Incendios, explosiones y daños a la salud: los peligros de la pirotecnia en las festividades navideñas

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Una manera catastrófica de arruinar las fiestas decembrinas es con un accidente provocado por la pirotecnia que, a pesar del conocido riesgo de su uso, no deja de ser un recurso de entretenimiento para las familias y peor aún, para las y los menores. Aún así, no existe una legislación Federal que regule con eficacia o prohíba esta peligrosa práctica, aunque algunos estados lo están intentando.

En diciembre, y con el pretexto de las celebraciones del Día de la Virgen, las posadas, la Navidad y el Año Nuevo, el uso de petardos se incrementa y con esto, el riesgo de causar incendios. Por ejemplo, en Delicias, Chihuahua se reportaron 14 incidentes en pasto seco y en un domicilio, según informó el departamento local de Bomberos.

Más incendios se presentaron en San Luis Potosí durante la víspera de Navidad y el 25 de diciembre en Cuautla, Morelos, donde el departamento de Bomberos alertó sobre un aumento del 30% de casos de incendios en estas fechas, igual que el de Guasave, Sinaloa, que informó de un 60% en el incremento de siniestros provocados por fuegos artificiales.

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Otro de los problemas son los incendios y explosiones en los puestos de venta de fuegos artificiales y en los polvorines, donde se fabrican. El 25 de diciembre de 2023 se incendió un puesto de venta de pirotecnia en un mercado del municipio de Río Blanco, en Veracruz, dejando a dos personas y un menor de edad lesionados. 

El 14 de diciembre de 2023, la explosión de un taller de fabricación de juegos pirotécnicos en Tepeyahualco, Puebla, dejó 3 muertos y 25 heridos y, un mes antes, el 28 de noviembre de 2023, un taller clandestino explotó en el municipio de Santiago de Anaya, Hidalgo, dejando 5 personas muertas y dos heridas. Estas son solo algunas de las numerosas catástrofes que el uso de la pirotecnia ha provocado en los últimos dos meses del año. 

Contaminación sonora y del aire, otra preocupación

Además del inminente riesgo que representa la detonación de petardos de forma casera (incendios, explosiones o heridas graves), el ruido que provoca el estallido de los petardos afecta la salud, principalmente de personas adultas mayores, enfermas, con autismo o menores de edad a quienes puede causar estrés y los contaminantes que emiten aumentan el riesgo de inflamación respiratoria y aumento de morbilidad por virus a causa de los contaminantes que liberan en el aire.

Los fuegos artificiales no contienen solamente pólvora, sino que combinan una serie de sustancias como sodio, cobre, estroncio, litio, antimonio, magnesio y aluminio que quedan sobre el asfalto después de detonar los petardos, así como el bario -un elemento químico metálico- e isótopos radiactivos que generan algunos colorantes en la pirotecnia.

Una vez en el aire, libera monóxido de carbono y partículas suspendidas (PM 2.5) que incrementan los niveles de contaminación en estas fechas sumados a otras fuentes contaminantes como las emisiones del transporte, las fogatas, la quema de basura, llantas o leña. 

Las partículas PM 2.5 entran directamente al sistema respiratorio y pueden causar crisis en pacientes asmáticos o personas con enfermedades cardiovasculares. También hay que contemplar el estrés que provocan las detonaciones a los animales, ya sean nuestras mascotas, animales en situación de calle o de granja en las zonas rurales.

¿Y la regulación?

Los motivos anteriores parecerían ser suficientes para que el Estado prohibiera, controlara o por lo menos regulara el uso de la pirotecnia, su producción y almacenamiento con mayor seriedad. Lamentablemente no es el caso. 

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Aspectos específicos para su producción, almacenamiento, transportación y comercialización están considerados en diferentes Normas Oficiales como la de Disposiciones especiales para las substancias, materiales y residuos peligrosos de la clase 1 explosivos o en el Suplemento del programa nacional de Infraestructura de la Calidad 2022 y en la Ley Federal de Explosivos y armas de fuego.

Pero no se ha logrado reformar las leyes para agregar un título a la Ley Federal de Explosivos que regule de manera específica el uso doméstico, por tradición y costumbre, o vigile y castigue su producción y venta clandestina, como propuso la diputada Fátima Almendra Cruz Peláez, integrante del grupo Parlamentario del PVEM en octubre de 2023 o crear la Ley Federal de Pirotecnia que se busca, por lo menos desde 1999.

Ante este panorama, algunos estados han decidido tomar cartas en el asunto y prohibir o sancionar el uso de pirotecnia. El gobierno de Nuevo León decretó la prohibición y el uso de pirotecnia para diciembre de 2023 y solicitó a los municipios sancionar a quienes los utilicen y en la Ciudad de México la Ley de Cultura Cívica infracciona a quien detone o prenda cohetes, juegos pirotécnicos y fogatas sin permiso con multas de $2,000 a $3,000 pesos o arresto de 24 hasta 36 horas.

Prevención, lo que se puede hacer por ahora

Mientras tanto desde el gobierno se recomiendan ciertas medidas para evitar accidentes por el uso de fuegos artificiales y pirotecnia. Entre estas que las y los niños solo deben ser espectadores y no deben comprar, quemar o guardar en sus bolsillos los fuegos artificiales. Tampoco deben acercarse al lugar donde estén almacenados, en el montaje, ni durante la quema. Pide vigilar que las y los más pequeños no se lleven a la boca éstos objetos.

También se recomienda que si almacenas juegos pirotécnicos en el hogar debes mantenerlos en lugares fríos y secos; las personas que los manipulan se deben lavar las manos con jabón y no utilizar objetos ajenos a los juegos pirotécnicos como botellas, cajas o piezas de metal.

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Finalmente si un juego pirotécnico no funcionó, nunca trates de volver a encenderlo, hay que mojarlo completamente durante 5 minutos, ya que puede activarse y explotar en cualquier momento y se debe cuidar que no caigan residuos hacia tanques de gas, terrenos abandonados o baldíos, para evitar incendios.

La prevención y un poco de sentido común nos pueden salvar de vivir una tragedia en tiempos en donde debemos disfrutar. 

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