¿Eres millennial o centennial y quieres un retiro digno? Es hora de tomar acción

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Las generaciones contemporáneas -los millennials, centennials y más jóvenes- no siguen el mismo camino que la de sus padres o madres, mucho menos que el de sus abuelos. Los tipos de trabajo y los modelos laborales se han modificado drásticamente, así como las áreas profesionales para desarrollarse. 

Esto abre las puertas a un mundo de oportunidades, como el trabajo remoto y freelance, pero también a grandes desafíos. Asegurar un retiro digno para nuestra vejez es uno de los más grandes retos porque la fórmula mágica que nos habían enseñado ya no funciona: estudia, gradúate, consigue un trabajo en una empresa, trabaja por 30 años y retírate con una pensión asegurada por el resto de la vida. 

Ni siquiera para aquellos trabajadores que empezaron a laborar en la década de los 90 funciona la manera tradicional como te contamos en esta nota. Son varias las razones detrás de las pobres condiciones para el retiro de las generaciones jóvenes: trabajo informal, falta de seguridad social, incertidumbre económica y dificultades de acceso a una vivienda propia, son algunas de ellas.

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Informalidad y desconocimiento

La informalidad laboral en nuestro país es un problema serio. En noviembre de 2023, la población ocupada en la informalidad laboral fue de 31,800,000 de personas y la tasa de informalidad laboral a nivel nacional fue de 54.7% de la población ocupada, de acuerdo con los datos de la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) actualizada a diciembre de 2023.

Esto significa que más de la mitad de la población que se encuentra laborando no obtiene los beneficios que ofrece un trabajo formal como seguridad social, vacaciones y prima vacacional, y claro, la aportación de la empresa y del gobierno al fondo de ahorro para el retiro, lo que conocemos como la Afore (Administradora de Fondos para el Retiro, para ser más exactos).

Esto también significa que cualquier modalidad que adopten estas personas en la informalidad para tratar de garantizarse un retiro digno depende solamente de ellas, nos dijo Diego Díaz, coordinador de coordinador de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

“La generación de nuestros papás están en una situación totalmente distinta porque ellos se jubilaron bajo el sistema de pensiones anterior. Vamos a tener serios problemas porque dependemos de nosotros mismos y de nuestra participación en el mercado laboral que es todo un tema por el problema de informalidad, porque entramos y salimos del mercado formal, los bajos salarios de cotización que son muy bajos en México”, acusó el especialista de 34 años. 

Díaz nos explicó que si no se concreta ninguna reforma al sistema de pensiones como la que anunció el presidente López Obrador que presentaría el 5 de febrero de 2024, la única manera de garantizar un retiro digno que tenemos las y los trabajadores que empezamos a cotizar después de julio de 1997 es a partir de las aportaciones voluntarias.

Esto aplica para las personas que trabajan en el mercado formal como para las que laboran de manera independiente, emprendedores, comerciantes informales o se autoemplean como dueños de micronegocios y microempresas.

“La única manera que tenemos como trabajadores es aprovechar el mecanismo de aportaciones voluntarias, la manera en la que nosotros mismos podemos atender este tema sin depender de lo que haga el Estado, lo que apruebe el Congreso, ni depender de terceras personas”, destacó Diego Díaz.  

Para esto necesitamos incrementar nuestras aportaciones voluntarias y aprovechar que se pueden deducir de impuestos parte de las aportaciones para nuestro retiro, para poder mejorar la tasa de reemplazo (el porcentaje de ingresos en la jubilación respecto a los ingresos previos como trabajadores en activo) y por tanto la pensión que recibiremos una vez que cumplamos 65 años.

Aunque estos mecanismo están previstos en la ley, están desaprovechados por falta de información, por la complejidad que implica llevar a cabo estos trámites o por la falta de cultura de ahorro en nuestro país, resaltó el especialista.

“Un trabajador que sale de la universidad y está trabajando a los 24, 25 años en lo último que piensa es en qué va a hacer cuando tenga 65 años y de qué va a vivir a partir de entonces.  Es bien importante concientizar a toda la población, en particular a los más jóvenes que se están incorporando al mercado laboral para que empiecen a ahorrar”, resaltó.

Opciones para un retiro digno

Aunque el panorama no es muy favorable para los millennials y centennials, sí existen opciones con las que empezar (si no lo has hecho) a ahorrar para poder mejorar las condiciones de tu retiro cuando tengas más de 65 años.

Una de ellas es el ahorro voluntario que es una alternativa para complementar o incrementar el ahorro de quienes sí están cotizando en el IMSS, el ISSSTE y para quienes tienen su cuenta de ahorro para el retiro de manera independiente, pues las aportaciones voluntarias se invierten en las Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos de Retiro (Siefores), generan buenos rendimientos y se pueden deducir de impuestos, como nos explicó Diego Díaz.

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Las aportaciones voluntarias se pueden realizar en tiendas comerciales, por medio de aplicaciones digitales como AforeMóvil, Millas para el retiro, Transfer, uLink o en la página Aforeweb o también puedes asistir directamente a las ventanillas de tu Afore o solicitar apoyo en el área de recursos humanos de tu trabajo.

Otra de las opciones es el Plan Personal de Retiro que aunque es una gran herramienta, depende mucho del tiempo pues su meta es a largo plazo, es decir los beneficios de este ahorro para el retiro serán tangibles dentro de 20 o 30 años, por lo que empezar lo más pronto posible es necesario. Varias instituciones financieras como bancos y fondos de inversión ofrecen este producto.

Ahora, este fondo de inversión no lo puedes retirar hasta que cumplas 65 años, a menos que quieras pagar una penalización de hasta el 20% de tu ahorro, dependiendo de la institución con quien lo hayas abierto. Por lo general, en este mecanismo se realiza un depósito inicial y luego aportaciones mensuales que pueden variar dependiendo de la institución con quien lo contrates y tus metas de ahorro.

También existe la opción de los fondos de inversión con la que tu dinero se junta con el de otros inversionistas para generar mayor capital y mayores rendimientos, aunque este mecanismo de ahorro puede ajustarse para hacer las inversiones lo más seguras posible, siguen existiendo riesgos (como en toda inversión).

Por último, también puedes contratar un seguro de retiro que es un producto financiero de ahorro con el que también cuentas con una cobertura en caso de fallecimiento o invalidez. Al concluir la vida laboral, la aseguradora entregará el ahorro ya sea en una sola exhibición, por medio de mensualidades hasta el fallecimiento, o mediante una renta garantizada, en un plazo de 10 a 30 años.

El plan que elijas para tu retiro se debe ajustar a tu realidad económica y a tus metas para el futuro, para ello, informarte es el primer paso. Para todas las opciones el tiempo es clave, mientras más pronto inicies, mejor.

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