¿Por que marchaban, marchan y marcharán las mujeres?

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Hoy el movimiento feminista es un referente para la lucha por derechos, nos cuenta María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, sin embargo no siempre ha sido así. 

En los años noventas Luz Estrada, Carmen Garcia y María Guadalupe Ramos entraron a un movimiento pequeño, complicado y muy criminalizado: el feminismo. Hoy 25 años después nos cuentan como ha cambiado la sociedad mexicana en torno a la lucha por los derechos de las mujeres. 

Las demandas de entonces

La historia de Luz Estrada en el feminismo comienza en la iglesia católica. En un espacio que para muchos parece un antónimo del feminismo, nos cuenta la activista, comenzaron las mujeres a reflexionar tanto su rol en la institución, como su sexualidad y reproducción

Nos platica que fue el tema del aborto lo que la acerca al feminismo. El derecho a decidir ha sido “una de las viejas demandas de las mujeres”, nos explica, y como parte de la organización Católicas por el Derecho a Decidir fundó la Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir en 2003.

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La activista recuerda que en estos primeros años de su participación en el feminismo las movilizaciones “eran muy pequeñas” y aunque el tema de la violencia estaba presente, “no era una demanda central”. Este lugar lo ocupaba la lucha por el reconocimiento de los derechos reproductivos y de ciudadanía de las mujeres. 

María Guadalupe Ramos es doctora, activista, abogada y académica jalisciense. Ella entra al feminismo como parte de un ejercicio de autoconciencia, nos explica, se asume feminista como un acto político frente a la sociedad ya que cuando ella entra al movimiento el simple concepto era “denostativo”. Hasta 2008 el nombrar al movimiento de derechos de la mujer como feminisita o no, seguía siendo un debate interno, recuerda. 

Lupita, como también es conocida, es vicecoordinadora del Comité de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) una red regional feminisita y maestra en la Universidad de Guadalajara. Ella también recuerda que al frente y centro del movimiento cuando ella comenzó a militar estaba el tema del derecho a decidir. 

De igual forma la paz, los derechos laborales y el derecho a una ciudadanía plena, han sido parte de las demandas desde mucho antes que el movimiento asumiera un nombre. El derecho a vivir una vida libre de violencia, nos explica la abogada, es una demanda relativamente nueva para el movimiento. 

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Por su parte, Carmen García, Coordinadora Estatal del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio en Colima, también considera que a las demandas del movimiento cuando ella se incorporó más de veinte años antes, como lo era el derecho a decidir, se le han ido sumando temas como la violencia debido al aumento sin precedentes en este fenómeno. 

Las demandas de ahora

“Ni una más” se escucha en las marchas “ni una más, ni una asesinada más” cantan miles de mujeres en las calles de todo el país. 

La violencia, coinciden las tres, es la demanda principal del movimiento actualmente y esto no es coincidencia: “a medida que las mujeres avanzamos han ido creciendo las violencias contra nosotras”, nos explica María Guadalupe Ramos.

Pero no solo fue esta transgresión de los roles de género lo que ocasionó el aumento en violencia, es imposible ignorar el contexto generalizado de violencia criminal que existe en todo el país para entender la violencia contra las mujeres, nos recordó Carmen García.

El aumento sin precedentes de los feminicidios ha obligado no sólo al movimiento, sino al país entero, a voltear a ver al movimiento y tomar en serio sus demandas. Como fundadoras y parte del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio las tres mujeres han estado al frente de los esfuerzos para erradicar la violencia de género, sobre todo en su última expresión: el feminicidio. 

Lo que en un inicio parecía un fenómeno regional de Ciudad Juárez es ahora la realidad de todo el país. Miles de mujeres son asesinadas cada año, la cifra oficial es por lo menos 10 al día, sin embargo, Luz Estrada considera que son más las mujeres que mueren solo por serlo.

“Lo que no nombras, no existe”, nos dijo Luz Estrada, he ahí la importancia del trabajo de las feministas como ellas que ante la violencia letal contra la mujer lucharon porque se reconociera el crímen de feminicidio en México. 

“Esta violencia que mata es estructural”, dice Luz Estrada, quien considera que el movimiento no puede valerse solamente de campañas o acciónes concrertas, si la violencia feminicida es parte de la estructura social eso es lo que se debe luchar por cambiar, “de lo contrario se siguen reproduciendo” estas violencias. 

Que ha cambiado en el movimiento feminista

En el fondo las demandas siguen siendo las mismas pero como nos explicó la Dra. Lupita Ramos  “lo que han cambiado son las maneras y las formas”. En los últimos cinco años, recuerdan las tres, el movimiento ha llegado a un tamaño inimaginable hace 20 años. Miles y miles de jóvenes “irrumpieron” en el movimiento con una nueva manera de ver las cosas.

“Vienen a pintar de luces, color y brillitos el movimiento”, nos dijo Ramos, quien considera que para entender el movimiento actual es fundamental entender el arte que lo ha acompañado. Las feministas más jóvenes han introducido al movimiento “la música y el arte como instrumento de lucha política”, nos explicó. 

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Las batucadas feministas, las canciones, los murales, los performances, etc. todos son parte de la nueva cara de un feminismo que si bien sigue reclamando derechos fundamentales, lo hace desde muchos frentes y muchas disciplinas. 

En cuanto esta nueva ola de feministas que se han ido incorporando en los últimos años, Carmen Garcia destaca la importancia de Marea Verde, un movimiento cuyo objetivo es la despenalización del aborto, ya que este se encuentra detrás de las marchas recientes en Colima. 

Qué le espera al movimiento feminista

Si bien se ha ganado mucho en lo normativo, coinciden las tres activistas, todavía falta mucho que pelear sobre todo en el tema de violencia. Es momento, nos explica Luz Estrada, de “materializar los derechos que hemos ganado en lo formal”. 

Los avances más importantes que vemos son los avances normativos porque “son los que le convienen al estado” nos aclara María Guadalupe Ramos. Lo que se está viendo en estos momentos es una violencia “en respuesta a los logros y avances que hemos tenido”. La violencia actual tiene la intención de regresar a las mujeres a lo privado, de sacarlas de los espacios que están ocupando, considera la abogada.

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El cuestionamiento debe hacérsele al estado mismo, explica, ya que desde su diseño está hecho para oprimir a las mujeres. “Hay que cuestionar estos cautiverios” concluye. 

Por su parte Carmen Garcia espera que “vengan más jóvenes con nuevas formas de lucha” que impulsen el movimiento todavía más. 

Décadas después de que estas tres mujeres entraran al movimiento feminista, si bien son muchas más las que salen a las calles, en el fondo el reclamo fundamental es el mismo: dignificar la experiencia de ser mujer.

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