La demanda de igualdad salarial entre hombres y mujeres en el futbol ha sido un debate desde hace algunos años y tomó mucha mayor fuerza a partir del Mundial Femenil de Francia 2019; hoy el debate llega formalmente a México y se da desde el Poder Legislativo.
Se aprobó en comisiones del Senado una iniciativa que da el primer paso para lograrla. Pero ¿de verdad podemos exigir salarios iguales en las ligas femenil y varonil mexicanas?
Primero es importante tener claro que más allá del futbol o del deporte en general, la brecha salarial de género en México es de alrededor de 30%. ¿Injusto? ¡Claro que sí!
¿Cuál es la razón para que en una misma empresa en un puesto directivo con el mismo nivel de responsabilidad a un hombre se le pague más? La respuesta es que aún no se le da el mismo valor al trabajo realizado por una mujer que al de un varón; sí, es simplemente machismo.
¿Pero sucede lo mismo en el futbol o en el deporte? Sí y no, y déjame explicar lo que digo.
Vamos a centrarnos en el futbol que finalmente es el deporte que más atención despierta; el 78% de los mexicanos son aficionados al futbol y en promedio acuden por lo menos tres veces al año al estadio. De acuerdo con un estudio de la consultora Grupo de Economistas Asociados, GEA, el futbol es una de las industrias que más dinero produce en México.
En 2019 generó ventas directas por casi $56,000 millones y si sumamos las indirectas logradas en restaurantes, bares, etc., se van a más del doble: $114,000 millones. Mucho dinero ¿verdad?
Así es, representa más del 50% de lo que genera la actividad deportiva en general. Y aunque hay jugadores hombres que llegan a ganar alrededor de $3 millones y medio de pesos mensuales, el sueldo promedio entre los varones es de $280,000 pesos, y las ganancias siguen siendo millonarias.
Solo la cuarta parte de lo generado se utiliza para pagar sueldos de los casi 195,000 empleos que genera esta industria: es un negocio redondo. Con estos datos retomamos la pregunta ¿por qué los futbolistas de la liga profesional ganan tanto y entre las futbolistas se paga entre $2,500 y $30,000 pesos?
Entonces, ¿en el futbol como en otras profesiones no se le da el mismo valor a su desempeño que al de un futbolista hombre? Repito sí y no.
De acuerdo con un estudio de la FIFA en 2021, el 70% de los clubes de futbol de mujeres operaba con pérdidas, solo el 13% generaba ganancias.
Según una encuesta publicada en 2021 por Consulta Mitofsky, entre 2018 y 2020 el interés por la liga profesional de mujeres aumentó solo 9%. Es poco, pero aun así el 52% de los encuestados respondió positivamente a ser aficionado.
Entonces, el valor al juego de las mujeres se lo damos en gran parte los aficionados. La posibilidad de ir homologando los salarios no puede darse por ley o un decreto: la exigencia de reducir la brecha debe ser realista. ¿De dónde pagar sueldos millonarios si las ganancias no lo son? Crecer las ganancias se logrará en tanto siga creciendo el número de aficionados, que más gente vea partidos y vaya a los estadios.
¿Es justo y digno exigir que de las ganancias de la varonil se “subvencione” a las mujeres? La exigencia debe ser hacia directivos y responsables. Deben dejar de ver el juego femenil peyorativamente. Se debe trabajar por un piso parejo haciendo negocios desde una visión que dé a sus jugadoras el valor que se merecen.
Es crear las condiciones que atraigan a aficionados y patrocinadores.
La igualdad salarial es un largo camino todavía y aunque el futbol femenil ha aumentando su valor en los últimos años y se estima que en los próximos años alcanzará los mil millones de dólares a nivel global, según el estudio Predicciones TMT de Deloitte, y el boom del deporte femenino continuará. Impulsemos desde los estadios y las transmisiones, así como desde las oficinas directivas que ese boom y sus beneficios no se tarde para las jugadoras mexicanas.
