El caso contra Jesús Hernández Alcocer pondrá a prueba al sistema judicial mexicano

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El sistema judicial mexicano será puesto a prueba con el caso por feminicidio del que se le acusa a Jesús Hernández Alcocer, el abogado que ahora todo mundo vincula con alguien poderoso y del que públicamente todos parecen querer renegar.

Minutos después de que se viralizó en redes sociales el nombre del abogado por estar vinculado a un atentado dentro del restaurante Suntory de la Colonia del Valle de la Ciudad de México, la primera liga en buscadores en la que aparecía su nombre era una denuncia por usurpación de profesión en 2012. Se hacía pasar como abogado sin tener el título, aún

En ese entonces defendía al infamemente célebre obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda.

Hoy, Hernández Alcocer ha sido vinculado a proceso, es decir, se inició la investigación en su contra por el asesinato de quien fuera su esposa, la canante Yrmia Lydya Gamboa, quien tenía apenas 21 años de edad. El abogado (obtuvo su título profesional finalmente en 2017) tiene 79 años. Testigos en la escena del crimen aseguraron en redes sociales y medios de comunicación que él disparó tres veces contra su esposa en un privado del Suntory.

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Y aunque en este momento duerme en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, Hernández Alcocer busca su libertad: llegó en silla de ruedas a la audiencia ante el juez, se declaró inocente, dijo que él nunca disparó y son muchas las voces que aseguran que podría seguir el proceso en su contra en libertad desde su casa, un poco por la edad, otro poco por su extensa red de relaciones con personajes poderosos, como el propio fiscal General Alejandro Gertz Manero. 

Diego García Ricci, profesor investigador del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamérica, dice que “hay que estar pendientes de cómo funciona el aparato de justicia en este caso. No podemos pasar desapercibido que (Alcocer) es un abogado con mucha experiencia en materia jurídica y evidentemente va a tratar de utilizar la ley para aplicarla a su favor”.

¿Habría posibilidad de la prisión domiciliaria?

Y aunque debido a que Hernández Alcocer tiene 79 años y podría solicitar prisión domiciliaria, el especialista nos explica que “el juez tendría que analizarla y en su caso concederla. Veo difícil que lo haga por cómo sucedieron los hechos”.

Según un artículo del Código Nacional de Procedimientos Penales otra de las posibilidades para pedir la prisión domiciliaria sería si el acusado tuviera  alguna “enfermedad grave o terminal”.

García Ricci nos dijo que en el caso de Yrma Lydya es trascendental “garantizar que no haya impunidad”. Reiteró que Alcocer “cometió un feminicidio donde hubo muchos testigos y aquí se va a necesitar mucho la participación de la sociedad para vigilar que efectivamente se haga justicia en este caso tan complicado”.

Entre las pruebas con las que cuenta la fiscalía capitalina señalan al abogado Alcocer de 

citar en el restaurante Suntory a Yrma Lydya, de quien estaba separado hace semanas. El presunto feminicida reservó un lugar apartado, escondió su arma entre la ropa y solicitó a su chofer estar al pendiente.

“No podemos tolerar y, por supuesto, no vamos a permitir que una persona crea que puede asesinar a una mujer y que debido a sus relaciones y supuestas influencias podrá quedar impune”, advirtió la fiscal capitalina, Ernestina Godoy durante el informe mensual de los resultados por la alerta de violencia contra las mujeres en Ciudad de México.

Y no solo eso, personas cercanas a la víctima han asegurado que ya había una denuncia por violencia familiar presentada contra el litigante el 20 de diciembre de 2021. El detenido habría golpeado a su esposa y luego apuntó con su pistola a la frente de Yrma Lydya.

Hernández Alcocer no era discreto cuando presumía su pistola con diamantes y grabados en oro, la misma con la que llegó a amenazar abogados en el restaurante Suntory, donde habría asesinado a su expareja, de acuerdo con una nota publicada en el diario Reforma: “Hernández Alcocer amenazó a dos abogados en materia civil y penal para intentar obtener la patria potestad y custodia de los hijos del cliente que representaba”, se lee en la publicación.

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¿Qué hay de sus cómplices?

Benjamín Hernández Mendoza, chofer de Alcocer y quien fue detenido también el pasado 23 de junio, al intentar huir de la escena del crimen está acusado de haberle entregado el arma con la que disparó en tres ocasiones Jesús Hernández a su esposa, la cantante Yrma Lydya.

El juez determinó que Hernández Mendoza también seguirá su proceso en la cárcel y durante cuatro meses su defensa tendrá que reunir pruebas en su favor.

La Fiscalía capitalina continúa con la búsqueda de Omar “N”, uno de los escoltas de Alcocer quien presuntamente escapó con la pistola con la que se cometió el crimen. 

Los estudios periciales que hizo la Fiscalía capitalina a la pistola calibre .40 localizada en un vehículo, horas después del asesinato de Yrma Lydya Gamboa, indicaron que se trata de la misma que se usó en la agresión y que fue presuntamente sacada del restaurante por un Omar “N”.

El pasado oscuro de Jesús Hernández Alcocer

De acuerdo con el periodista Emiliano Ruiz Parra, quien alguna vez se encontró con el abogado cuando investigaba para hacer un perfil de Onésimo Cepeda, “Hernández Alcocer me dijo que se había casado seis veces y tenía dos hijos. En ese salón privado estaba también su novia de entonces, una joven veinteañera”, escribió Emiliano en su cuenta de Twitter.

Y de acuerdo con el director general del periódico El Universal, Roberto Rock, “este personaje acumulaba dos esposas previas, muy jóvenes también, muertas en condiciones sospechosas, sin que se conozca de una indagatoria seria al respecto”.

En los múltiples perfiles que se han escrito del abogado, destaca un dato publicado por la columnista del diario La Razón, Bibiana Belsasso, quien asegura que Hernández Alcocer habría sido comandante policiaco en la época del infame Arturo Durazo, el jefe de la policía capitalina en tiempos de José López Portillo (1976-1982) que institucionalizó la corrupción y se construyó palacios en la capital del país y en Acapulco.

Son muchas las voces en medios de comunicación y redes sociales que aseguran que Hernández Alcocer cobraba millones de pesos para conseguir una cita con el titular de la Fiscalía Especializada de Control Competencial, Juan Ramos, el mismo con el que el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, hablaba por teléfono sobre cómo tenía en la bolsa a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, durante el juicio en contra de su excuñada, en audios que fueron filtrados a la prensa.

Con estos antecedentes, no es difícil imaginar a Jesús Hernández Alcocer caminar en libertad en unos meses. Porque la historia nos ha enseñado que el sistema judicial mexicano tiene demasiados agujeros y que la impunidad es cotidiana en este país para quien tiene dinero y contactos de alto nivel.

Y el abogado tiene ambos.

Por: Verónica Martínez y Gabriel Pérez Osorio

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