Provocaciones

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Otra vez, la Suprema Corte de Justicia de la Nación es noticia. Ahora no solo por sus decisiones, sino porque esta semana una marcha en su defensa terminó en un encontronazo con quienes tenían tomada la entrada principal de la institución.

Hay varias versiones, en general muy dramáticas, del suceso. 

—El hecho es que al final terminó con que el pequeño plantón contra la Corte se acabó. Llevaban algunas semanas ahí, con pancartas insultando a la Corte y en particular a la ministra Presidenta, Norma Piña. 

—Era el llamado Frente Obradorista Nacional el que se había instalado ahí, protestando por las decisiones que no favorecían al presidente. No está muy claro si entendían qué era lo que les molestaba o si tenían argumentos contra los fallos que han declarado inconstitucionales algunas decisiones del gobierno.

Lo que sí está claro es que detestaban el contrapeso que le hace al poder Ejecutivo. Su convicción es que si López Obrador lo propone es lo correcto, y si se le bloquea es una conspiración conservadora y demás adjetivos.

—La ciudadanía que marchó defendiendo a la Suprema Corte, sin embargo, cayó en una provocación. La verdad es que el plantón no significaba nada. Era un acto de oportunismo político que ni detenía el trabajo de los y las ministras ni tenía ningún impacto en sus decisiones.

Era solo un teatro. 

Confrontarlos de la forma en la que lo hicieron fue un error estratégico. Dieron los argumentos que este gobierno siempre está buscando para decir que es la víctima. Porque claro, en la era de la polarización, solo aceptamos las protestas con las que estamos de acuerdo.

—Que el gobernador de Veracruz, Cuitlahuac García, haya convocado a una movilización contra la Corte es bien visto por quién está a favor del gobierno. Que amenace como hizo con el “primero se van a ir ustedes” es libertad de expresión, según dijo el presidente.

Pero quienes marchan a favor de la independencia del poder judicial son provocadores, conservadores, y el largo etcétera de insultos acostumbrados. 

Y claro que tenían derecho a marchar, a alzar su voz, a mostrar su determinación. Es totalmente válido, o debería serlo, en un país democrático. Lo que pudo ser un error fue caer en la provocación de los gritos y los insultos, de la intimidación. 

Eso solo le es útil a quién quiere aprovechar cualquier oportunidad para sentirse atacado y agredido. 

¿Qué es lo que le ha faltado a la oposición en este periodo? La astucia de estar un paso adelante en lugar de estar siempre dos pasos atrás. Es reactiva y no propositiva; es anti muchas cosas pero es pro muy pocas. 

Las marchas a favor de defender al Instituto Nacional Electoral fueron exitosas gracias a dos factores: primero, conectaron con un sentimiento popular, que era proteger la democracia. Segundo, fueron pacíficas. Si bien la causa de esta última marcha era proteger la división de poderes, lo que es igual de legítimo, acabó empañada por la confrontación, que siempre se lleva los titulares. 

Dieron argumentos para la victimización y para el lamento del gobierno, que redobló su ataque a Norma Piña. 

Quienes ya tengan algunos años recordarán al legendario héroe del cómic Kalimán. 

Tenía una interesante enseñanza que debería resonar: paciencia y astucia.

Y eso es lo que necesita nuestra patria en estos momentos. 

Paciencia y astucia. 

Más del autor: Fuerzas de la naturaleza

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