La vida en una de las regiones más peligrosas del país que está en Michoacán

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En uno de los cientos de chats de WhatsApp de vecinos de Jacona y Zamora, en Michoacán, las imágenes de Piolín dando los buenos días, mientras hace ofertas de lavadoras y refrigeradores usados se intercalan con alertas y videos de balaceras y anuncios de personas desaparecidas.

“Cuidado si andan en Jacona por Los Sabinos. Hay una fuerte balacera y varios muertos”, se lee en el chat. 

Minutos después, alguien más comparte la noticia del ataque de un grupo armado a un puesto de comida en esa colonia de la zona de San Pablo, en la periferia de Jacona, una ciudad con 68,781 habitantes.

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El ataque ocurrió el pasado 12 de diciembre a plena luz del día, cuando alrededor de las 14:40 horas un grupo de personas armadas llegó al lugar y comenzó a disparar en contra de los comensales. La agresión dejó cuatro muertos.

“Estás en medio de ellos, los tienes de vecinos, los tienes a tu alrededor, en tu entorno. No lo puedes ver normal porque no lo es. Pero te acostumbras a eso, a vivir con el miedo, con la incertidumbre de lo que pueda pasar”, nos dijo una comerciante de Jacona que pidió el anonimato. 

“Ya tenemos aquí cerca de nuestras casas, casas de narco, casas donde se entrega droga. Salir da miedo por todo lo que está pasando a una calle siguiente a la de nosotros”.

Al horror cotidiano en este pueblo se suma el recuerdo de un multihomicidio registrado en enero de este año, cuando los cuerpos de cuatro jóvenes que no rebasaban los 25 años -uno de ellos menor de edad- fueron hallados en la colonia El Bosque con el tiro de gracia, cerca del Cerro del Curutarán y la Presa Verduzco, un lugar donde habitantes de Jacona acostumbran correr y tener días de campo los fines de semana.

La violencia, nos dijeron habitantes de Jacona, ha alcanzado a todos de distintas maneras. Las personas entrevistadas aseguran haber sido víctimas o conocer a vecinos, familiares y amigos que han sufrido la pérdida de alguien a manos del crimen organizado

“Conozco a alguien que ha sufrido secuestros, son víctimas de violencia. A una pariente la mataron por violencia del narco, la asesinaron. Bendito sea Dios encontraron su cuerpo. Hay gente que no encuentran, que los abandonan, los tiran y pues ya no los encuentran”, nos dijo un vecino de Jacona. 

Fue en esa comunidad, en julio pasado, donde se localizaron dos fosas clandestinas con los cuerpos de 16 personas en un lapso de 24 horas.

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De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública entre noviembre de 2020 y octubre de 2021 en Jacona se registraron 154 homicidios.

La situación se torna todavía más grave si a los asesinatos en Jacona les sumamos los que ocurrieron en Zamora, otra ciudad ubicada a sólo 5 kilómetros y con la que prácticamente está unida, y los que se registraron en Tangancícuaro, Tangamandapio y Cotija, todos pueblos vecinos.

En total, en esta región se reportaron 623 homicidios entre noviembre de 2020 y octubre de 2021.

Zamora y el asesinato del agente de la DEA que disparó la guerra contra las drogas

En 1985 una fuerte balacera que duró varias horas sorprendió a los habitantes de Zamora, tierra natal de Marta Sahagún, la esposa del ex presidente Vicente Fox, y capital mundial de la fresa.

El enfrentamiento se registró en las afueras de la ciudad, en el rancho El Mareño, ubicado en el kilómetro 36 de la carretera Zamora-La Barca. 

Ahí fue encontrado con huellas de tortura el cuerpo de Enrique “Kiki” Camarena, un agente de la DEA que se hospedaba en el hotel Jericó, en Zamora, y que tenía la encomienda de infiltrarse en los grupos del narcotráfico en México en la década de los ochenta. El caso cobró nueva notoriedad con la serie Narcos México y con la liberación de Rafael Caro Quintero, acusado de ser el autor del asesinato de Camarena y del piloto Alfredo Avelar Zavala.

Ahora, 36 años después de ese crimen que reforzó el combate armado a los grupos de la delincuencia organizada, las balaceras en el centro de Zamora se han vuelto comunes

El pasado 24 de noviembre, alrededor de las 22:00 horas, un grupo armado entró a Plaza Ana, un complejo comercial ubicado entre Zamora y Jacona, donde hay cines, supermercados y negocios con gran flujo de personas.

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Una vez dentro de la plaza, el grupo disparó contra la fachada del casino “Epic, uno de los comercios que hay ahí. No hubo lesionados, sin embargo las autoridades encontraron cartuchos de distintos calibres. Los sujetos armados se dieron a la fuga.

Un mes antes, policías municipales fueron emboscados por criminales. Un comandante fue asesinado y tres agentes resultaron heridos. 

“La violencia se ha incrementado de una manera mayúscula en esta región. Diario. Es bastante frecuente, es decir, se ven a veces calles acordonadas porque ya hubo algún muerto o se llegan a escuchar balazos. En algunas colonias es más marcado todavía que en otras. Pero toda la ciudadanía lo sentimos y nos preocupa”, nos dijo un vecino de Zamora.

De acuerdo con el gobierno de Michoacán, este municipio fue el más violento del estado entre 2019 y 2020. Mientras que el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal informó que en 2020 se registraron 181 homicidios por cada 100 mil habitantes en Zamora, lo que la ubicó en primer lugar en el ranking de localidades con mayor número de asesinatos. 

