Alito: el peor enemigo de Xóchitl, del PRI y de sí mismo

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A tres semanas del arranque de campaña, el equipo de Xóchitl Gálvez y los partidos que la respaldan presentan un frente no tan unido

El pasado 19 de marzo comenzó a circular en redes sociales un video en el que los jefes de logística de Alejandro Moreno y Xóchitl Gálvez tienen un altercado en el que el primero da un cabezazo al segundo. Todo esto durante un evento de campaña de la candidata presidencial, quien calificó el pleito como “testosteronas sin control”. 

Este video, sumado a la campaña del PRI que se ha centrado más en su presidente, Alejandro “Alito” Moreno, que en la candidata a presidente, despertó inquietudes sobre la relación entre el partido tricolor y la campaña de Gálvez.

Desde la precampaña y ahora en la campaña presidencial, Xóchitl Gálvez ha intentado presentarse a sí misma como la candidata de la ciudadanía, no de los partidos. Sin embargo, la realidad política en México y el sistema de financiamiento han hecho casi imposible que una campaña nacional tenga éxito sin el respaldo de los partidos.

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La disparidad en recursos entre Sigamos Haciendo Historia –coalición de Sheinbaum– y Fuerza y Corazón por México –coalición de Gálvez– ha sido algo de lo cual la ex senadora se ha quejado desde que comenzó la campaña. Y aunque finalmente el PRI ha accedido a dar $200 millones de pesos a su campaña, enfrentarse a la mayor fuerza política del momento no será una tarea fácil. 

¿Por quién lucha Alito Moreno?

Con sus distintivas playeras rojas con “ALITO” escrito al frente y discursos en los que ni se menciona a la candidata, el presidente del PRI parece estar más comprometido con su marca personal que con la campaña presidencial. 

Alejandro “Alito” Moreno llegó a la presidencia del partido en 2019 después de la gran derrota en las elecciones del año anterior en las que su candidato presidencial recibió apenas el 17% del voto; se quedaron con 13 senadurías y apenas 45 diputaciones. Bajo el liderazgo del ex gobernador de Campeche, el ya de por sí débil PRI ha seguido pasando por una profunda crisis interna, perdiendo fuerza en todo el país. 

Las elecciones en 2024 son cruciales para Alejandro Moreno por tres razones, nos explicó el analista político Jesús Villegas. En primer lugar, está su necesidad de conservar el fuero durante el mayor tiempo posible debido a los escándalos de corrupción que ha enfrentado en los últimos años. 

En segundo lugar está la supervivencia del partido. Si algo ha quedado claro en los últimos años es que el PRI no es aquel monstruo político que alguna vez fue, “en algunos estados podría perder el registro como lo ha hecho el PRD”, nos comentó el sociólogo. 

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Y finalmente, su influencia el próximo sexenio dependerá completamente del desempeño que tenga el PRI en estas elecciones. Aunque llegue al senado por la vía plurinominal, si el PRI no logra salir de la crisis en la que se encuentra, el dirigente podría perder el capital político y poder de negociación que aún le queda. 

El PRI en peligro

Los partidos políticos de oposición están en un momento de declive, en particular el gran PRI que por décadas gobernó con mano dura el país se encuentra hoy en su peor momento con apenas dos estados bajo su control

Las elecciones de 2024 no son solamente sobre la ganar la presidencia, también los partidos “tienen que promocionarse como organización política porque está en riesgo su registro”, nos dijo Villegas. Actualmente solo el 10% del electorado planea tachar el PRI en boleta electoral para la presidencia el próximo 2 de junio, según el sitio Polls.mx.

A pesar de los retos, el PAN ha logrado mantenerse en el imaginario colectivo de los mexicanos como la oposición por excelencia. Sin embargo, el PRI está cada vez más desprestigiado. Por un lado el puro nombre y marca son sinónimos de corrupción para el electorado, pero por otro hay especulaciones de que existe un expediente sobre sus supuestos actos de corrupción que Morena podría utilizar en su contra, mientras tanto lo mantiene como rehén, explicó el experto.

Xóchitl es un buen producto, pero el PRI una mala marca”, dijo también, por lo que el dilema ahora es llevar a cabo una campaña exitosa que funcione para las dos partes, para los partidos que buscan mantenerse relevantes y la candidata que aspira al cargo más alto de elección popular. 

Un México sin el PRI

Algo inimaginable hace tres décadas, o incluso hace doce años, está sucediendo. El PRI ha pasado de ser un protagonista en la escena política a convertirse en el barco salvavidas de un ex gobernador desprestigiado que poco a poco lo está hundiendo.

La ambición personal triunfó por encima de los intereses del grupo y su incapacidad de unificar al priismo lo está desintegrando poco a poco. En un desenlace casi poético, el declive del partido que en algún momento parecía invencible viene desde adentro y a manos de su dirigente nacional: Alejandro Moreno. 

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Sin la militancia, sin las corporaciones, casi sin legisladores ni gobernadores y sin recursos el PRI podría pasar a ser tan solo una reliquia del autoritarismo del siglo pasado. En agosto de 2024 “Alito” deberá entregar las riendas del partido a un sucesor, ¿alcanzará el triunfo que tanta falta le hace en las elecciones para designar a un presidente que lo mantenga en libertad?

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