Narco gana simpatía en tiempos del COVID-19 ¿pero, a qué costo?

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“Acá solo entregaron despensas a los consumidores de drogavienen bien surtidas. Frijol de temporada, que es más caro pero rinde más; mayonesa de marca; hasta atún y cereal”, dice Margarita, una mujer de 45 años, que vive en un municipio de Guanajuato, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación repartió despensas a mediados de abril, ante la falta de empleo y generación de recursos por la epidemia de COVID-19.

“Solo las entregaron a algunos, directamente en sus casas. Así, la gente no habla en contra de ellos. Hay que reconocer su labor, al menos hacen algo por la gente”, cuenta Margarita a Cuestione.

“En más del 60% de los municipios de México la delincuencia organizada reemplaza al Estado, lo quiere decir que redes criminales proveen seguridad con “impuestos” extorsivos, agua, comida, servicios de salud y resolución de disputas, entre otros 15 “servicios” mafiosos” afirmó en su cuenta de Twitter, el investigador sobre la crisis de seguridad en México, Edgardo Buscaglia, con base en el estudio La integración vertical del crimen organizado.

Los “hechos aislados”

Los cárteles Jalisco Nueva Generación, Gente Nueva y Los Zetas, entregaron despensas a mediados de abril en algunos municipios de Morelos, San Luis Potosí, Tamaulipas, Jalisco, Colima, Chihuahua, Veracruz y Guanajuato, pero para la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, “solo fueron hechos aislados”.

Y eso que el 20 de abrilcuatro días antes, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que la entrega de alimentos, por parte del crimen organizado, era en varias partes del país.

Ese día, el presidente también “regañó” a los grupos diciendo que se dejaran de “balandronadas” y que fueran más conscientes. Nueve días después, el Cártel Jalisco Nueva Generación respondió con un corrido: “No somos tan malos”, decía la canción en un video circulando en redes sociales. En él se entregaban despensas a las personas, que agradecían a Nemesio OcegueraEl Mencho, líder de esa agrupación, y uno de los más buscados por autoridades nacionales e internacionales. 

Con la entrega de estas despensas, los grupos delincuenciales muestran una cara de solidaridad con las personas que contrasta con las consecuencias del narco en el país, que desde 2006 a la fecha ha cobrado la vida de 250 mil personas y ha desaparecido a otras 60 mil

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El narco llega a donde el gobierno no puede

Los vacíos de poder del Estado en el suministro de agua, escolaridad, prevención, salud y justicia permitieron a los grupos delincuenciales extender sus dominios en el país, afirma Buscaglia, en su estudio La integración vertical del crimen organizado, elaborado en 2017 y que utiliza métodos estadísticos y de investigación, para medir la manera en la que el crimen organizado se involucra en las funciones de los gobiernos en el mundo. 

Tampoco ayuda la incapacidad de las autoridades para recuperar los activos de estos grupos (armas y territorios), así como de recuperar la confianza de la sociedad. Con lo que además de fortalecer sus capacidades, el crimen organizado resuelve situaciones de seguridad que han sido desatendidas por el Estado, refiere Buscaglia.

La integración de grupos criminales en la vida política y económica de un país ocurre cuando ganan terrenos comerciales y legales (dominio de territorios en el país y  compra de simpatías de la sociedad), con lo que pueden controlar y asegurar el desarrollo de sus negocios, y pasan de ser los responsables de generar violencia, a solucionar problemas derivados de la misma, refiere Buscaglia en su análisis.

¿Por qué lo hacen? 

No es la primera vez que los grupos delincuenciales reparten despensas y otras ayudas a las personas, utilizando mecanismos similares a las de las personas que aspiran a cargos de elección popular, para ganar la simpatía de la ciudadanía, explicó a Cuestione el investigador del departamento de Relaciones Sociales de la UAM Xochimilco, Bruno Lutz. 

“El narco apoya, pero no sustituye a los apoyos puntuales gubernamentales. Los grupos delincuenciales van, entregan y desaparecen, pero no es continuo, ni en el mismo lugar, de alguna manera ayudan a la gente a satisfacer necesidades inmediatas”, expuso el investigador de la UAM.

Además, la entrega de estos apoyos alimentarios se hace como si fueran campañas publicitarias, en las que los integrantes de estos grupos reparten ayuda a plena luz del día, y sin la intervención de las autoridades para impedirlo. No sólo lo hacen para demostrar su poderío frente al gobierno mexicano, sino también, para mostrar sus capacidades económicas, logística, y de dominio territorial frente a otros grupos delincuenciales, detalló Lutz.

Los motivos

  1. Buscan la colaboración y/o el silencio de un sector de la población.
  2. El narco recluta personas para unirse a sus filas, y en tiempos de la pandemia muchas han perdido sus empleos.
  3. El apoyo de las personas de determinado municipio para movilizarse en caso de requerir apoyo. 
  4. Conquistar nuevos territorios. Con el apoyo a grupos vulnerables construyen una base social para lograrlo.
  5. Como una muestra de poder, ante el gobierno, y otros grupos delincuenciales.

Los peligros son muchos, en primera, porque si bien ofrecen garantías de seguridad y cubren necesidades alimentarias en tiempos de crisis, o proveen apoyos de mejoramiento de vivienda, por mencionar algunos, lo hacen a cambio de distintas exigencias, que pueden ir desde la cesión de terrenos para sembrar enervantes, hasta la captación de personas para integrarse a sus filas, indicó Lutz.

“Es preocupante porque podría llegar un punto en el que estos grupos delincuenciales podrían tomar el control del país, y no hacerlo al margen, en lo oculto como ahora lo hacen, es grave porque son grupos criminales que se muestran hacia la población civil como buenos, como gente que resuelve sus problemas de alimentación, ingresos y seguridad”, expuso el especialista de la UAM.

“Señor Coronel Roque Ruiz, si tanto le molesta que la Gente Nueva ayude a la población, ¿por qué no regala usted despensas en lugar de quitárselas? (…) Si usted no va a ayudar, deje que otra gente lo haga”, fue un mensaje que el grupo delincuencial Gente Nueva dejaba en una narcomanta a finales de abril en Parral, Chihuahua. El mensaje es claro y resume que el narco entiende y cubre algunas de las necesidades de las personas desprotegidas por el gobierno ¿pero qué costo tendrá que pagar México? 

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