Como si fuera parte de un thriller o de una película de espías internacionales, el régimen del ruso Vladimir Putin se abre paso para seguir en el poder de manera indefinida al eliminar –al más puro estilo del líder soviético José Stalin– a sus opositores políticos.
El capítulo más reciente de esta oscura novela -que ni el gran Dostoyevski se habría imaginado escribir- tuvo su clímax el 16 de febrero de 2024 con el anuncio de la muerte en prisión del abogado Alexey Navalny, fiero opositor de Putin que denunció desde hace más de 10 años el presunto enriquecimiento ilícito del mandatario, y organizó multitudinarias protestas contra los “fraudes electorales” del oficialismo.
En circunstancias aún no esclarecidas, las autoridades penitenciarias rusas solo informaron en su momento que Navalny murió en una prisión ubicada en Siberia tras sufrir un colapso. El disidente purgaba una condena de 19 años de prisión al ser hallado culpable de crear y financiar una “organización extremista”.
En 2020, el opositor ruso había sufrido un intento de envenenamiento con novichok, una potente sustancia desarrollada en la era de la ya desaparecida Unión Soviética. Navalny sobrevivió de milagro.
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Pero Navalny es -hasta ahora- la “cereza del pastel” de un largo historial de opositores a Vladimir Putin que han sido asesinados en circunstancias extrañas, encarcelados u orillados al exilio, en los más de 20 años que lleva en el poder el ex agente de la KGB (la policía secreta de la era soviética).
Rivales aniquilados, presos o desterrados
“Estos métodos (contra los opositores al régimen ruso) han sido muy criticados y forman parte de un común denominador, no solo ahora en la época de Putin, sino que nos recuerdan mucho a los tiempos del propio José Stalin cuando también hubo grandes desapariciones, y que al final mucha de la disidencia tuvo que emigrar para poder criticarlo”, nos explicó sobre este tema el internacionalista Daniel Muñoz.
El jefe de la carrera de Relaciones Internacionales en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, de la UNAM, agregó que según algunos medios de comunicación, el régimen de Putin habría exterminado a más de 400 opositores a lo largo de sus más de 20 años en el Kremlin.
Entre los casos más sonados, Muñoz nos recordó el de la periodista Anna Politkovskaya, quien desde 2006 criticó fuertemente al gobierno de Putin, así como la guerra de Chechenia. La mujer fue acribillada a balazos en el elevador del edificio donde vivía, el 7 de octubre de ese año.
El académico también nos mencionó los asesinatos del abogado Stanislav Markelov y la periodista Anastasia Baburova, quienes fueron baleados cerca del Kremlin, en Moscú, en 2009. Markelov defendía a civiles chechenos por violaciones de derechos humanos por parte del Ejército ruso. Baburova murió a tiros al intentar ayudar al activista. Las autoridades responsabilizaron del crimen a un grupo neonazi.
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La lista es muy larga, pero se pueden enumerar los casos del líder opositor Boris Nemtsov, quien fue asesinado a balazos en febrero de 2015 mientras caminaba cerca de la Plaza Roja, en Moscú. También está el militante pro-democrático Vladimir Kara-Murza, que fue condenado a 25 años de prisión en 2023, y que ya había sido dos veces envenenado en 2015 y 2017. Kara-Murza sigue hoy preso bajo un régimen carcelario de extrema severidad.
Otra figura que vive exiliada en Estados Unidos desde 2013 es el ex campeón mundial de ajedrez Garri Kaspárov, quien ha sido un duro crítico del autoritarismo y ambición expansionista de Putin, al grado de compararlo con Adolfo Hitler.
En resumen, además de esos opositores, la lista de víctimas mortales y desterrados del presidente ruso incluye a oligarcas, funcionarios, espías, militares y empresarios, algunos fallecidos en extrañas circunstancias tras haber criticado la invasión a Ucrania en 2022.
Otro caso reciente es el de Evgueni Prigozhin, líder del grupo mercenario Wagner, quien murió en agosto de 2023 al estrellarse de manera sospechosa el avión privado en el que viajaba. Su muerte ocurrió poco después de que intentó un golpe de Estado contra Putin, en protesta por el supuesto fracaso de la invasión a Ucrania.
Putin, con el camino libre para seguir en el poder
A mediados de marzo de 2024, Rusia tendrá elecciones por la Presidencia y Putin buscará quedarse de nuevo en el cargo en un contexto en el que los principales líderes de la oposición han muerto, están en el exilio o en la cárcel.
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Según analistas, los únicos candidatos con los que se enfrentaría el presidente ruso serán los que emanen de partidos “domesticados” como el Comunista de la Federación de Rusia, los ultranacionalistas del Partido Liberal Democrático y los socialdemócratas de Rusia Justa.
En ese sentido, Daniel Muñoz, quien es maestro en Estudios Políticos Europeos por la Universidad de Salamanca, España, nos explicó que al no haber una verdadera oposición política en Rusia, Putin se encamina con fortaleza a triunfar en las próximas elecciones y dar continuidad a su “gobierno totalitario”.
El especialista apuntó además que al contrario de lo que pudiera pasar en Occidente, donde las guerras suelen restar popularidad a los gobernantes, en Rusia ha crecido el apoyo social a Putin por el conflicto en Ucrania: “buena parte de la sociedad rusa la ve como una guerra de orgullo nacional, patriota, y obviamente la figura de Putin queda enaltecida ante los ojos de sectores ultranacionalistas”.
“Van dos años de conflicto ruso-ucraniano y al final Vladimir Putin sigue intacto”, lamentó Daniel Muñoz.
