Cada vez hay más investigadores, pero los recursos para ciencia y tecnología no se incrementan proporcionalmente

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El desarrollo de la ciencia y tecnología en México se encuentra en un momento crítico, explicó en su columna para EGADE Business School -la escuela de postgrados de negocios del Tecnológico de Monterrey- el doctor en Gestión Tecnológica e Innovación, Alfonso Ávila Robinson.

Esto debido a lo que algunos llaman como la “desinversión” en ciencia, tecnología e innovación (CTI), que implica una disminución progresiva del gasto público en el sector.

Para dar un ejemplo de la situación en la que se encuentra el gasto en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) ejemplo, de acuerdo con los últimos datos del Banco Mundial, actualizados a 2018, México ocupó el penúltimo lugar en gasto de CTI con un promedio de 0.31% del PIB, mientras que ese mismo año, Israel, quien realizó mayor gasto en CTI, destinó 4.94%.

De acuerdo con datos de la OCDE, en México en 2019, el presupuesto ejecutado en investigación y desarrollo por los tres niveles de gobierno (GBARD por sus siglas en inglés) ascendió al 0.22% del PIB

Esta cifra nos pone muy lejos tanto de los líderes mundiales, como Corea del Sur que gasta casi el 1% del PIB, pero también de otras economías de la región, como Argentina, con un gasto del 0.4% del PIB en desarrollo científico y tecnológico.

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Todo el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio de 2022 suma la cantidad de más de 7 billones de pesos (7,088,250,300,000) y corresponde al total de los ingresos aprobados en la Ley de Ingresos.

Al ramo 38, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología le corresponden 29,564 millones de pesos para este 2022. En 2021 se ejercieron 27,559 millones de pesos constantes, el presupuesto tuvo un incremento de casi 2 mil millones de pesos.

Ahora, aunque este incremento parece ser positivo, el problema es que no corresponde con el aumento de investigadores egresados que cada vez es mayor, nos explicó en entrevista Felipe Caballero, doctor en Ciencias y Tecnología de materiales del Instituto Politécnico Nacional.

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“Cada vez hay más egresados de doctorado, por ejemplo, y el presupuesto en función del número de investigadores que vamos formando ha ido decreciendo y las bolsas disponibles son cada vez menores. Entonces tienes que repartir menos dinero entre más gente de la que había antes”, dijo el experto.

“Nosotros no hemos visto directamente la reducción de becas, pero en el Instituto Politécnico Nacional han faltado becas y se han tenido que solicitarlas directamente al Conacyt, que se las completen”, explicó Caballero.

El especialista nos explicó que esta limitación de presupuestos también es importante porque obliga a los investigadores a cumplir con sus objetivos propuestos de manera más adversa. 

Y además que dentro de las asignaciones presupuestarias, no se considera que la mayoría del equipo técnico se compra en Estados Unidos, en dólares, pero los presupuestos no se adaptan a las variaciones de la economía, por lo que cada vez es más difícil su adquisición.

“Cuando tienes egresados de doctorado, obviamente se intenta colocarlos, primero tratas de que salgan a hacer un post doctorado, y por ejemplo, el número de becas de post doctorados, sí se ha reducido, con lo cual tienes menos gente haciendo post doctorado, a pesar de que cada vez tienes más gente preparada”.

Felipe Caballero detalló que esta situación tiene consecuencias como la fuga de talentos, pues muchos egresados terminan realizando sus investigaciones en el extranjero, además que en los años de la pandemia no hubo becas al extranjero, “que es algo que se necesita para darle mayor capacidad de formación a la gente”.

Incluso el Programa de Repatriaciones y Retenciones del Conacyt -mecanismo para conservar investigaciones en proyectos nacionales o atraer a quienes están en otro país- tampoco tuvo convocatorias de 2019 y hasta 2021.

Peciti 2021-2024 se alinea con el Proyecto de Nación

El pasado 28 de diciembre fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2024 (Peciti), que establece las bases de la política pública en el sector de las humanidades, las ciencias, las tecnologías y la innovación.

El Peciti 2021-2024 es un instrumento de observancia obligatoria y es resultado del trabajo de diseño y coordinación interinstitucional llevado a cabo por el Conacyt.

En este programa se enmarcan los ejes generales del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, que busca una transformación del sector de las humanidades, ciencia, tecnología e innovación para generar soluciones eficaces y sustentables para los problemas a los que se enfrenta México.

Estas acciones “requieren de la acción articulada del Conacyt con las instituciones públicas, el sector productivo y la comunidad nacional (…). Atiende los principios de interés nacional y justicia social, así como los de austeridad republicana y combate a la corrupción”, indica el comunicado del Conacyt.

Este programa contribuye al logro de 14 objetivos de desarrollo sustentable y 29 metas de la Agenda 2030 de la ONU y se enfoca en Fortalecimiento de la Comunidad Científica, Ciencia de Frontera, Programas Nacionales Estratégicos, Desarrollo y Transferencia de Tecnología, Promoción del Acceso Universal al Conocimiento y sus beneficios e Información y Prospectiva Científica con Impacto Social.

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La ciencia en el centro de la polémica

Para el doctor en Gestión Tecnológica e Innovación, Ávila Robinson, la situación que ha tenido al Conacyt en boca de todos, es un ejemplo de que la CTI en México, se dirige hacia el ocaso.

“La cancelación de recursos económicos al Foro Consultivo Científico y Tecnológico, la extinción de 65 fideicomisos en ciencia, la eliminación de los incentivos económicos a los investigadores de universidades privadas afiliados al Sistema Nacional de Investigadores, el señalamiento de la iniciativa privada como corrupta en el manejo de fondos de I+D (investigación y desarrollo)” son casos preocupantes para el desarrollo de la ciencia en nuestro país.

Pero el Conacyt no es el único que está teniendo dificultades. A finales de enero de este 2022, estudiantes del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) bloquearon por horas la carretera México-Toluca para protestar por el cambio de estatutos de este centro de estudios.

Estas modificaciones fueron avaladas en una asamblea extraordinaria convocada por la directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, y de acuerdo con los estudiantes, atentan contra la autonomía académica de la institución. 

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