A las siete de la mañana los vagones del Metro huelen a personas recién bañadas, pero también a torta de tamal y a rieles quemados. A la secreta y culposa esperanza de que nadie les robe sus carteras y celulares, ni que nadie se suicide en las vías y así, llegar tarde al trabajo.
Con 50 años de funcionar, el Metro transporta alrededor de cuatro millones de usuarios todos los días. Con lo que recorre el Metro en un año, se podrían dar poco más de mil cien vueltas al mundo.
Además de cruzar toda la ciudad, traslada también las historias de vida y de muerte de las personas.
Entre las historias de muerte se encuentran, también, los suicidios en el Metro, como el de la mujer que se arrojó a las vías del Metro Niños Héroes, con su hijo de dos años en brazos. Ambos fallecieron. Ella se suma a los 320 suicidios ocurridos en el Metro en los últimos 10 años (78% de ellos, de hombres).
Tan solo en lo que va de este 2020, 14 personas han intentado quitarse la vida en el metro; cuatro tuvieron éxito, de acuerdo con información del Sistema de Transporte Colectivo (STC), solicitada por Cuestione vía transparencia.
De 2010 a la fecha, 526 personas han intentado cometer suicidios en el Metro, de acuerdo con la misma respuesta. Más de la mitad lo logró. Desde las 10 hasta la una de la tarde empieza el horario preferido para quitarse la vida, con un promedio de 33 intentos en ese lapso de tiempo, en los últimos diez años. Aunque la hora predilecta, que también está entre las de mayor afluencia, es a las ocho de la noche.
Las estaciones en donde más veces se han quitado la vida son: Chabacano (con 10), La Raza y Copilco (ambas con nueve casos), Hidalgo y Portales (con ocho casos cada una), San Cosme y Zócalo (siete en cada estación), según datos del STC.
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Tururu, la marcha irá lenta
“Tururu, por fallas mecánicas, la marcha de los trenes irá lenta”, es uno de los mensajes que roban las esperanzas de llegar a tiempo de cualquiera de las personas de la capital que cada día utiliza el Metro.
El transporte público es el tercer lugar en el que los mexicanos se sienten más inseguros, de acuerdo con el INEGI. Y con razón: tan solo en la Ciudad de México, de los más de ocho mil asaltos con y sin violencia que ocurrieron en el transporte público, en 2019, poco más de dos mil 800 fueron en el Metro.
Además, de los más de cuatro mil robos sin violencia que ocurrieron en transportes públicos, más de dos mil 400, o sea casi la mitad, ocurrieron en el Metro, de acuerdo con datos de la Fiscalía General de la Ciudad de México.
El Metro representa una de las opciones más seguras para viajar por toda la ciudad, porque si bien tiene el mayor número de robos, la mayoría de estos ocurren sin violencia, de acuerdo con datos de la Fiscalía capitalina.
“Yo ya pagué mi boleto y no me voy a bajar, llevo prisa. Si ese güey se quería matar, era su problema”, es una de las expresiones que se escuchan cada vez que alguien elige morir entre los rieles del Metro. La indolencia y la eterna pelea por llegar a tiempo a donde sea reducen a minutos perdidos el hecho de que alguien se quitó la vida en el metro.