Tangamandapio y Tangancícuaro, violencia en pueblos de postal

En los años ochenta del siglo pasado, en el programa de televisión Chespirito, el personaje Jaimito, El Cartero, interpretado por el actor Raúl Padilla, recordaba su pueblo cada vez que podía. 

“Ahh, Tangamandapio, mi pueblo natal, un hermoso pueblito con crepúsculos a revolar”, decía Jaimito, personaje de ficción que incluso tiene una estatua en el centro de este pueblo de 31,716 habitantes, con casas de adobe y calles empedradas.

Ese paisaje apacible no existe más. En menos de un mes 16 personas fueron ejecutadas en dos multihomicidios

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El más reciente se registró el 21 de noviembre. Esa noche, los cadáveres de cinco personas fueron localizados a la altura del kilómetro 29 de la carretera Jacona-Los Reyes. Cuatro de los cuerpos tenían heridas de bala. El otro fue degollado.

El otro multihomicidio ocurrió en pleno Día de Muertos. La madrugada del 2 de noviembre, 11 cuerpos fueron localizados en la carretera Tarecuato-Los Ucares, en la región indígena de Tangamandapio. Entre las víctimas había nueve jóvenes menores de 20 años de edad

En esa misma zona, en agosto pasado, el enfrentamiento entre un grupo delictivo y soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional provocó la muerte de un militar y seis civiles.

A 35 kilómetros de ahí, en Tangancícuaro, una localidad clásica del occidente de Michoacán, con casas de tejados a dos aguas, calles embaldosadas, un zócalo con su kiosko de latón del siglo XIX y el Parque Nacional Lago de Camecuaro a unos kilómetros, dos hombres fueron asesinados con arma de fuego en dos hechos distintos, el 21 de noviembre. 

Dos semanas antes, cinco jóvenes fueron atacados en un taller mecánico la noche del viernes 5 de noviembre. Uno de los baleados murió horas después en un hospital de Zamora a causa de sus heridas. 

Un día después fueron localizadas varias narcomantas en distintos puntos de la ciudad, en la cabecera municipal y en una tienda Aurrerá. 

A mediados de los noventa el aspecto del pueblo cambió. De pronto los jóvenes estaban rapados, tatuados y usaban ropa fuera de lo común en la región. Eran muchachos que volvían de vivir en el este de Los Ángeles, donde adoptaron la moda de los cholos angelinos. 

“El Yangüis”, el hombre que murió en el hospital de Zamora luego del ataque al taller mecánico, tenía apenas cinco días de haber vuelto de EU. Iba a pasar las fiestas de fin de año con su familia. 

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¿Qué está desatando la violencia en esta región de Michoacán?

De acuerdo con autoridades estatales, la violencia en la región de Michoacán se debe a la disputa entre el Cártel de Jalisco Nueva GeneraciónCárteles Unidos, una organización criminal conformada por lo que queda de Los Viagras, el Cártel de Tepalcatepec, la Nueva Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios y los Blancos de Troya.

Las zonas en las que se ha recrudecido la violencia son Tierra Caliente, en el sur, donde están las autodefensas de Aguililla;  Zamora y la Sierra de los Reyes. De acuerdo con el gobierno estatal, en Michoacán operan 12 grupos criminales.

La violencia en esta región aumentó en los meses previos a la captura de Jesús “N”, alias “El Nopal, presunto líder de Cárteles Unidos, detenido en una acción del Ejército en Zamora, en agosto pasado.

Tres meses antes, cinco personas fueron asesinadas y descuartizadas. Sus restos estaban en bolsas de plástico abandonadas en un camino de terracería. Y apenas un mes antes fue que se realizó el hallazgo de las fosas clandestinas en la ciudad vecina de Jacona.

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En una conferencia de prensa el 29 de noviembre pasado, el nuevo gobernador morenista de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, informó que en la administración del ex mandatario estatal Silvano Aureoles, del PRD, se abrieron más de 9,365 carpetas de homicidios, que registran un total de 11,314 personas asesinadas.

Ramírez Bedolla reconoció que encabezando la incidencia de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes están Jacona, Zamora, Cotija, Copándaro, Tangancícuaro, Cuitzeo, Puruándiro, Tangamandapio, Coalcomán de Vázquez Pallares y José Sixto Verduzco.

Pero en cuanto a carpetas de investigación por homicidio doloso, los primeros lugares los ocupan Zamora, Morelia, Uruapan, Jacona, Puruándiro, Zitácuaro, Tarímbaro, Sahuayo, Apatzingán y Tangancícuaro.

Además, tanto Zamora como Jacona registraron un crecimiento atípico de la criminalidad en el mes de octubre de 2021.

Fuente: Elaborado por https://elcri.men/anomalias/ con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

Así es la violencia en estas comunidades rurales del occidente de Michoacán, estado donde el ex presidente Felipe Calderón lanzó su estrategia de Guerra contra las Drogas en diciembre de 2006 y donde la administración de Enrique Peña Nieto concentró sus esfuerzos contra el crimen organizado con Alfredo Castillo como comisionado para la pacificación de Michoacán

Mientras tanto, la gente de Jacona y Zamora prefiere mantenerse en sus casas por el miedo de ser asesinadas en medio del fuego cruzado.

“Todo esto se ha salido de control. Tal vez estas cosas, pues siempre han existido, pero tal vez eran un poco más ‘tapaditos’. Ahora sí que a plena luz del día se ven todos estos tipos de desmadre”, nos dijo una vecina de Jacona.

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