Tener un terrero en un paraíso caribeño, cerca de la playa, pensando en que en algún futuro podría ser una casa para vacacionar suena maravilloso. También suena espectacular comprar una propiedad en una de aquellas maravillosas zonas que apenas empiezan a desarrollarse y después venderlo al doble o al triple de lo que lo compramos.
Esta es la idea con la que muchas personas están siendo convencidas por agentes inmobiliarios de adquirir lotes en Yucatán. Mauricio es una de ellas, un financiero de 37 años, a quien una amiga le presentó la idea de adquirir lotes de inversión en las calurosas tierras mayas.
“Baratísimos, casi casi te pagan por comprarlos. Yo compré cuatro, dos en un desarrollo, dos en otro y ya acabé de pagarlos. Y sin problema. Mi amiga, la primera que compró, ya escrituró los primeros que terminó de pagar”, nos dijo.
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Mauricio detalló que los terrenos que compró están en camino de tierra, no hay drenaje, pero le dijeron que ya están instalando los postes de luz. Entre todos los lotes invirtió alrededor de $250,000 pesos desde 2021, pagándolos en mensualidades.
Dos lotes están en el desarrollo inmobiliario Naatur (que no deja muy clara la ubicación en su sitio web), por el que pagó cuotas de $1,500 pesos al mes y el otro en el desarrollo Cocoloa ubicado en la Costa Esmeralda Yucateca, a nueve minutos de Santa Clara, Yucatán.
“Yo sé que no va a haber un super boom ahorita, cualquier inversionista debe saber eso. Puede que funcione, puede que no, puede que te vean la cara, puede que no”, contestó Mauricio cuando le preguntamos si consideraba que su compra era segura.
Lo anterior porque han habido diferentes alertas sobre lo que los agentes inmobiliarios llaman lotes de inversión, que son la venta de terrenos en zonas alejadas, que no cuentan con ningún servicio y que están creando una “burbuja inmobiliaria” que en algún momento puede estallar, pues las personas están adquiriendo propiedades que probablemente sean inhabitables durante muchos años más o quizás nunca.
La seguridad de Mérida, uno de los anzuelos
Carla Luisa Escoffié Duarte, abogada en derechos humanos y defensora del derecho a la vivienda, explicó en un video en sus redes sociales la problemática de la “burbuja inmobiliaria” que se está creando en Yucatán, de donde ella es originaria.
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La activista, también autora del libro País sin techo y El derecho a la vivienda en México. Derechos homónimos explica que desde que inició la guerra contra el narco en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) las personas empezaron a buscar lugares más seguros para vivir, como Yucatán, el estado con menor incidencia delictiva, como te contamos en esta nota.
La especulación de que mucha gente llegaría a vivir a Yucatán dio pie al inicio a la venta de los lotes de inversión, como una nueva oportunidad de negocio, pero no se tomó en cuenta de que los lotes no se estaban adquiriendo para habitarlos, sino con la esperanza de revenderlos en unos años y poder duplicar su dinero, cuando aumente su plusvalía.
“En Yucatán habría al menos 100,000 lotes de inversión y eso es ‘bajita la mano’. Sin embargo hay más gente que se va de Yucatán que gente de otros estados que llega a vivir a Yucatán. Tampoco es verdad que Mérida y Yucatán estén en una etapa de crecimiento poblacional inédita en su historia”, explica la abogada en su video.
El censo de población que realizó el INEGI indica que había 1,956,000 personas viviendo en Yucatán en 2010, para 2020 la población de Yucatán era de 2,320,898 habitantes. Las últimas décadas son en las que menos crecimiento poblacional ha tenido el estado, ya que si tuvo un importante crecimiento, pero esto fue en la década de los 60 y 70, detalla Escoffié.
La burbuja de la especulación inmobiliaria
La fabulosa idea de negocio de los lotes de inversión se sostienen más en la especulación inmobiliaria que en el rendimiento real de la compra de los terrenos que están siendo ofertados por un valor mucho menor al costo de las viviendas en la zona, explica la plataforma de sensibilización e incidencia en el desarrollo urbano, MetrópoliMid, que tiene el objetivo de impulsar la planificación y el desarrollo sostenible de Mérida.
Mientras la vivienda más económica cuesta alrededor de los $380,000 pesos, hay lotes de inversión que se venden hasta en $65,000 pesos, porque su lógica de compra es distinta: no están pensadas para que se habiten.
Esto trae consigo diversos problemas, entre ellos el desorden territorial que impide que los municipios y estados puedan planear cabalmente futuros proyectos económicos, carreteras o proyectos de servicios como líneas de alta tensión.
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La falta de certeza jurídica, los riesgos ambientales a causa de la masiva deforestación y el abandono de terrenos que pueden ser ocupados por redes del crimen organizado son otras preocupaciones por la venta de los lotes de inversión, pues muchas personas que tienen la expectativa de que en algún momento sus terrenos sean habitables terminarán por desatender sus propiedades.
Muchos de estos terrenos incluso pertenecen a estructuras ejidales y a campesinos por lo que no son tierras de propiedad privada, sino comunitaria.
Incluso la Cámara de Diputados realizó el foro Especulación Inmobiliaria. Capítulo Mérida, Yucatán en junio de 2023 para abordar el tema. En el evento organizado por la Comisión de Vivienda, funcionarios y especialistas alertaron que la especulación inmobiliaria como la que se está generando en Yucatán desde hace años genera costos sociales, ambientales, públicos y encarece el suelo.
Adquirir un patrimonio por menos dinero de lo cuesta un automóvil suena muy conveniente, pero en este caso es un trato que le conviene más a quien vende que a quien compra, una burbuja que se infla cada vez más y que no tarda en estallar.
