Una pipa de Pemex que transportaba 20,000 litros de combustible chocó contra un autobús de pasajeros en Rosarito, Baja California, en septiembre pasado. Esto desató un incendio en el que salieron lesionadas 16 personas.
Dos meses más tarde, sobre la avenida Picacho, que viene del Ajusco hacia el Periférico en Ciudad de México, otra pipa perdió el control e impactó a un coche y después a un puente peatonal.
Aunque a primera vista parecen simples accidentes, podrían estar relacionados con el mal estado en que se encuentran los autotanques que, en promedio, tienen más de una década de vida.
La falta de mantenimiento y refacciones tienen paradas a 211 pipas en los talleres de Pemex de todo el país, y tienen a otras más circulando en condiciones que representan inseguridad vial, tanto para los choferes que las manejan, como para quienes viajan a su lado y población en general, pues transportan sustancias inflamables.
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El parque vehicular de 1,444 pipas de Pemex tiene una edad promedio de 11 años, aunque hay unidades con 19 y 16 años de antigüedad. Más del 70% de las unidades son modelos 2008, 2009 o 2010.
“De 10 llantas que usa cada pipa, seis van lisas. Además, la mayoría de los frenos ABS ya no sirven correctamente. Cada quien conoce su unidad y está obligado a reportar diariamente –por protocolo– al iniciar y concluir la jornada las condiciones de ésta. En mi caso, mi pipa tiene fallas en el clutch, en el sistema eléctrico, en el sistema mecánico y en las suspensiones”, nos dice José, quien conduce pipas para Pemex desde hace varios años.
“Los talleres de Pemex se han convertido en cementerios de pipas”, nos explica José, quien considera que por falta de refacciones se han dedicado a canibalizar los autotanques fuera de operación.
En la siguiente imagen, tomada en una de las instalaciones de Pemex en la Ciudad de México, se aprecian de manera visible varias pipas ya sin llantas, aunque José asegura que también les quitan otras partes, como “partes del motor, mangueras, válvulas del sistema de aire, filtros, cajas de velocidades, clutch, flechas, diferenciales, rines y balatas”.
“Hay unidades que tienen seis años paradas”, nos dice José. Según datos oficiales de la empresa –obtenidos vía transparencia–, cuando las pipas requieren alguna compostura, pasan en promedio 336 días paradas (prácticamente un año).
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Abundancia en una mano, austeridad en la otra
A inicios de 2019, el gobierno federal anunció que compraría 571 pipas en Estados Unidos por 85 millones de dólares, para atender el desabasto de combustible que había desatado la lucha contra la reventa de combustible robado. Todas ellas pasaron a estar bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
“Les decimos los sedenos”, nos cuenta José. “Pemex les surte el combustible, pero los operadores dependen de la Sedena, no de Pemex” .
El presupuesto de Pemex sufrió un recorte de 6,290 millones de pesos este año, de acuerdo con El Universal, para el mantenimiento de la infraestructura en general: refinerías, bases marítimas e incluidas las pipas. Mientras que en el otro lado de la moneda, la construcción de la Refinería de Dos Bocas recibirá 9% más recursos de los planeados este 2021 (45,000 millones de pesos en total para este año).
José advierte que la falta de refacciones y mantenimiento no empezó en esta administración. “Por lo menos tiene seis años”, dice. Sin embargo, también reconoce que la situación se agravó con el actual gobierno: “antes si nos faltaban los 10 tornillos para las perchas de la pipa, los pedíamos y tardaban días en llegar, pero llegaban los 10 contados, ni una más ni uno menos. Ahora ni tornillos tenemos”.
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Ya ni el sindicato los defiende
A finales de marzo pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que la Fiscalía General de la República (FGR) investigaba dos denuncias en contra de Carlos Romero Deschamps, ex líder sindical de los trabajadores petroleros.
“La salida de Romero Deschamps hizo que los secretarios de las 36 secciones sindicales de todo el país estén cuidando su puesto, más que cuidar a los trabajadores”, dice José, quien asegura que el sindicato petrolero no ha intervenido ante la empresa para hacer que se les provea de mejores condiciones de seguridad.
Cada pipa transporta entre 20,000 y 32,000 litros de combustible, que al viajar sobre vehículos en malas condiciones de seguridad se convierten en bombas de tiempo, como la que explotó hace unos meses en Rosarito. ¿El gobierno asumirá el riesgo de que suceda un accidente grave para actuar al respecto?
