De acuerdo con la última medición, en nuestro país dos de cada cinco personas viven en pobreza.
Más grave aún es que nueve millones de personas no gozan de un ingreso que les permita alimentarse y nutrirse, y carecen de educación, servicios de salud, seguridad social o viviendas con servicios básicos. Es decir, viven en pobreza extrema.
En medio de esta situación, en 2015 nuestro país adoptó (junto con otras 192 naciones) las Metas de Desarrollo Sostenible de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) como un plan de acción para erradicar la pobreza extrema, reducir la desigualdad y proteger el planeta.
Por ese motivo, desde 2018 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) comenzó a incorporar un enfoque de desarrollo sostenible al proceso presupuestario.
Es decir, un presupuesto público que busca satisfacer las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.
A partir de este objetivo, ideó un marco de emisión de Bonos Soberanos de deuda único en el mundo, que financia proyectos que permitan alcanzar las Metas de Desarrollo Sostenible de la ONU, el cual goza del visto bueno del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Con ello buscará utilizar a los mercados financieros para financiar proyectos que toman en cuenta criterios de desarrollo económico y social en las zonas más rezagadas del país, reduciendo la desigualdad en el desarrollo entre las distintas regiones de México.
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Pero, ¿qué es un bono de deuda?
Para responder esta pregunta entrevistamos a Sandra Guzmán Luna, especialista en Finanzas Sustentables, quien nos explicó que los bonos de deuda son “títulos de crédito que son emitidos por instituciones, ya sean públicas o privadas, para obtener recursos para financiarse”.
Es decir, es un instrumento con el que el gobierno obtiene recursos bajo la promesa de devolver el dinero prestado al comprador de ese bono con ciertos beneficios (intereses) establecidos previamente.
En el caso de los bonos verdes, Guzmán Luna explica que se utilizan para financiar proyectos “sostenibles” de infraestructura.
¿Son buena opción de desarrollo para el país?
Para la especialista, los bonos verdes pueden ser “una opción de financiamiento para el país, siempre y cuando realmente se invierta en tecnología y en procesos y en acciones que tengan alineación con el triángulo de sostenibilidad”.
Es decir, “que sean económicamente viables, que sean ambientalmente sostenibles y que sean socialmente amigables”, detalla Guzmán.
Sin embargo, advierte que para que esto se cumpla se necesita que no se utilicen estructuras de bonos que ya existen y que solo “se les vaya a cambiar el nombre”, invirtiendo “en la misma infraestructura” que se venía realizando y dejando en el ambiente “una huella de carbono alta”.
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¿Qué opina la ONU?
A través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la propia ONU reconoció y dio el visto bueno al esquema planteado por nuestras autoridades y resalta que tiene el potencial de avanzar el compromiso de México en tres áreas:
- Fortalecer la transparencia presupuestaria.
- Un aumento a los recursos destinados a políticas de desarrollo social sostenible.
- Apoyar el desarrollo de los mercados de capitales para financiar el desarrollo sostenible a nivel nacional e internacional.
Además resalta que este esfuerzo es el primero de su tipo y tiene el potencial de abrir el camino para que otros gobiernos aprovechen el mercado de capital privado para financiar programas públicos relacionados con los objetivos de desarrollo social.
¿Podrá el gobierno cumplir las expectativas con estos novedosos bonos verdes?
