La crisis del agua

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El agua es un elemento necesario e insustituible para que haya vida y también es un factor de justicia, equidad y bienestar social. En México, el uso y la disposición del agua no son equitativos y desde hace varios años enfrentamos una situación crítica de disponibilidad y acceso por distintos motivos. La falta de inversión en infraestructura es uno de ellos.

En 2021 el gobierno federal asignó un presupuesto de 24,921 millones de pesos a la Comisión Nacional del Agua, sin embargo, de acuerdo con expertos del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua se requiere una inversión anual de 49 mil millones de pesos, al menos durante los próximos 21 años para garantizar la sustentabilidad y seguridad hídrica en nuestro país. Es decir, hay un déficit en la inversión de casi 24 millones de pesos anuales.

Uno de los problemas que provoca la falta de inversión es el desperdicio. En las ciudades se llega a desperdiciar 40 por ciento del agua debido a fugas en las redes de abastecimiento y distribución. En toda la red de distribución de las ciudades en el Valle de México se pierden 21 mil litros por segundo de cada 63 mil que llegan a esta región, es decir 35% del agua que se distribuye no llega a su destino debido a la falta de mantenimiento e infraestructura defectuosa.

El acceso a servicios de alcantarillado y saneamiento básico también son un reto. De acuerdo con la encuesta intercensal del INEGI, en 2015 se había logrado una cobertura de casi 93 por ciento del territorio nacional, siendo esta cobertura para las regiones urbanas del 97 por ciento y para las zonas rurales del 77 por ciento, sin embargo, debido a la falta de mantenimiento de estos servicios, esta cobertura está en riesgo de reducirse.

El desperdicio no solamente se da en las zonas urbanas y residenciales, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, el sector de la agricultura y la ganadería consume 76 por ciento del agua disponible en México y de ese total, 57 por ciento se desperdicia debido a la deficiente infraestructura en los sistemas de riego.  Por otra parte, las pérdidas por infiltración y evaporación ascienden a más de 60 por ciento del agua almacenada para fines agrícolas.

Paradójicamente, en las zonas rurales que es donde hay mayor escasez de agua es en donde se pierde la mayor cantidad debido a que la infraestructura para los cultivos y el uso doméstico es obsoleta y está en mal estado.

Como en casi todos los aspectos, en el caso del agua también hay enormes diferencias entre el norte y el sur del país. Mientras en el norte llueve poco, si se cuenta con infraestructura para captar el agua, mientras que en el sur que hay una mayor disponibilidad de este líquido, la infraestructura es insuficiente y obsoleta.

Para 2050 habrá 31 millones de habitantes más en el país, lo que representa un crecimiento de cerca de 25 por ciento con respecto a la población actual, debido a esto será necesario incrementar la producción de alimentos en alrededor de 70%, lo que implica que las extracciones de agua se incrementarían 55% por lo que es urgente realizar las inversiones necesarias para revertir el desastre que implica el desperdicio de este recurso.

Es fundamental que el Gobierno Federal y el Congreso doten de recursos suficientes a los organismos encargados del manejo y control del agua, ya que de recuperarse todo lo que se pierde en fugas, México no estaría atravesando con una situación tan crítica en esta materia. ¿Se imagina lo que sería recuperar casi el doble del agua que actualmente llega a los grifos de nuestros hogares, empresas y el campo?

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