La relación que ha construido el presidente Andrés Manuel López Obrador con gobiernos de izquierda es parte de una estrategia pragmática de política exterior que funciona a favor de la política interna complaciendo a los grupos más nacionalistas como generadores de votos, nos explicó el especialista en Política Exterior y catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Rafael Velázquez.
Sin embargo, atrajo la atención de los medios -y las críticas de sus opositores- que López Obrador entregara a Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, la Orden Mexicana del Águila Azteca en el grado de collar, la máxima distinción otorgada a extranjeros, durante la visita del mandatario cubano con motivo de la firma de un acuerdo bilateral de cooperación en temas de salud.
El evento fue en reciprocidad de la entrega que en 2022 hizo Díaz-Canel de la Orden José Martí -la más alta distinción de Cuba- al Presidente de México. Esto, para los ojos del mundo, afianza la relación que ambos gobernantes mantienen.
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Durante su administración, AMLO ha sido criticado por sostener relaciones diplomáticas con gobiernos autoritarios, dictatoriales e incluso defendido a personajes como Pedro Castillo, el ex presidente de Perú detenido luego de intentar un auto golpe de Estado, como te contamos en esta nota.
Pero, como nos explicó el académico de la UABC, Rafael Velázquez, esto no es nada nuevo. Al contrario, es una política similar a la que adoptó el priismo durante décadas, cuando estaba en el poder, para ganar la simpatía de ciertos sectores nacionalistas.
“Desde que ocurrió la Revolución Cubana, el gobierno de México sostuvo una posición cercana a Cuba -por lo menos en el discurso- y de crítica e independencia frente a Estados Unidos porque le generaba la legitimidad democrática al PRI, que muchas veces no obtenía en las urnas, porque no siempre llegaba al poder con procesos claros y transparentes sino que, muchas veces, recurrían al fraude electoral”, nos explicó el especialista.
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Velázquez añadió que, con esta política, el PRI buscaba que la comunidad internacional no criticara a México, ni supervisara el tema de los derechos humanos o la democracia, era como una barrera y por eso defendía Cuba.
El especialista consideró que López Obrador está regresando a esa política exterior de apoyar a los gobiernos de izquierda porque está mandando un mensaje principalmente a los grupos nacionalistas.
México tiene un régimen democrático, pero un gobierno autoritario
Hay que hacer una diferencia que es muy importante: México tiene un régimen democrático, pero es un gobierno autoritario, en cambio en Cuba el gobierno es autoritario y el régimen también. El hecho de que México le haya otorgado la condecoración del Águila Azteca al presidente de Cuba dice que prácticamente México está avalando un régimen autoritario, poco democrático y eso sí afecta la imagen de México en el exterior, nos dijo el académico Rafael Velázquez.
Con gobiernos de izquierda -Brasil, Argentina, Colombia, Chile y más- no impacta mucho ese tipo de medidas pero sí afecta la relación de México con otros países como Estados Unidos y países de Europa que no ven muy positivo que México apoye a regímenes autoritarios.
Además, para Arlene Ramírez Uresti, doctora en Relaciones Internacionales y académica de la Universidad Iberoamericana, la posición desde la Presidencia tiene repercusiones importantes, debido a que México está adscrito a muchos mecanismos de cooperación y de vinculación internacional que, de alguna forma, le obligan a mantener una postura neutral, a favor de los derechos humanos y de la democracia.
“Hacer pronunciamientos, sobre todo desde la figura del Presidente, pone un sesgo con una carga importante de subjetividad a la política exterior porque, además, no tendría que ser la línea discursiva de un país que, generalmente y en su tradición diplomática, ha visto más por la conciliación, la solución pacífica de las controversias, la baja intensidad entre los conflictos”, nos dijo la especialista.
Pero decir que México siempre se ha sujetado a la defensa de los derechos humanos, también puede ser un poco engañoso, aunque siempre ha defendido el principio de no intervención -como lo hace ahora López Obrador-, nos dijo el especialista en Política Exterior, Rafael Velázquez.
“El mensaje era: no se metan con Cuba, para que no se metan conmigo. Es decir, en realidad no estaba defendiendo a Cuba, estaba defendiendo al régimen priista que también tenía procesos antidemocráticos y violaciones a los Derechos Humanos, como el episodio de la matanza de Tlatelolco, en el 68, por poner un ejemplo”, puntualizó el entrevistado.
Estados Unidos está de acuerdo con nuestra política exterior
La imagen de nuestro país a nivel internacional no es la única afectación que puede tener el gobierno de México a causa de sus relaciones diplomáticas con gobiernos autoritarios, nos dijo la doctora en relaciones Internacionales, Arlene Ramírez, ya que algunos mecanismos, como en los que está implicada la Unión Europea pueden aplicar sanciones en temas comerciales y económicos.
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“No es que te impongan una multa ni mucho menos, pero si baja la intensidad del intercambio comercial incluso hasta el punto en el que, si fuera demasiado grave lo que está ocurriendo, podrían hasta cancelar el acuerdo comercial con nosotros”, nos dijo.
La especialista destacó que el problema de las relaciones internacionales es que está limitada a la soberanía que recorta la acción punitiva por parte de los organismos internacionales, es decir, las sanciones que se pueden imponer.
Y en esto coincidió el académico Rafael Velázquez quien destacó que el gobierno de Estados Unidos sabe que para el gobierno mexicano son importantes este tipo de actitudes, es decir hay una política de estar de acuerdo en estar en desacuerdo.
“Para Estados Unidos lo más importante es la estabilidad política y económica al sur de la frontera porque garantiza seguridad, ya que una grave crisis económica traería consigo un flujo masivo de migrantes y afectaciones a las inversiones estadounidenses”, detalló.
Ellos saben que el gobierno de México tiene que recurrir a esas posiciones de acercamiento con América Latina para tener estabilidad, y Estados Unidos ha estado de acuerdo porque eso permite estabilidad política, aunque no compartan la misma postura.
Por tanto, se ve complicado que exista riesgo de que el apoyo que López Obrador está dando a gobiernos como el de Cuba, Venezuela o Nicaragua tengan por sí mismo repercusiones reales, pues al final son mecanismos probados útiles para que el partido gobernante se mantenga en el poder.
