Entre el tabú y el morbo: el fascinante fenómeno del canibalismo

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La última vez que Bruno vio a su esposa estaba muerta y desmembrada al interior de la vivienda de Andrés Mendoza ubicada en Atizapán de Zaragoza, Estado de México. 

Mendoza era un viejo amigo de la mujer del policía que se prestó a acompañarla al centro de la ciudad a surtirse de mercancía para su negocio de venta de celulares la mañana del 14 de mayo del 2021. Pero la mexicana de 34 años no regresó a casa y su esposo emprendió su búsqueda hasta encontrarla en el domicilio de quién la prensa llamó el caníbal de Atizapán, que la asesinó, le arrancó la piel y al momento de su detención tenía carne humana humeando en un sartén. 

La antropofagia o el acto de consumir carne humana, históricamente ha sido practicada en diferentes contextos culturales y situaciones extremas como rituales religiosos, prácticas de guerra, supervivencia en condiciones de extrema escasez de alimentos como en el caso de los sobrevivientes del accidente aéreo en los Andes. En México, Andrés Mendoza desafió todos los motivos, además de comer dedos, piernas y partes de sus víctimas, regalaba kilos de restos a sus vecinos haciéndoselas pasar por carne de jabalí.

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Al encontrar a su esposa sin vida y sin piel, el agente dio aviso a las autoridades correspondientes. Sobre la mesa del asesino había un cuerpo descuartizado de otra mujer y piel humana colgada en un tendedero.

Es un desquiciado mental, un loco que está cometiendo sacrilegio con algo sagrado como el cuerpo humano”, pensó Gonzalo Suárez-Belmont, antropólogo y maestro de historia de México en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) al conocer la historia del caníbal en la prensa nacional. 

Andrés Mendoza fue sentenciado a 55 años de prisión y las autoridades del Estado de México continúan trabajando en la identificación de sus víctimas. 

Entre el tabú, el culto y el morbo

En un país donde la violencia contra las mujeres es un flagelo que cobra la vida de al menos 10 de ellas cada día, el caso del caníbal de Atizapán es un recordatorio sombrío de los horrores que las acechan. Detenido por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México en mayo del 2021, Mendoza Celis confesó haber enterrado a al menos 17 mujeres, un niño y un hombre en un cuarto subterráneo.

Este relato inspiró la creación de la miniserie televisiva titulada Caníbal, indignación total, producida por el abogado y columnista Javier Tejado Dondé. La serie se estrenó el 27 de junio del 2022 y fue vista por más de 27.6 millones de personas por televisión.

“Lo importante es que se logró el objetivo de visibilizar el tema de los feminicidios, de tener una reflexión, de conmocionar a la sociedad y de invitar a las autoridades a que juntos todos y todas solucionemos esta tragedia colectiva“, dijo en su momento Arturo Zaldívar, entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que auspició la producción.

FOTO: CUARTOSCURO.

El canibalismo ha sido objeto de estudio por parte de antropólogos, psicólogos y sociólogos, quienes intentan desentrañar los misterios que lo rodean. 

En 1929, en Nueva Guinea, la antropóloga Margaret Mead convivió con tribus que practicaban la antropofagia. De acuerdo con su experiencia, el interés en esta práctica se da por la curiosidad humana al querer descubrir actividades que  pueden parecer extrañas o incomprensibles para quienes están fuera de esa cultura. 

En su obra Sex and Temperament in Three Primitive Societies, Mead explora cómo las sociedades consideran el canibalismo en diferentes contextos y cómo estas percepciones pueden influir en la construcción de identidades culturales.

Monserrat Espín, socióloga mexicana y maestra de la Universidad Tecnológica de México, coincide con Mead en que la fascinación por comer carne humana y el morbo que genera “vienen del gusto por lo extraño, lo inaudito”.

Por otro lado, desde la perspectiva de la psicología, el interés en la antropofagia puede estar relacionado con la atracción hacia lo macabro y el tabú. De acuerdo con el psicólogo clínico Robert Kurzban, autor del libro Why Everyone (Else) Is a Hypocrite: Evolution and the Modular Mind, los humanos tienen una fascinación innata por lo prohibido y lo peligroso, lo cual puede explicar en parte el morbo que genera este tema.

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Kurzban agrega que los medios de comunicación y la cultura popular han contribuido a amplificar esta fascinación con representaciones sensacionalistas y dramáticas del canibalismo en películas, series de televisión y novelas. “Estas representaciones, si bien pueden distorsionar la realidad, también sirven como fuente de entretenimiento y exploración de los límites morales y psicológicos humanos”, explica el psicólogo.

Una abominación ¿para occidente?

El primer caso de antropofagia ha sido atribuido a los neandertales y hace más de 100 mil años la cueva francesa de Moula-Guercy fue testigo de ello. Se trata de una práctica documentada en África occidental y central, en la región de la Melanesia, Nueva Guinea, en algunas islas de la Polinesia y en las tribus de Sumatra.

En México, documentos históricos como el Códice Florentino, muestran dibujos de los mexicas comiendo personas como parte de un ritual de ofrecimiento a sus dioses.

El maestro Suárez-Belmont explica a  Cuestione  que los mexicas “sacrificaban a una persona en especial que personificaba a un Dios y se comían parte del individuo como un ritual de comunión”. Una práctica que también, simbólicamente, se repite todos los días desde el catolicismo.

Desde antes del cristianismo, en Mesoamérica, un sacrificio humano era un ritual colectivo y “comer algunas partes del cuerpo de la víctima sacrificial era un acto normado por la tradición”, detalla el antropólogo chileno-mexicano Claudio Lomnitz. 

Para el académico, periodista y escritor, en la actualidad comer carne humana es una abominación, un acto que, en general, no sólo produce el horror del enemigo, sino que inspira también repulsión. “Se estará condenado para siempre ver el hombre como enemigo del hombre, es decir, como un animal que no tiene redención posible”.

Durante la conferencia El canibalismo, un ritual con implicaciones políticas y culturales, el catedrático en la Universidad de Columbia reconoció que comer carne humana ha vuelto a aparecer en México, pero no como el renacimiento de grandes culturas antiguas, sino como un atropello a la ley y a la moral que sirve para sellar un pacto secreto entre justos y pecadores, buenos y malos.

La sociedad del morbo

La fascinación por la antropofagia está más presente que nunca. La película La Sociedad de la Nieve de Netflix revive el accidente aéreo del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en octubre de 1972, que se estrelló contra la cordillera de los Andes. De 45 pasajeros, sobrevivieron únicamente 16.

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La película de Juan Antonio Bayona llegó hasta el puesto número cuatro del ranking de las más vistas a nivel mundial a nueve días de lanzamiento: ha sido vista un total de 75,100,000 veces desde el día de su estreno el 4 de enero de 2023.

Roberto Canessa y Carlos Páez son Rockstars. Los sobrevivientes reales del accidente de los Andes tienen la agenda llena para dar conferencias, entrevistas, testimonios.

Roberto Canessa estará en la Ciudad de México el próximo sábado 13 de abril a las 7 de la noche en el Centro Cultural Teatro I. Fue él junto con Fernando Nando Parrado, quienes se aventuraron 10 días en las montañas gigantes de los Andes para buscar ayuda caminando entre picos de más de 4 mil 500 metros de altura. Escuchar la hazaña de sobrevivir comiendo carne de sus amigos muertos cuesta entre $916 y $2,868 pesos. 

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