¿Has escuchado de los presupuestos participativos? La mayor parte de la gente no, o no les interesan. Sin embargo, pueden afectar cómo se vive en tu colonia y alcaldía.
El pasado 7 de mayo se llevó a cabo la consulta para determinar los proyectos a los cuales se destinará el presupuesto participativo de los años 2023 y 2024. Más de 427,000 personas salieron a votar en toda la ciudad, lo cual equivale a tan solo el 6% de la lista nominal de la Ciudad de México.
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Este ejercicio de participación ciudadana tiene como objetivo involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones sobre los proyectos que se llevan a cabo en su colonia. La idea es que las y los vecinos decidan a qué proyecto debe destinar recursos la alcaldía.
Los proyectos son propuestos y votados por los mismos ciudadanos y van desde crear espacios recreativos y pintar la fachada de edificios, hasta cambiar el sistema hidráulico de alguna manzana.
Baja participación
¿Qué tan representativo puede ser un ejercicio democrático en el que participa menos del 10% de la población? Ricardo Pascoe, Jefe de la Oficina del Alcalde de Coyoacán, nos respondió que muy poco.
Milpa Alta, la delegación con mayor nivel de participación registró poco más del 10% de participación, mientras que Benito Juárez tuvo una participación del 2.81%, la más baja en la ciudad.
Mauricio Huesca Rodrígez, consejero electoral de la Ciudad de México, explicó que la baja participación se debe a la naturaleza del propio ejercicio. A diferencia de una campaña electoral, esta consulta ciudadana no cuenta con la participación ni la promoción de los partidos políticos. Todos los esfuerzos por darla a conocer vienen del propio Instituto.
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Sin embargo, Ricardo Pascoe nos dijo que más allá de la falta de promoción el problema viene de la falta de credibilidad que tienen este tipo de actividades. “La gente no le ve utilidad” a estos ejercicios ya que son proyectos muy pequeños que en términos reales son incapaces de resolver los problemas de urbanismo en la ciudad, nos dijo el también profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Lazos vecinales
En una ciudad con más de 8,800,000 habitantes el sentido de comunidad rara vez está presente en los barrios y esto es parte de lo que se intenta cambiar con este ejercicio. Uno de los objetivos que tiene el presupuesto participativo es precisamente reconstruir el tejido social y acercar a los vecinos para que en conjunto dialoguen y decidan qué es lo mejor para su colonia.
Pero, nos explica Ricardo Pascoe, la realidad es que lejos de acercar a los capitalinos, estas dinámicas son fuente de conflictos y riñas entre vecinos.
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Si bien hay unidades territoriales que cuentan con un presupuesto superior a los $3,000,000 de pesos, la mayoría tienen menos de $1,000,000 de pesos para llevar a cabo sus proyectos. Pascoe nos explica que esta cantidad, si bien significativa, no es suficiente para cumplir con todas las necesidades que hay en las colonias y que muchas veces el resultado son proyectos a medias que benefician a muy pocos y dejan inconformes a otros tantos.
El problema de los calentadores solares
En la Alcaldía de Coyoacán quienes más presupuesto recibieron fueron los vecinos del Ajusco I: se les otorgaron $2,178,622 pesos. En esta unidad territorial ganó -con solo 368 votos de las más de 13,000 personas en la lista nominal- el proyecto de colocar calentadores solares en los hogares de la zona.
Esta propuesta, nos contó Ricardo Pascoe, es una de las más comunes y también de las más controversiales ya que al no ser un bien público son muy pocos quienes terminan beneficiándose de él.
De hecho, nos explicó el también doctor en economía, sucede a menudo que quienes proponen y votan el proyecto no son quienes reciben los calentadores ya que la infraestructura de muchas casas hace imposible su instalación.
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Un calentador para cuatro personas tiene un costo promedio de $8,200 pesos y la instalación supera los $2,500 pesos. Teniendo en cuenta estos precios, el presupuesto que recibieron alcanzaría aproximadamente para dar calentadores a solo 200 familias, en el mejor de los casos.
Así como esta, hay muchas propuestas que se enfocan en las ganancias individuales de quienes los proponen y derivan en conflictos vecinales.
Por otro lado, sí hay proyectos cuyo enfoque es la comunidad, como es el caso del deportivo en Milpa Alta, la delegación con mayor porcentaje de participación este año.
Esta es la alcaldía con menos población en la ciudad por lo que se juntó toda en una sola unidad territorial a la cual se le otorgaron $7,389,102 de pesos, los cuales serán destinados a la rehabilitación de la Unidad Deportiva de Villa Milpa Alta.
Proyecto de infraestructura a nivel ciudad
Otra de las críticas que se le han hecho al presupuesto participativo es que muchos de los proyectos que se proponen en el presupuesto participativo son tareas que ya de por sí debería cumplir el Estado como iluminación, repavimentación, mejoramiento del sistema hidráulico, etc.
La zona de Tepito y La Lagunilla fue dividida en tres unidades territoriales: Morelos I, Morelos II y Morelos III; estas recibieron más de $3,100,000 pesos cada una -de los presupuestos más altos en la ciudad. Los más de 9 millones de pesos fueron destinados, entre otras cosas, a cambiar adoquines, reparar calderas, cableados de la luz y tuberías, así como a instalar lámparas y recuperar áreas comunes; todas tareas que debería realizar el gobierno de cualquier forma.
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El problema de fondo, nos comenta Ricardo Pascoe, es la falta de planeación urbana en toda la Ciudad de México. No existe una estrategia global para mejorar los servicios que reciben los capitalinos y el presupuesto participativo está funcionando para parchar algo que ya es insostenible.
