Reducir el número de contagios por la COVID-19 y frenar fiestas fueron los argumentos de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum para regular la venta de bebidas alcohólicas desde el 20 y hasta el 22 de noviembre en la CDMX.
La aplicación de la llamada “Ley Seca” solo ocurrió en ocho alcaldías la primera semana de su aplicación. “No creemos que sea la solución a la pandemia ni mucho menos”, advirtió Iñaki Landáburu Llaguno, presidente de la Asociación Nacional de Distribuidores de Vinos y Licores (Andivyl).
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Plantean eliminar la ‘Ley Seca’
El diputado local del PAN, Jorge Triana Tena considera que prohibir la venta de bebidas alcohólicas incrementa el mercado negro y afecta establecimientos mercantiles. Por lo que propuso ante el Congreso capitalino eliminar la “Ley Seca”.
Triana Tena pide agregar en el Artículo 5 de la Ley de Establecimientos Mercantiles del Distrito Federal: “no podrán instruirse ni suspenderse actividades únicamente con motivo de la denominada ‘Ley Seca’ o equivalente”.
“La ‘Ley Seca’ en la Ciudad de México es complicada porque no se implementó en todas las alcaldías”, nos explicó Claudia Rafful Loera, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.
“Las personas que quieran consumir alcohol van a buscar desplazarse a otros sitios aunque sean lejanos en busca del producto que quieren comprar”, agregó Loera.
Una “ley” a criterio libre
¿Sirvió prohibir la venta de bebidas alcohólicas? Por ejemplo, en Xochimilco no funcionó. En los embarcaderos hubo consumo de cervezas, vino y pulque. Los remeros de las trajineras argumentan que son “restaurantes flotantes” y ahí sí se puede vender.
“No violamos ninguna ley. Ahí están las autoridades. Somos parte de una actividad turística. Vengo a sacar para mantener a mi familia, no a robar”, nos dijo Jacinto, quien vende cervezas preparadas y pulque en el embarcadero Nativitas.
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Para Rafful Loera es necesario realizar una medición más rigurosa sobre la efectividad que implica prohibir la venta de alcohol.
“Probablemente a partir de los datos del primer momento de ‘Ley Seca’ relacionada con la COVID-19, se podría hacer un análisis para ver qué tanto tuvo o no un impacto, para ver si es una medida adecuada”.
La académica precisó que lo que se aplica en la CDMX es un método de control para evitar la posible exposición que tenga la gente en la convivencia y no solo por el consumo de alcohol.
Incrementa consumo de bebidas adulteradas
Iñaki Landáburu Llaguno, presidente de la Andivyl, consideró que la “Ley Seca” fortalece el mercado negro y el consumo de bebidas adulteradas.
Mientras a los establecimientos regulados se les prohíbe vender “en algun local en la esquina se venden productos ilegales que han causado hasta la muerte y la ceguera en muchos de los consumidores”, expuso Landáburu Llaguno, en entrevista con Sergio Sarmiento.
En México, 20.9 millones de litros de bebidas alcohólicas son adulteradas o falsificadas, publicó el El Financiero. Rafful Loera indicó que a principios de la pandemia el consumo de bebidas “patito” se incrementó en Puebla e Hidalgo. Hasta junio, habían fallecido 189 personas a causa de su consumo.
“Faltan campañas. No es que sea alcohol casero, sino que no se tiene control sobre la sustancia. Es un consumo arriesgado porque no se sabe qué se está adquiriendo”, advirtió la académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Landáburu Llaguno sugirió a las autoridades ser más estrictos en la aplicación del protocolo sanitario: “hacer obligatorio el uso de cubrebocas; aplicar la medida de la sana distancia; el lavado de manos”.
Recordó que desde el inicio de la COVID-19 “la venta formal de vinos y licores cayó entre un 25 y 30%”.
¿Realmente la “Ley Seca” servirá para reducir los contagios del nuevo coronavirus?
