Incertidumbre y recortes de presupuesto afectan transición del Insabi a IMSS-Bienestar

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El pasado 26 de octubre Fabiola, una trabajadora sin seguridad social que nos solicitó usar otro nombre para esta nota, acudió en busca de una consulta médica externa al Centro de Salud TII 13 de Septiembre de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México ubicado en la alcaldía Tláhuac. 

El doctor que atendió a Fabiola le pidió tres estudios de rutina para darle un diagnóstico, lo que significó para ella el inició de un peregrinaje por distintos centros de salud dependientes de la Secretaría de Salud capitalina -donde la atención y medicamentos son públicos y gratuitos. Eso, porque en Tláhuac carecen de insumos necesarios para la toma de muestras.

Primero, en el Centro de Salud TIII Miguel Hidalgo de esa alcaldía “las trabajadoras me dijeron que regresara el próximo 15 de noviembre a preguntar si había material”, compartió Fabiola a Cuestione

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Luego, una trabajadora social confirmó a Fabiola que ningún centro de salud de Tláhuac cuenta con material para los estudios y mejor le recomendó ir directamente a dos centros de salud ubicados en Iztapalapa para averiguar en cuál contaban con los insumos.

Al día siguiente, Fabiola se trasladó al Centro de Salud de San Francisco Culhuacán, Iztapalapa, donde finalmente le dieron cita para los estudios, “pero como no tienen todos los reactivos para hacer los análisis completos, solo me realizarán una parte”, nos relató.

Así que después de todo, Fabiola tendrá que realizarse los estudios de biometría hemática, química clínica y de orina en un laboratorio privado, donde los costos varían entre $395 y $930 pesos por los tres análisis. 

Además, el doctor recetó a Fabiola complejo B, mismo que también deberá comprar, pues “tampoco hay, el médico me dijo que generalmente a finales de año casi no hay material ni medicamento en el Centro de Salud”, nos contó.

Al igual que Fabiola, más de 6,000,000 de personas que no tienen seguridad social se atienden en los hospitales y los centros de salud capitalinos: 4,500,000 son de la Ciudad de México y cerca de 2,000,000 provenientes del Estado de México, según datos del gobierno de la Ciudad de México.

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Recortes a presupuesto 2023 a Insabi e IMSS-Bienestar

El próximo año, el gasto federal en salud enfocado a proteger a las personas sin seguridad social formal tendrá un revés, advirtió la organización México Evalúa, en su investigación10 riesgos y desventuras del Paquete Económico 2023”.  

De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2023, el gasto para el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y para el programa presupuestario IMSS-Bienestar, instancias que atienden a la población sin seguridad social, sumarán $127,800 millones de pesos, que es 4% menos que lo destinado en 2022, ($133,300 millones de pesos), y 1.5% menos que en el sexenio anterior.

Además, puntualiza México Evalúa en su estudio, si se suma el presupuesto del Insabi y el programa presupuestario IMSS-Bienestar para 2023 que se destina a garantizar la gratuidad de dichos servicios, habrá un total de $94,900 millones de pesos, que es 4% menos que el monto de 2022 y 6.2% menos que el promedio durante el gobierno anterior. 

Jorge Cano y Mariana Campos, investigadores de México Evalúa, explicaron en conferencia de prensa el pasado 19 de octubre, que con estos recortes al presupuesto para 2023 hay pocas esperanzas de una transición exitosa del Insabi a IMSS-Bienestar y de subsanar la carencia de infraestructura y la tendencia a la baja en la atención en ambas instituciones de salud.

En marzo de 2022, tan solo dos años y tres meses después de la desaparición del Seguro Popular y de la creación del Insabi, el gobierno federal informó que la atención de la salud para las personas sin seguridad social ya no será a través del Insabi.

Ocho meses después, el 31 de agosto, el gobierno decretó la creación del organismo público descentralizado llamado “Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-Bienestar)” para suplir al Insabi en brindar a las personas sin afiliación a las instituciones de seguridad social -como el ISSSTE e IMSS-, atención médica integral y hospitalaria gratuita, así como medicamentos y demás insumos.

De esta forma, según informó el director general del IMSS, Zoé Robledo, “el programa IMSS-Bienestar evolucionó a un Órgano Público Descentralizado, con lo que podrá tener más capacidades para levantar el sistema de salud en el país”.

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Incertidumbre presupuestaria y administrativa

Sin embargo, señala el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el decreto establece que los recursos presupuestarios para el nuevo órgano descentralizado IMSS-Bienestar, para los pagos de materiales, humanos, financieros y de infraestructura provendrán principalmente de los gobiernos de los estados con cargo a recursos propios o de libre disposición.

Es decir que no hay suficiente información sobre cómo se llevará a cabo la transición administrativa ni presupuestaria del Insabi a IMSS-Bienestar, nos explicó en entrevista Ana María Lambarri, investigadora en temas de presupuesto y gasto público en el IMCO.

Además, puntualizó, tampoco hay certeza de cuánto presupuesto tendrá el nuevo organismo descentralizado IMSS-Bienestar, ya que “se conoce cuántos recursos están asignados al programa presupuestario, pero no se conoce cuánto se va a ir a este organismo”.

La falta de planeación e incertidumbre sobre cómo lograr la cobertura universal de salud ha implicado que las transiciones entre Seguro Popular, Insabi e IMSS-Bienestar (como programa presupuestario y entidad no sectorizada), dejen a la población sin seguridad social en condición de vulnerabilidad y sin un acceso efectivo al sistema de salud”, indica el IMCO en este análisis. 

Ana María Lambarri nos comentó que las y los trabajadores que laboran en estos institutos de salud a nivel federal no saben qué futuro les espera y la incertidumbre se extiende a la población que no es derechohabiente, pues no hay certeza de cómo se va a lograr la cobertura universal y gratuita porque no hay una planeación organizada.

“Hemos hablado con varias personas encargadas de las finanzas en los estados y tampoco tienen, hasta el momento, certeza de cómo va a funcionar esta coordinación con entidades federativas”, explicó. 

Como nos platicó Fabiola, el doctor que la atendió en el Centro de Salud de Tláhuac también le dijo que, a la fecha, las autoridades de salud de la Ciudad de México no les han explicado qué cambios administrativos y laborales habrá a partir de la desaparición del Insabi y cómo operará el nuevo IMSS-Bienestar.

En mayo pasado, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció que el Sistema de Salud de la Ciudad de México se transformará en el IMSS-Bienestar para garantizar los servicios médicos a la población en general, contar con mayor equipamiento, así como mejores condiciones laborales para el personal de salud.

Así, Sheinbaum dio a conocer que el Sistema de Salud de la Ciudad de México será parte del proceso de federalización de la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, “esto significa que los centros de salud y los hospitales estarán a cargo del IMSS-Bienestar”.

Si al día de hoy, en 2022, estas instituciones carecen de insumos médicos, pues en 2023, con los recortes, no se prevén mejoras, comentó Lambarri.

El panorama para la cobertura del derecho a la salud para la población que no cuenta con afiliación a seguridad social empeorará para 2023, destacan México Evalúa y el IMCO, ya que no sólo el Insabi y el IMSS-Bienestar sufrirán recortes, también se anticipa la eliminación del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi), que cubre enfermedades de alto costo como el cáncer y el VIH/sida.

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