Desprestigio y agresiones sexuales, costo de periodistas y activistas por expresarse

Compartir:

Durante 2019, más de 25 personas periodistas y activistas fueron asesinadas en México. Al menos seis de ellas eran mujeres.  

Aunque son menos las mujeres que los hombres asesinados por ejercer ejercer su libertad de expresión, ellas enfrentan otro tipo de agresiones y corren un doble riesgo: por ser mujeres y por atreverse a informar, a defender y a expresar. 

Las periodistas

Norma Sarabia era reportera de nota roja en Tabasco. En los primeros meses del 2019 se enfocó a reportar temas relacionados con el huachicol o robo de combustible. Fue asesinada afuera de su casa en junio por dos hombres no identificados.

Además de esta forma extrema de violencia, las agresiones más comunes contra mujeres periodistas son la violación sexual en represalia por su trabajo; el abuso sexual en cautiverio o bajo detención; y la violencia sexual por parte de las turbas contra quienes cubren actos públicos, de acuerdo con lo que documentó la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe Mujeres Periodistas y Libertad de Expresión.

Las agresiones más frecuentes en los espacios de trabajo contra las comunicadoras son comentarios no deseados sobre su vestimenta, silbidos, bromas de naturaleza sexual y contacto físico no deseado, según señaló ese informe.

El movimiento #MeToo -que surgió en marzo pasado en redes sociales- en el que decenas de mujeres periodistas mexicanas denunciaron a varios integrantes del gremio, también demostró que la violencia contra las comunicadoras dentro de su espacio de trabajo es una constante. 

Te podría interesar: Discursos de odio, el límite de la libertad de expresión

Y ahora la violencia también está en la red. De acuerdo con la CIDH, en los últimos años aumentaron los insultos, acoso y hostigamiento en línea contra las mujeres periodistas a través del monitoreo y acecho, la publicación de datos personales, trolling (molestar por internet), el desprestigio, la difamación, la descalificación y el odio viral. 

Las mujeres que cubren temas como la política, el derecho, la economía, el deporte y los derechos de las mujeres son quienes están en más riesgo de padecer esta violencia en línea.

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012 a 2018), Comunicación e Información de la Mujer A.C. (que desde hace 30 años registra agresiones contra las mujeres periodistas) documentó 422 casos de violencia. Las agresiones más frecuentes fueron las amenazas, abuso de autoridad, privación ilegal de la libertad y lesiones. 

Las defensoras 

En agosto, Nora López fue asesinada en Chiapas. La activista ambientalista era responsable de un proyecto para liberar a la guacamaya roja. 

Las defensoras de derechos humanos se encuentran en más riesgo, pues ejercen la libertad de expresión a través de acciones políticas como: asambleas, marchas, toma de instalaciones, paros y otras.

De acuerdo con información recopilada por la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (RNDDHM), de enero a noviembre de 2019 fueron asesinadas cinco defensoras, dos enfrentaron un intento de asesinato y dos más, fueron desaparecidas. En ese periodo, también se registraron cuatro detenciones arbitrarias y 22 actos de criminalización.

Pero mujeres y niñas que defienden derechos humanos han enfrentado en años recientes, una creciente represión y violencia alrededor del mundo, de acuerdo con el informe Cambiando el Curso de la Impunidad, de la organización, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés).

Te recomendamos: Recorte en presupuesto 2020 pone en peligro a 365 mujeres periodistas y activistas

Las mujeres periodistas y defensoras son atacadas frecuentemente por servidores públicos, grupos religiosos e incluso por sus propios familiares porque su trabajo cuestiona normas y expectativas de género profundamente arraigadas, según ha documentado la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos.

Esto a pesar de que los gobiernos tienen la obligación de respetar, proteger y cumplir con el derecho de las defensoras a promover los derechos humanos sin discriminación. 

En febrero pasado, el Relator Especial de la ONU sobre la situación de los defensores, Michel Forst, presentó su informe anual ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.

El informe denunció que el incremento de un discurso misógino, sexista y homofóbico por parte de líderes políticos en los últimos años, ha normalizado la violencia contra las mujeres defensoras de derechos humanos. 

Forst, que vino a México en 2017, también reconoció que aquellos que actúan a nombre de los Estados se han involucrado en ataques directos contra mujeres defensoras y sus familias.

“Actos de desacreditación pública, ataques contra el honor y reputación de las mujeres, doxing, es decir, la publicación de detalles personales sobre sus vidas en internet, violencia sexual y ataques contra sus hijos y seres queridos, son utilizados para silenciar a las mujeres defensoras de derechos humanos,” dijo Michel Forst.

Pese al incremento de estas formas de violencia, como Cuestione lo documentó, el gobierno recortó 58% del presupuesto federal al programa de Protección y Defensa de los Derechos Humanos del Anexo 13 (el etiquetado a género), al pasar de 17.3 millones de pesos en 2019 a 7.2 millones de pesos para 2020, de acuerdo con último dictamen del Presupuesto de Egresos de la Federación 2020.

¿Estará haciendo lo suficiente el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para modificar el panorama en el que las periodistas y las activistas realizan su trabajo? 

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.