Miles de personas de distintos orígenes sociales, edades y sectores se manifestaron en la marcha contra la reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, que partió del Ángel de la Independencia y culminó con un evento en el Monumento a la Revolución.
Desde antes de las 10 de la mañana, la hora de la convocatoria, ya varios cientos de personas estaban en el Ángel esperando a que comenzara la marcha. Poco a poco se juntaron suficientes personas para iniciar el camino, pero seguirían llegando contingentes hasta después de la una de la tarde, según constató Cuestione.
Entre los primeros asistentes había varios políticos de oposición, como Margarita Zavala y Fernando Belauzarán, entre otros.
Claudia, una mujer mayor de clase media, se organizó con sus amigas para asistir a la marcha. “Venimos a defender al INE”, nos dijo, y agregó que está frustrada con la oposición que “no se une, y si no lo hace nos van a ganar de nuevo”.
Conforme avanzó la marcha se fueron sumando cada vez más personas, cantando consignas contra el gobierno y gritando “¿A qué venimos? ¡A defender al INE!” o “¡El INE no se toca!”. Muchas llevaban pancartas hechas a mano que decían “A la chingada la derecha, yo soy demócrata” o “Ni chairo ni fifí, mexicano”.
Conoce más: ¿Qué falta para aprobar la reforma electoral que propuso el presidente López Obrador?
Hubo un extenso operativo policial en torno a la marcha, que sin embargo fue pacífica. El propio gobierno de la Ciudad de México, a través de la cuenta de Twitter del Secretario de Gobierno, Martí Batres, declaró que hubo “saldo blanco”, y calculó que marcharon “entre 10,000 y 12,000 personas”.
Los organizadores, por su parte, aseguraron que fueron más de 200,000, e incluso algunos calcularon que era más de medio millón de personas. Cifras aparte, lo que estaba claro es que en la marcha había un total rechazo a cualquier posibilidad de reformar al INE.
El único orador fue José Woldenberg, quién había sido el primer consejero presidente del entonces Instituto Federal Electoral. En sus palabras, llamó a la “no destrucción del INE” y advirtió sobre los riesgos que esta reforma representa para la confiabilidad de los procesos electorales.
Mirna, otra asistente, nos contó que López Obrador quiere “apropiarse del INE” y teme por el futuro de la democracia de México. “Necesitamos líderes que tengan ideas nuevas, solo con mejores ideas podemos proteger a nuestro país”, dijo.
Los Belascorán de la colonia Nápoles
Desde la semana pasada, los Belascorán se organizaron para asistir a la llamada “marcha en defensa de la democracia”. Ninguno de sus miembros había marchado antes, así que todavía ayer estaban organizándose en el chat familiar sobre qué deberían vestir y llevar a la marcha.
Iñaki, el menor de los hijos, de 19 años de edad, fue quien le dijo a su hermano, su hermana, su padre y su madre que debían llevar distintivos color rosa, así que todos se compraron un paliacate de ese color. Los hombres acordaron llevar polos Lacoste color blanca, jeans y tenis Stan Smith. La madre y la hija usaron blusas rosas, jeans, tenis Stan Smith y sombreros amplios de palma.
Te recomendamos: Reforma electoral afianza la centralización y omite paridad de género
“Es la primera vez que marchamos, y lo hacemos por la democracia”, nos dijo León, el jefe de esta familia que nos afirmó que vive en la colonia Nápoles. El mayor de los hijos tiene 25 años y vive en la Roma Norte, en un departamento que comparte con otros amigos. Ese fue el punto de reunión, nos comentaron.
“El INE nos asegura que México será una democracia ante las ganas de una dictadura que tiene López”, nos dijo Iñaki.
Al ser cuestionados sobre su primera experiencia en una marcha, nos dijeron que es para hacer oír su voz. A diferencia de otras marchas, esta, dijeron, era legítima y no estaba manchada por intereses políticos. Al informarles que Vicente Fox, Margarita Zavala y Alejandro Moreno estaban en la marcha, dijeron que eran ciudadanos en todo su derecho de expresarse.
Al terminar la manifestación los Belascorán caminaron sobre la calle Artículo 123 en dirección al Zócalo. Buscaban un restaurante para comer después de la marcha. De acuerdo con reseñas que Edurne, la hija, encontró en Foursquare, el restaurante 123 ofrece un buen menú de comida tailandesa, así que hacía allá se dirigieron.
En la esquina de Bucareli y Artículo 123, León apuntó a una vinatería. “Miren lo que dice esa tienda”. La vinatería se llama “Belascorarán”. Toda la familia se detuvo a mitad de la calle y se tomó una selfie.
Al preguntarles si volverían a marchar, la respuesta unánime fue que sí. Edurne dijo que buscaría un nuevo restaurante si acudían a otra manifestación.
Los Zavala de la colonia Jalalpa
El jefe de la familia es Juan. Es un hombre de 56 años que nos cuenta su historial en las marchas. Para él, esto no es nuevo. Él lleva marchando para distintos grupos políticos como líder de su colonia desde hace más de 30 años. Nos dice que él fue quien puso el ring de boxeo que estaba al pie del Ángel de la Independencia durante la protesta de López Obrador en Paseo de la Reforma, tras las elecciones de 2006.
Pero ahora, invitado por el PRI, acudió con su familia, integrada por tres hijos, un hermano, una hermana, el esposo de ésta y su propia esposa. Todos llevan playeras blancas que dicen: “Yo defiendo al INE”. También llevan banderas y cartulinas que repiten la misma consigna. Son unos marchistas profesionales.
También puedes leer: La reforma electoral reemplaza a plurinominales y voto directo con listas de partidos
Juan nos dice que como medida de presión para que “bajara el recurso” alguna vez cerró el Puente de los Poetas. Para Juan, López Obrador es un peligro para la democracia. Al cuestionarle por qué lo apoyó en el bloqueo de Reforma en 2006 su respuesta es que ahora es diferente.
“Se ha obsesionado con el poder. Quiere desaparecer al INE”, nos dice. Juan critica que López Obrador sea priista, pero minutos después nos confiesa que sus contactos del PRI le pidieron reunir gente y llevarla a la marcha.
“Incluso nos dieron las playeras y nos pusieron camiones. Están estacionados en Morelos”, nos dijo. Cuestione constató que en la calle Morelos, adyacente a Reforma y a unos metros de Café La Habana, gente bajaba y subía de camiones, aunque ninguno tenía logos de ningún partido.
Gabriel, uno de los hijos de Juan, interviene en la conversación. El joven tiene 21 años y no tiene trabajo formal. Labora en un puesto ambulante cerca del mercado de Santa Lucía. “Este López Obrador quiere destruir al INE y a la democracia, que las cosas sean como antes”, nos dice.
Gabriel admite que no conoce la iniciativa de reforma electoral, pero en las redes ha visto que AMLO quiere atentar contra la democracia.
No te lo pierdas: Luego del rechazo a reforma eléctrica, ¿qué futuro tiene la reforma electoral de AMLO?
Al preguntarle su opinión sobre que en la marcha estuvieran Vicente Fox, Margarita Zavala y Alejandro Moreno, los Zavala dijeron que todos los políticos son iguales.
En la esquina de Reforma y Bucareli los Zavala se despidieron. Volverían a su casa.
“Nadie de aquí sabe cuáles son nuestros problemas. A nosotros nos preocupa más los precios altos y que AMLO no haya bajado el precio de la gasolina”, nos dijo Juan.
