Hay quienes creíamos que el último gran choque del Metro sería suficiente para acabar con una campaña.
Pues el Metro es primordial para la ciudadanía que estaba bastante nerviosa de usarlo.
Tan preocupado estaba el gobierno que se apuraron a dar resultados en otros casos. Todo para quitar un poco la atención al problema.
Hasta Sheinbaum dejó de tiktokear.
Es que vean nomás.
Entonces pasó lo que no esperábamos.
Echarle la culpa a “saboteadores” utilizando a la Guardia Nacional para ello.
Cuando se pudo usar para cosas mejores.
Seamos sinceros, el problema no es el sabotaje.
O sea…
La idea es absurda.
Toda una cortina de humo.
Pero la maquinaria ya empezó a trabajar el discurso.
Aún así, siguió fallando.
Hasta que pasó lo de Polanco.
Una estación llena de gente con celulares y que genera mucho morbo cada que pasa algo en esa colonia.
Pues ahora lo de sabotaje no suena tan raro.
Solo que no del lado que el gobierno dice, en realidad autosabotaje suena mejor.
Al final sabemos que el mantenimiento nunca le importó.
