Pensiones alimenticias, una guerra de adultos que pierden las niñas y los niños

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El alimento, un derecho de niños y niñas

“¿No te estarás gastando el dinero en otra cosa?” “Tengo que pagar la tarjeta”. “Tuve un imprevisto, te paso la pensión la siguiente quincena”. Estas son solo algunas de las excusas que suelen usar las personas que no pagan pensión de alimentos para sus hijas e hijos, nos cuenta Sonia Juárez, abogada especializada en materia civil y académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

De los 113 mil divorcios con hijos e hijas en 2018, 79,504 lograron acordar una pensión alimenticia, es decir poco más de 70%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). El resto, 34 mil (una tercera parte), no recibieron una pensión alimenticia. 

La pensión alimenticia es un derecho para niños y niñas. No solo considera los alimentos, también incluye servicios médicos, gastos educativos y diversión, por mencionar algunos. Todo esto está establecido tanto en la Constitución como en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, por lo que quien incumple estas obligaciones, viola la ley, explicó Juárez.

Por eso es que desde principios del año pasado se modificó el Código Civil Federal, con lo que quienes incumplan con los pagos, o se inventen que no tienen dinero para pagarlos, podrían pasar entre uno a cinco años de prisión.

Otra vez, impunidad

Pero la realidad es que, en 2019, sólo dos personas han sido sentenciadas por este delito, de acuerdo con investigaciones hemerográficas realizadas por Cuestione.

Los divorcios aumentan cada año. En 2017 fueron más de 147 mil y en 2018 sumaban poco más de 156 mil , un incremento de 15%, según datos del INEGI. También incrementaron las demandas penales por la comisión de este delito.

El año pasado, hubo en todo el país poco más de 23 mil carpetas de investigación abiertas por la falta de pago de pensión de alimentos, casi dos mil más que las registradas en 2018, según información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNP)

Quienes menos pagan pensión alimenticia están en el Estado de México, Sonora, Guanajuato y Tamaulipas. Por el contrario, destaca el caso de la Ciudad de México, con sólo poco más de 500 casos y Jalisco, en donde resultaron muy pagadores y no hay ninguna carpeta de investigación, de acuerdo con datos del SESNP.  

Guerras legales

El problema viene durante los juicios para solicitar la pensión alimenticia. Es común que a los padres y madres, que están enojados, se les olvida que quienes están en medio son sus hijos e hijas, “he visto cómo en pleno litigio se jalan a los niños, quienes al final son los que pagan los platos rotos”, explicó Sonia Juárez.

Existe la creencia de que el pago de la pensión alimenticia es también para quienes se quedan al cuidado de los menores y como hay tanto enojo, quién tiene la obligación de proveer de alimentación y sustento de sus hijos e hijas, no lo hace en modo de desquite contra la expareja, explicó Juárez. 

Hay dos maneras de solicitar una pensión alimenticia: la primera es por la vía civil, en la que se establecen los montos y los tiempos de convivencia con los hijos e hijas. Si las parejas no llegan a ningún acuerdo legal, pueden pelear este derecho para sus hijos e hijas, en procedimientos penales.

De llegar a enfrentar un procedimiento penal por no pagar la pensión alimenticia, las consecuencias podrían ser, además de la cárcel, el pago de entre 200 y 380 días de multa (que se determina con base en lo que la persona inculpada gana en un día), no poder ver a sus hijos e hijas y pagar la totalidad de los montos que hayan dejado de desembolsar, añade Juárez.

Falta de pago, no sólo afecta a los niños y niñas

En México, 90% de las mujeres son las que cuidan de sus hijos e hijas luego de una separación, aunque cada vez es más común ver a padres realizando estas labores, dijo Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), en entrevista con Cuestione.

En 2017, había poco más de cinco millones de mujeres viviendo solas con sus niños y niñas, cuatro millones más que hombres, los cuales sumaron casi 990, de acuerdo con datos del INEGI.

Dejar de dar dinero para la comida, ropa, médico, educación y diversión es violencia económica, porque quien se queda a cargo las y los menores de edad, además de cuidarlos, debe trabajar el doble para poder cubrir todas sus necesidades, expone la especialista, dice Marta Torres, socióloga especialista en género de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Hay que considerar que las mujeres ganan 40% menos que los hombres y las jornadas laborales no les permiten cuidar de los menores. Eso puede llevarlas a trabajar en la informalidad, con lo que no pueden acceder a prestaciones sociales, añade Marta Torres.  

En México, hay poco más de tres millones de madres solteras, según datos del INEGI. De estas, 2.1 millones reciben pensión alimenticia para sus hijos e hijas, según datos del Instituto.

En México, se vincula la parte emocional con el derecho, por lo que la decisión de incumplir con los pagos de pensiones tiene mucho que ver con el control sobre las mujeres, y una manera de hacerlo es mediante el dinero. Sin embargo, la alimentación, la salud y educación son derechos para los hijos e hijas, dice la especialista.

Pensar en la niñez

Hay que reconocer que existe un lado oscuro y algunos padres y madres suelen utilizar a sus hijos como monedas de cambio. Entonces viene la eterna lucha sobre la suficiencia del dinero y las visitas, sobre con quién pasan las fiestas, lo que invariablemente afecta a los menores, dice Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).

Pues si no me das más dinero no te los dejo ver”

“Pues te los quito”

Estos son la clase de discursos que tienen que escuchar algunos de los hijos e hijas cuyos padres no se pueden poner de acuerdo y decidir terminar la relación de una manera adulta y responsable, añade Juan Martín. 

Eso es violencia emocional, porque los menores crecen en medio de peleas, pensando que el dinero es más importante que ellos, lo cual devalúa su autoestima. También es común que dejen de ver al padre o madre que no está a su cuidado, lo que les impide tejer vínculos familiares y construir una identidad. Estar cerca de mamá y papá también es un derecho para los menores de edad, añade Pérez.

En México, falta inteligencia emocional para que madres y padres entiendan que el beneficio es siempre para sus hijos e hijas.

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