Voto de la clase media será el desafío de Morena para retener a la CDMX

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Fue hace casi 27 años cuando un partido distinto al PRI gobernó por primera vez en la Ciudad de México: el día que Cuauhtémoc Cárdenas, cofundador y militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ganó en la capital en unas elecciones que significaron mucho más que un cambio de partido político en la administración del entonces Distrito Federal.

Aunque somos una Federación en la que cada uno de los estados goza de cierta autonomía, seguimos siendo un país centralista. Esto hace que sea la capital del país un barómetro de los sentimientos nacionales, nos dijo Ricardo Pascoe Pierce, sociólogo y ex militante del PRD.

El triunfo de Cárdenas en 1997 fue el resultado de una acumulación de sucesos importantes que durante casi 30 años movieron profundamente a la ciudadanía: los movimientos estudiantiles como el de 1968, la represión contra las y los estudiantes ese mismo año -la matanza de Tlatelolco-, el de 1987 y otros, fueron una parte importante de ese cambio en el sentir nacional, nos explicó Pascoe Pierce.

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El entrevistado puntualizó que también el temblor de 1985 -que hizo añicos al Distrito Federal- le demostró a la ciudadanía que podían organizarse y solidarizarse para hacer frente a las adversidades sin depender del gobierno que tuvo, contrario a lo que se esperaría, una actuación muy cuestionable ante la emergencia. En ese entonces el presidente de México era Miguel de la Madrid, priista, por supuesto.

“El movimiento estudiantil fue tan fuerte que provocó un cambio en el país, la reforma del 78. O sea, 10 años después se generó un cambio en el sistema político mexicano con la reforma electoral de Reyes Heroles y en el 88 tuvimos la elección que para muchos produjo un fraude electoral en la que habría ganado Cuauhtémoc Cárdenas, pero volvió a ganar el PRI con Carlos Salinas”, nos compartió Pascoe.

Elecciones del 97 demostraron que el PRI era derrotable

Estos y otros eventos que siguieron sacudiendo a la ciudadanía provocaron que en 1997 hubiera un hambre feroz de un cambio político significativo. La elección del PRD para gobernar la capital del país no fue un suceso espontáneo, sino que venía como una ola empujando el sentimiento social desde 30 años atrás, nos explicó Pascoe.

“Se tiene que entender como un proceso muy amplio, muy profundo, social, político y económico que se fueron conjuntando para que finalmente se decidiera que en 1997 se eligiera al jefe de Gobierno de la ciudad y a partir del 2000 se eligieran los jefes delegacionales, ahora alcaldes de la Ciudad de México”; destacó Ricardo Pascoe.

Esa misma ola arrasó con más de lo que se esperaba: abrió el camino a la alternancia en la Presidencia del país. Por primera vez en siete décadas un partido distinto al Revolucionario Institucional estaría en el poder: el PAN.

“En realidad, la victoria de Cárdenas en el 97, sin que él lo propusiera y ni siquiera si él lo quisiera, le abrió la puerta a Vicente Fox a la Presidencia en el 2000, porque cuando Cuauhtémoc gobernaba la ciudad había un estado de ánimo social -que se reflejó en el país- de que el PRI era derrotable, de que se había descubierto que la idea de que era el ganador inevitable, era un mito”, resaltó el especialista.

El PRD ganó una enorme legitimidad

La avalancha de cambios y particularmente el mensaje que hizo realidad otras opciones políticas para país y para su capital le dio una enorme legitimidad al PRD en la ahora Ciudad de México, de manera que la ciudadanía se ha inclinado las últimas casi tres décadas a votar por la izquierda, primero representada por el Sol Azteca, luego por el partido del presidente López Obrador, Morena.

Morena heredó gran parte de los bloques de electores que había afianzado el PRD a través de programas sociales como consecuencia del ánimo progresista que se implantó y permaneció. Incluso en 2012 se evidenció esta firmeza con la aplastante victoria del ex jefe de Gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera, quien obtuvo el 63.52% de los votos en las elecciones superando ampliamente a las candidaturas de oposición. 

