Uno de los pilares sobre los que se construyen las democracias es el derecho a disentir. No estar de acuerdo con el Estado, y decirlo públicamente, es la base de otros derechos y libertades, como el derecho a la manifestación, la libertad de expresión o la libertad de prensa.
El derecho a no estar de acuerdo se expresa de múltiples maneras: desde las más clásicas, como cartas o desplegados en los periódicos, manifestaciones, asambleas públicas, expresiones artísticas, hasta otras que han surgido en las últimas décadas, usando la tecnología para inconformarse. Esto incluye denunciar a políticos en redes sociales o hacer campañas para recolectar firmas en internet.