Retos del desplazamiento desde la periferia al centro de la Ciudad de México

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Por Sandra Morales

Montserrat es una mujer de 35 años que vive en Chalco, Estado de México y trabaja en la avenida Reforma en el centro de la Ciudad de México. Ella diariamente se transporta en un trayecto de dos horas a dos horas y media de ida y de regreso, traslado que llega a aumentar entre una hasta tres horas en temporada de lluvias.

La Ciudad de México enfrenta desde hace décadas un constante desafío en lo que respecta al tráfico vehicular y de pasajeros. La capital mexicana es una de las ciudades más grandes del mundo y una de las más pobladas con una población de más de 9,000,000 de habitantes sólo en la CDMX según el Censo de Población y Vivienda 2020 y casi 22 millones en toda la Zona Metropolitana.

Al ser una ciudad que se encuentra en constante crecimiento y con una alta concentración de vehículos, el tráfico se ha convertido en un problema complejo y multifacético que afecta tanto a los residentes como a la economía de la ciudad, esta última debido a que el 58.1% de los viajes que se realizan diariamente se realizan por trabajo según la Encuesta Origen Destino 2017

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Además de los problemas diarios de la Ciudad de México como lo son la contaminación, la inseguridad, el transporte público que resulta insuficiente, entre otros, las lluvias propias de la temporada que abarca de junio hasta agosto afectadas por el cambio climático, en conjunto con la topografía de la ciudad, con su terreno irregular y la falta de un sistema de drenaje suficientemente robusto, puede resultar en inundaciones y calles sumergidas en el agua ocasionadas  por las lluvias intensas, lo cual reduce la capacidad de circulación y dificulta el tránsito vehicular.

La travesía del transporte en la CDMX

En entrevista para Cuestione, Montserrat nos relata cómo es un traslado de ida desde su casa al trabajo y viceversa. “En un día normal me hago hora y media, ya si me va muy mal dos horas hasta mi oficina, pero cuando llueve… híjole ahí si me tengo que salir más temprano y ni así llego, a veces mejor me regreso” cuenta que para ella cada año ha empeorado el tráfico y la cantidad de personas que hay en el transporte público, aunado a ello, los constantes trabajos de mantenimiento en la carretera México-Puebla y en tiempos de lluvia las inundaciones en la entrada a la ciudad.

“Yo sé que hay mucho transporte, pero ya somos muchos en esta ciudad y nada más no alcanza, si hubiera un trabajo cerca de mí, no tendría que estar pasando esto diario” nos dijo además, que le ha tocado regresar caminando a casa, debido a que las inundaciones afectan a tal punto que el transporte público se suspende y los coches no pueden pasar, “hasta nos tenemos que subir a las bardas del metro, nos juntamos varios y comenzamos a caminar, así como peregrinación, tardamos en llegar y conseguir una combi, pero al menos avanzamos”.

Algunos aspectos y problemas relevantes sobre el tráfico en la Ciudad de México son la congestión vehicular, debido a las largas horas que los conductores pasan atrapados en el tráfico que no solo generan estrés, sino que también impactan negativamente en la calidad del aire debido a las emisiones contaminantes. A pesar de los esfuerzos para expandir y mejorar la infraestructura vial, la demanda de carreteras y vías de transporte público supera la capacidad disponible, lo cual lleva a un círculo vicioso en el que más carreteras se construyen para abordar la congestión, pero eventualmente también se llenan.

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Por otro lado, aunque existen sistemas de transporte público como el metro, el metrobus, trolebus, entre otros de la Red de Movilidad Integrada, muchos residentes todavía optan por usar vehículos privados debido a la falta de cobertura, comodidad y fiabilidad del transporte público. Lo cual también genera las horas pico, que en conjunto con la falta de flexibilidad en los horarios laborales y escolares contribuyen a la concentración de viajes en determinadas horas del día, agravando la congestión.

Transportes sostenibles; la apuesta

Algunas de las posibles soluciones y opciones de la congestión de las vialidades y tomando algunas de las más destacadas por la CEPAL,  son la promoción de modos de transporte más sostenibles, como el uso de bicicletas, así como la inversión en sistemas de transporte público más eficientes y limpios. Además, la implementación de programas de restricción vehicular basados en la terminación de las placas ha sido una medida para reducir la cantidad de vehículos en circulación.

Se están implementando en la Ciudad tanto por el Gobierno de CDMX a través de la SEMOVI, como empresas privadas para el uso de distintas herramientas de movilidad, soluciones tecnológicas, como aplicaciones de navegación, semáforos inteligentes y sistemas de gestión del tráfico basados en datos, para ayudar a los conductores a evitar áreas congestionadas y mejorar la fluidez del tráfico, así como planes y diagnosticos como el Diagnóstico de Barrio que tiene como objetivo impulsar el uso de transporte público así como otras herramientas como la caminata y la bicicleta para traslados cortos. El tráfico no solo tiene impactos en la movilidad, sino también lo que se requiere es un enfoque integral que incluya la adopción de vehículos eléctricos y la promoción de prácticas de conducción más sostenibles.

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El tráfico puede tener diversas consecuencias negativas, como la congestión vial, la contaminación del aire, el estrés para los conductores, retrasos en los desplazamientos y un aumento en los accidentes de tránsito. También puede contribuir al deterioro de la calidad del aire y tener impactos en la salud pública debido a la exposición a emisiones nocivas.

En conclusión, el tráfico en la Ciudad de México sigue siendo un desafío persistente que requiere enfoques multidisciplinarios y soluciones a largo plazo, la inversión en infraestructura inteligente, la promoción de modos de transporte sostenibles y la mejora de la planificación urbana, son pasos cruciales para abordar este problema y mejorar la calidad de vida de las y los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México. Pero también se deben buscar soluciones de manera que las ciudades se encuentren menos centralizadas, que en las periferias de puedan encontrar más actividad y servicios como educación superior, servicios de salud especializados y haya más centros de trabajo.

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