“Fue un cheque casi en blanco el que la ciudadanía de la Ciudad de México le expidió al PRD para que le demostrara que era otra cosa”, detalló Ricardo Pascoe, quien añadió que el interesante dilema que vamos a enfrentar en 2024 es hasta dónde es viable el modelo del PRD que le funcionó a los ex jefes de Gobierno para ganar el voto en los próximos comicios.

El 2021 reveló un cambio de rumbo en la clase media

Las elecciones locales de 2021 en la Ciudad de México dibujaron muy claramente cómo se sentía el electorado en la capital del país. Prácticamente el sentimiento político se dividió en dos, de un lado Morena y del otro las oposición PRI, PAN y PRD que ganaron cancha partiendo casi a la mitad el mapa de los resultados electorales.

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Morena se ha dedicado a repetir las fórmulas asistencialistas, pero ha descuidado otras importantes en el tema de las políticas públicas urbanas y tiene grandes pendientes con la ciudadanía en temas como la movilidad -como la caída de la Línea 12 del Metro y los numerosos problemas que ha tenido la Línea 3.

Ricardo Pascoe nos dijo que otro de los grandes problemas que le pueden cobrar cara la factura a la izquierda ahora representada por Morena, es el proceso de gentrificación de la ciudad y la enorme cantidad de personas de bajos recursos expulsadas de la capital.

Hidalgo, Morelos, Tlaxcala y otros han recibido a una enorme cantidad de habitantes originarios de la Ciudad de México porque es imposible mantener el costo de vida que se ha elevado gracias al boom inmobiliario de la capital que solo beneficia a clases media y alta.

El Estado de México es el estado que recibe a la mayor parte de los cerca de 20,000 hogares que han sido expulsados en la Ciudad de México y también es donde se han establecido más ciudades dormitorio, que son zonas en las que viven las personas que viajan dos o más horas hasta su trabajo en la Ciudad de México, porque los ingresos que reciben no son suficiente para pagar una vivienda cerca.

La clase media le daba el sentido ideológico a la capital

El politólogo y catedrático de la UNAM, Jorge Márquez, coincidió en que para analizar las condiciones políticas de la capital del país se puede dividir en dos: la clase media que es la que le daba el sentido ideológico y progresista; y las personas de bajos recursos, que dependen en gran medida de las ayudas sociales del gobierno

También coincidió en que el partido del presidente López Obrador mantiene su formato de apoyos social como una estrategia clientelar para asegurar votos, pero ha perdido atención en las necesidades de la clase media que sí tiene un voto útil y quien ya no ve al gobierno como un gobierno progresista y de izquierda, sino más bien como uno “cínico”.

“Lo que pasa ahora es que Morena retiene el voto clientelar -que son más expertos que los viejos priistas en el manejo de las clientelas, de los programas sociales, del chantaje a los ambulantes, taxistas y más. Ese voto es el que cultiva Morena y con el que espera ganar en 2024”, destacó Márquez.

El entrevistado nos explicó que la clase media que demostró su descontento con Morena en 2021 ni siquiera tiene que estar ideológicamente orientada hacia la derecha ni ser simpatizante de los partidos de la oposición para poner en riesgo los 27 años que la izquierda ha retenido la capital mexicana. Más bien, usará su voto de castigo como una manera de expresar su insatisfacción, como ya lo ha hecho antes.

“¿Le va a alcanzar a la clase media para quitarle la ciudad a Morena?”, se preguntó el especialista, “quién sabe, porque el voto clientelar es también muy grande y según se puede apreciar en la repartición de delegaciones y diputaciones locales, a la oposición o la clase media liberal de derecha le alcanza, pero políticamente hay dos opciones, no hay una sola coalición. Si no cuenta con Movimiento Ciudadano es muy probable que Morena se lleve otra vez la ciudad”.

Veremos qué tan caro le sale a Morena el castigo de la clase media, qué tanto se activa y logra hacer participar a las porciones abstencionistas y si logra el Frente Amplio Por México negociar a su favor con el partido de Dante Delgado. Si estos elementos convergen, Morena puede estar en riesgo de perder lo que ha ganado desde 2018 en la ciudad y quizás años después también en el país.

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