Maltrato animal

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La violencia contra los animales invade las redes sociales. Hace unas semanas todos nos enteramos de un acto de crueldad extrema contra un perro, Scooby, afuera de una carnicería, y confieso que no pude ver el video. 

Solo escuchar lo que sucedió me sacude: es doloroso saber a qué niveles ha llegado la maldad humana. El video se hizo viral, despertó la indignación y la exigencia de justicia de miles de personas. Afortunadamente la demanda rindió frutos y el culpable ha sido llevado ante la justicia.

Desgraciadamente, el asesinato de Scooby no es aislado y los casos se multiplican en México. 

Como prueba te invito a que escribas en cualquier buscador de internet: “torturan a un perro”. Te vas a ir de espaldas de la cantidad de casos que se dan en todo el país. Los actos de barbarie son inauditos.

Diferentes autoridades han anunciado iniciativas para endurecer las penas como una medida para frenar el llamado maltrato animal. Pero ¿incrementar las sanciones será una solución de fondo? ¿Nos hemos preguntado qué hay detrás de un hecho como el de Scooby o el de los bomberos torturando a un perrito indefenso

Lo que tenemos es una sociedad enferma. Los niveles de violencia en casa, en la escuela con el mal llamado acoso escolar porque muchos casos han rebasado los límites del acoso; o en la calle en donde un incidente de tránsito termina cuando menos en golpes debe preocuparnos. 

La salud mental en México es poco atendida a pesar del entorno violento en el que nos movemos y que impacta desde las emociones hasta la forma de relacionarnos.

Hay quien critica que estemos preocupados por el “tema del perrito” cuando en nuestro país hay hombres, mujeres, niñas y niños asesinados, desaparecidos, secuestrados cada día.

Pero es que todo forma parte del círculo vicioso y violento que nos está encerrando. Las acciones legales contra la crueldad animal que se impulsen desde el Congreso Federal o a nivel local deberán incluir obligadamente atender la salud mental del agresor

Actualmente las penas varían en cada estado porque cada uno tiene su legislación y en algunos incluso ni siquiera existe la tipificación del delito. La pena más grande a la crueldad hacia los animales está en el Estado de México: con seis años de prisión. 

¿Realmente creemos que esos seis años de encierro por sí solos van a eliminar lo que los especialistas nos explican?  

Porque una persona que tortura a un animal vive una condición de patología criminal en la que no hay empatía, no hay sensibilidad por el dolor.

Por esto, el próximo 25 de junio habrá una marcha a nivel nacional en defensa de los animales. Exijamos no sanciones mayores, sino mejores sanciones que ataquen la causa desde su origen, pero también aprovechemos la coyuntura para hacer conciencia. 

El maltrato animal no solo son los actos de crueldad intencionada y claramente encaminada a hacer daño.

Lo es también el tener un animal en casa desatendido, olvidado en la azotea o en el patio. Repito lo que me decía un activista recientemente: se suele asociar el maltrato con perros y gatos cuando hay un enorme universo de animales que acompañan la vida de los humanos y que son sometidos a terribles situaciones.

Exijamos el fin de las corridas de toros porque México es uno de los poquísimos países que aún las permite, exijamos el fin de las peleas de gallos.

No puede ningún acto de barbarie ser parte de la cultura o del entretenimiento humano.

Exijamos congruencia. Debemos terminar con todas las formas de violencia.

Debemos terminar con todas las formas de violencia.

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