá o mamá, mala idea después de divorcios

En México la promesa del amor eterno dura poco. Tres de cada 10 personas que se casan en nuestro país, se divorcian, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Además cada vez hay más divorcios en nuestro país. De 2000 a 2017 los casos se incrementaron 182%, en el año 2000 se divorciaron 52 mil personas y en 2017, 147 mil, reporta el INEGI.

Cuando un matrimonio sin descendencia se disuelve, la separación suele ser más fácil. El problema viene cuando la pareja sí tuvo hijos o hijas y después del pleito del divorcio, viene el de la custodia.

“Existe una confusión en lo familiar, el derecho a convivir con los padres es de los menores de edad no de los padres, los derechos que se deben de cuidar son de los niños y niñas”, dice el abogado Mauricio Esquivel Flores, especialista en materia familiar.

Los derechos principales de las y los menores de edad –explica Esquivel Flores– es a la alimentación, educación y al régimen de convivencia (tienen derecho a convivir con ambos padres).

No es raro que cuando comienza la disputa por la custodia en un divorcio, las parejas prohíben que las personas menores de edad vean a su madre o padre o incluso les impiden comunicarse por teléfono, a ésto se le conoce como alineación parental y se considera maltrato infantil.

Afectaciones psicológicas

Lilia Joya, psicóloga infantil de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica que el síndrome de la alienación parental aparece cuando padres y madres pelean por la lealtad de sus hijos e hijas y se dedican a devaluar al otro, y el padre o madre alienador intenta “lavar el cerebro” de los menores de edad, para ponerlos en contra del otro padre o madre.

Esto se traduce en una agresividad entre las personas adultas, a través de los hijos e hijas; esto tiene un efecto rebote sobre los menores, explica Joya: “Afecta principalmente al desarrollo de los niños y niñas, los comentarios que va a escuchar sobre su mamá o papá va a afectar sus relaciones personales para toda su vida”.

Los niños y niñas pueden absorber estos comentarios negativos en contra de su mamá o papá como esponjas y sentirse confundidos. De hecho, explica la psicóloga, pueden llegar a manifestar ansiedad, depresión, problemas de autoestima, y conductas agresivas “porque están perdiendo la conceptualización de ellos mismos y de su vínculo familiar”.

“Los padres se olvidan que de quién están hablando mal es de la mamá o el papá de sus hijos, sólo piensan en la afectación de sus exparejas”, por eso Joya, dice que es importante que la alienación parental sea regulada a nivel legal.

¿Y quien piensa en la niñez? Sí pueden opinar.

El abogado Esquivel Flores explica que las niñas y los niños también tienen voz y voto y pueden dar su opinión para decidir con quién quedarse, incluso se toma en cuenta cuando deciden estar cerca de sus hermanos y hermanas (cuando los hay), pues muchos padres optan por “repartirse” a los menores.

La alienación parental es reconocida como violencia intrafamiliar y antes era un factor determinante en la custodia compartida, sin embargo, en 2017 la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que este síndrome no era motivo de la pérdida de la patria potestad de un o una menor.

¿Qué deben hacer los papás y madres?

Se recomienda:

-No involucrar a los niños y las niñas en la decisión del divorcio

-Que la pareja comunique a los hijos e hijas sobre esta decisión, una vez tomada

-Recalcarles que, aunque ya no estén juntos, ambos seguirán siendo su mamá y papá

-Por muy difícil que sea la relación entre el padre y la madre, evitar caer en comportamientos negativos para los menores y así cuidar su estabilidad emocional

-Reconocer que los niños y niñas tienen derecho de ver a ambas partes

-Cuidar los vínculo afectivos filiales de la niñez 

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