El sindicalismo en Estados Unidos hace una demostración de fuerza

Compartir:

- Advertisement -

La eterna tensión entre trabajadores y empleadores que mueve la historia ha sido más visible que nunca este verano de 2023 en Estados Unidos. Dos grandes industrias –la automotriz y la cinematográfica– se vieron obligadas a parar debido a las dificultades que enfrentaron líderes sindicales en la renegociación de contratos para sus miembros. 

El mundo y las industrias están cambiando rápidamente y con ellas las dinámicas laborales, pero los estudios de producción y las grandes empresas automotrices no estaban listas para poner al corriente los contratos.

Los tres sindicatos que entraron en huelga en los últimos meses son: los Trabajadores Automotrices Unidos (UAW por sus siglas en inglés), el Gremio de Guionistas de Estados Unidos (WGA) y El Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA).

La huelga de los guionistas duró 148 días y, aunque todavía falta que se vote el acuerdo al que llegaron con los estudios, desde el miércoles 27 de septiembre se levantó la huelga. Por otra parte los actores regresaron a la mesa de negociaciones el lunes 2 de octubre y después de las ganancias que lograron los guionistas hay mucho optimismo alrededor de estas pláticas. 

Te puede interesar: Controversias dentro del T-MEC, una de las tensiones ocultas en el encuentro AMLO-Biden-Trudeau

Sin embargo, la huelga más significativa es la que ha paralizado a las tres gigantes automotrices y está más fuerte que nunca.

Salarios más justos para el sindicato

Al centro de la huelga automotriz está Sawn Fain, un electricista que forma parte de UAW desde 1994. Fain fue electo como presidente en las primeras elecciones directas del sindicato en marzo de este año y desde la campaña ha estado llamando a cambiar completamente el sistema actual. 

En 2009, después de la crisis financiera, la industria automotriz estaba gravemente herida. General Motors y Chrysler –ahora Stellantis– se habían declarado en bancarrota y la amenaza de que carros extranjeros fueran a conquistar el mercado estadounidense era más real que nunca. Debido a esto, UAW hizo muchas concesiones a Las Tres Grandes (o “The Big Three”), como se les conoce a Ford, General Motors y Stellantis. 

Más de diez años después es momento de renegociar estos acuerdos. Desde 2003 el salario de los trabajadores automotrices ha caído en 30% en términos reales, es decir, cuando se ajusta a la inflación, los trabajadores de hoy ganan solo el 70% de lo que ganaban hace 20 años. 

En los últimos años la disparidad entre salarios de trabajadores y de los ejecutivos ha indignado a los primeros. Fain explicó que desde 2019 los precios de los autos han aumentado en un 30%, sus salarios han aumentado en 6% y los de los Directores Ejecutivos lo han hecho en un 40%.

Te puede interesar: ¿Mintió Estados Unidos sobre la situación de derechos humanos en México?

Esta cifra es un estimado, ya que la compensación económica que reciben los Directores Ejecutivos tiene diversos componentes, es difícil de calcular por año y varía mucho entre las tres compañías.

Sin embargo, Fain no se equivoca al decir que la disparidad es enorme. Aproximadamente a un trabajador promedio de General Motors le tomaría 362 años ganar lo que la directora ejecutiva, Mary Barra, gana en un año. Un trabajador de Ford tendría que trabajar 281 años para recibir lo que Jim Farley en un año, mientras que en Stellantis alcanzar el salario anual de Carlos Tavares llevaría 298 años de trabajo a un trabajador normal. 

Además de un aumento salarial del 36%, los UAW piden mejores prestaciones laborales, renegociar sus pensiones, jornadas laborales más cortas y eliminar el sistema de dos niveles que distingue entre los salarios y beneficios que reciben quienes fueron contratados antes y después de 2007. 

Capital político

Con las elecciones generales en puerta, los más fuertes candidatos, de acuerdo con las preferencias registradas hasta el momento -el presidente Joe Biden y el ex presidente Donald Trump-, están compitiendo por la simpatía del sindicato. 

Esta semana ambos políticos visitaron Michigan. Joe Biden se convirtió en el primer presidente en unirse a la línea de piquete de una huelga el martes 26 de septiembre. El mandatario visitó Michigan para manifestar su apoyo total a los trabajadores. 

Por otro lado, el ex presidente y posible candidato republicano Donald Trump faltó al segundo debate republicano por asistir a un evento a las afueras de Detroit. A diferencia del acto de Biden, el de Trump se llevó a cabo sin la presencia del sindicato. 

Michigan será fundamental para ambos candidatos en 2024: en las últimas dos elecciones el ganador ha sumado los 16 votos del colegio electoral que aporta este estado. En 2016 Donald Trump ganó el estado por 10,704 votos, cuatro años después el ahora presidente lo recuperó por 154,188 votos. 

Te puede interesar: El debate sobre la gerontocracia en EU: una clase política envejecida genera dudas

A pesar de la victoria de Biden en 2020 la percepción del estado de la economía durante la presente administración ha afectado mucho la aprobación del presidente y en los estados del “Rust Belt” (cinturón de óxido) dentro de los cuales está Michigan, las preferencias se inclinan hacia el ex presidente Trump. 

Ambos candidatos han apelado a la situación de los trabajadores para convencerlos de su proyecto político. Por una parte Biden les ofrece un futuro en el que la transición hacia autos eléctricos sea paulatina y amigable para ellos, por otro lado Trump promete detener el progreso. Falta ver cuál de los dos mensajes resonará más con este bloque si la huelga continúa por mucho más.

Una estrategia diferente

Entre lo que llama la atención de está huelga destaca la manera estratégica de ejercer presión sobre el sindicato sin paralizar completamente a todos los trabajadores. Stand Up Strike” (o huelga de pie) es como le han llamado y consiste en parar solo algunas fábricas clave en la línea de producción. De esta forma los $825 millones de dólares que tiene el sindicato en su fondo de huelgas durarán más de las 11 semanas que lo harían si todas las fábricas pararan. 

El estado de las negociaciones ha determinado como va avanzando la huelga. En un principio solamente una planta de cada empresa había parado, pero actualmente son 43 las plantas en huelga y se espera que este número crezca en las próximas semanas si las empresas, sobre todo GM no empiezan a ceder más. 

Entre la automatización y la transición hacia carros eléctricos las comunidades que por décadas han trabajado en la industria automotriz verán muchos cambios en los próximos años. 

Te puede interesar: Trabajo informal, sobrecarga en hogar y brecha de género: razones del alto desempleo de mujeres durante la pandemia

Mucho se ha hablado de la desventaja competitiva en la que tener un sindicato fuerte y activo pone a estas empresas contra Tesla, quien ha socavado todos los intentos de sus trabajadores de sindicalizarse. Sin embargo, quienes están en desventaja son estos empleados no sindicalizados, porque eventualmente esta industria que está en constante cambio también dejará de necesitarlos. El rol del sindicato no es detener el progreso, es defender los derechos y la dignidad de los y las trabajadoras en este periodos de ajustes, ¿lo lograrán?

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.