Es marzo de 2020. Unas 10 estudiantes de la Universidad Iberoamericana, campus Ciudad de México, colocan un tendedero para denunciar por acoso sexual a un sacerdote de nombre Benjamín, quien estudia la Maestría en Derechos Humanos. “Habíamos dejado pasar sus comentarios, lo habíamos normalizado, pero al compartir nuestras experiencias concluimos que el acoso de su parte fue sistemático, y hasta seguía un patrón”, dice una alumna.
Como te contamos en esta nota en la que Cuestione consignó esa protesta, la importancia de los tendederos para denunciar la violencia sexual en las universidades radica en que, al igual que el movimiento #MeToo -surgido en 2017 para denunciar en redes sociales el acoso en EU-, las mujeres se sienten seguras pues la denuncia es anónima y colectiva, lo que también permite que muchas se vean reflejadas en el testimonio de otras y decidan hablar.
Esa movilización en la Ibero fue hace tres años, pero no fue la primera en su tipo y ni ha sido la última. Y es que al menos desde 2018, alumnas de distintas escuelas de la UNAM alzaron la voz para denunciar a sus acosadores (profesores, compañeros y personal administrativo). Dos años después, en 2020, estudiantes de diversas universidades en todo el país siguieron el ejemplo y exhibieron los nombres y fotos de sus agresores.
Según han reportado los medios, los “tendederos del acoso” han sido una herramienta para que las jóvenes estudiantes denuncien públicamente, dentro de sus instituciones, a profesores, alumnos y personal administrativo que de alguna manera las violentaron.
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Más recientemente, en marzo de 2023, cinco unidades de la Universidad Autónoma Metropolitana estuvieron en paro en protesta por el abuso sexual contra una estudiante por parte de su compañero de carrera y ex pareja. En ese momento se informó que aunque el presunto abusador fue expulsado, la comunidad estudiantil, y particularmente las mujeres, afirmaban que las autoridades universitarias “estaban protegiendo” a los culpables.
Crean unidad especial
El 4 de mayo de 2023, la Fiscalía General de Justicia de la CDMX inauguró la Unidad de Investigación de Delitos Sexuales cometidos en agravio de Estudiantes de Educación Media Superior y Superior, a fin de dar respuesta a las víctimas “de forma rápida, empática y protectora en espacios idóneos”, explicó la titular de la FGJ, Ernestina Godoy.
Para detallarnos más el funcionamiento de esta nueva Unidad de Investigación y abordar la situación del acoso sexual en universidades y preparatorias capitalinas, la coordinadora de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas de la FGJ, Sayuri Herrera, nos dijo que la creación de esta instancia responde a una demanda histórica de las universitarias para que se erradique la violencia de género de los espacios educativos y accedan a la justicia.
“Las universidades han estado trabajando en hacer protocolos para erradicar la violencia de género en espacios educativos; sin embargo, nos parece importante fortalecer la coordinación, comunicación y colaboración con las distintas instituciones para que la Fiscalía tenga conocimiento temprano de las denuncias y pueda investigar”, abundó la abogada.
Herrera, quien ha sido defensora de derechos humanos en organizaciones civiles, nos aclaró que aún hay un desconocimiento del procedimiento de denuncia, además de que “sabemos que hay miedo a denunciar porque no se conoce el procedimiento, o porque se teme que no se va a recibir el apoyo adecuado por parte de las instituciones”.
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La funcionaria añadió que ante las protestas con “tendederos del acoso” u otras movilizaciones en las escuelas, la FGJ ha abierto investigaciones por “noticia criminal”, es decir que si en redes sociales o la prensa hay un hecho con apariencia de delito “la Fiscalía está obligada a iniciar la carpeta de investigación de manera oficiosa, sobre todo cuando se trata de violación”.
“Si tenemos noticia de un hecho con apariencia de delito, estamos facultados para ir a las instituciones educativas a entrevistar testigos, buscar cámaras, resguardar los lugares y buscar indicios, y eso se puede hacer aun cuando de manera prematura no contemos con la denuncia de las estudiantes”, nos precisó Herrera.
“Riesgo de que se multipliquen funciones”
Por su lado, la directora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), María de la Luz Estrada, nos externó su preocupación de que solo se creen nuevas estructuras que “multipliquen funciones”, y no resuelvan de fondo la impunidad del acoso sexual en las universidades.
“No se tendría que crear una instancia porque ya está la Fiscalía de Delitos Sexuales, entonces si ya tienes una Fiscalía ¿para qué creas una unidad? Me preocupa porque quiere decir que las universidades no están dando respuesta a una problematica de violencia contra las mujeres que hoy tiene al pais colapsado”, agregó la activista.
Estrada nos explicó que en las universidades las jóvenes denuncian el acoso de maestros o alumnos “y no pasa nada, al contrario, tienen represalias a su integridad por parte de las autoridades universitarias cuando se atreven a denunciar o hacer acciones más públicas”.
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La directora del OCNF nos insistió en que si de por sí las fiscalías son “deficientes”, una unidad no cuenta con la estructura de una Fiscalía para investigar de manera adecuada: “el llamado tendría que ser para las universidades, pues deben tener sus propias unidades para atender las quejas y canalizarlas a las fiscalías, o dar seguimiento a las denuncias administrativas, no todo es penal; la universidad debe investigar y suspender al maestro”.
Elevada impunidad
María de la Luz Estrada nos recalcó que la impunidad para las estudiantes en casos de acoso “es muy alto; la violencia sexual es un tema que casi no se denuncia porque se termina revictimizando a las mujeres; la denuncia oscila entre 12 y 25% de los casos debido a la falta de respuesta de las autoridades, pero yo te diría que más del 90% no se denuncia”.
Sobre el riesgo de que la nueva Unidad de Investigación de Delitos Sexuales pudiera duplicar funciones dentro de la FGJ, Sayuri Herrera nos aclaró que, por el contrario, lo que se hace es “priorizar y facilitar la denuncia de las estudiantes”.
Finalmente, la funcionaria de la Fiscalía capitalina coincidió en que “en general” las escuelas suelen revirar a las mujeres que denuncian violencia sexual, al señalar que lo hacen por alguna motivacion politica o que no tiene relación con un hecho victimizante: “lo que nos dicen los principios constitucionales y de la Suprema Corte es que debemos privilegiar el dicho de la víctima, e investigar para buscar datos que robustezcan ese dicho”.
