Sonideros: primero los querían desaparecer y ahora proponen que sean Patrimonio Cultural

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Entre acusaciones del “robo” de energía eléctrica, consumo de alcohol y el “ruido que molesta a vecinos”, a principios de febrero la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, prohibió la instalación de sonideros en el Kiosko Morisco, ubicado en la colonia Santa María la Ribera. 

La decisión de Cuevas le generó cuestionamientos y fue acusada de ser intolerante. El grupo de vecinos afectados salió a defender un espacio que por 12 años han ocupado para bailar salsa, danzón y cumbias en la alameda. Se manifestaron con un ‘bailongo’ frente a la casa de la alcaldesa.

La imprudencia de los funcionarios de la alcaldía pasó del corte de energía a los empujones y terminó en un enfrentamiento a golpes para quitar el equipo a Sonido Sincelejo. La alcaldesa tuvo que destituir al director general de Gobierno, Salvador Santiago Salazar, y al director de Imagen y Mantenimiento del Espacio Público, Ariel González Gama, por agredir a los manifestantes.

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Entre odio, baile y patrimonio cultural 

Tratando de cambiar el estado de ánimo, Sandra Cuevas organizó el 4 de marzo la llamada “Guerra de Sonideros”. En el cártel se anunciaba como uno de los atractivos principales a La Changa, pero su animador Ramón Rojo Villa canceló su participación al considerar “injusto” que la alcaldesa les prohibiera a las personas de la tercera edad seguir danzoneando en la explanada de la Santa María la Rivera.

La funcionario subió a su cuenta de TikTok un video en que se le observa “sacándole brillo a la pista” con varios de los sonideros que asistieron al evento, entre quienes estuvieron Super Dengue, Siboney, Sonorámico, Los Juniors, Pancho “el de Tepito”, Memo “Jefe del Acetato”, Caribbeans y Sonido Estelar.

Fue hasta el 16 de marzo que el Juez Décimo Primero en Materia Administrativa de la Ciudad de México ordenó a la alcaldesa Sandra Cuevas permitir que se realicen los bailes mientras el juicio se resuelve. Una semana después, el 23 de marzo, salió a “reconocer a los Sonideros y declararlos ‘Patrimonio Cultural de la Alcaldía Cuauhtémoc’”.

Para alcaldesa los sonideros a los que le entregó un diploma dejaron de ser “ruidosos” y ahora son “un elemento esencial de cohesión social, que hace comunidad y ayuda a fortalecer los lazos de la colonia, cuadra, calle o pueblo originario”, que merecen ser “incorporados a un programa de trabajo permanente para continuar con nuestra reactivación económica”.

Reconocerlos no es solo darles un diploma

Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura de la CDMX, explicó el 24 de marzo que una declaratoria de patrimonio cultural es un proceso largo que involucra a autoridades y especialistas, y esto solo puede ser declarado por la Jefatura de Gobierno, actualmente al mando de Claudia Sheinbaum.

“El objetivo es justamente hacer un plan de salvaguarda, no nada más dar un diploma, es un plan que promueva y que genere muchas estrategias para que estas tradiciones perduren a lo largo del tiempo”, dijo la funcionaria.

La jefa de Gobierno dijo que los sonideros, que se han acercado a su gobierno, son “una expresión cultural popular que hay que reconocer a través de distintos mecanismos, como invitarlos a que sean parte de programas culturales de la ciudad” y promoverlos como patrimonio cultural, una iniciativa que está en curso desde el año pasado.

Congreso de CDMX propone reconocer a sonideros 

El Congreso de la Ciudad de México solicitó el 26 de marzo de 2023 a la Secretaría de Cultura y a las personas titulares de las 16 alcaldías iniciar acciones necesarias para que los sonideros reciban la declaratoria como Patrimonio Cultural, Natural y Biocultural de la Ciudad de México, así como de expresión inmaterial e intangible de la actividad humana permanente.

Lo anterior debido a que la actividad de los sonideros no está reconocida en la Ley de Fomento Cultural de la Ciudad de México, normativa que regula las acciones de fomento, desarrollo y protección de la diversidad de las expresiones culturales locales.

La diputada priista Mónica Fernández César indicó que no se tiene certeza sobre el origen de los sonideros. Sin embargo, se puede considerar que aparecieron en la vida cultural de algunas alcaldías durante la década de 1940 a 1950, y que reproducían música afroantillana.

“A partir de su creación, estos eventos culturales folclóricos y populares de los barrios han formado parte de la vida de los capitalinos, de manera que se fueron expandiendo, también han introducido diferentes tipos de música y desechado otros con el paso de los años”, indicó Fernández César.

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Pero ¿cumplen con los requisitos?

“Los sonideros son parte del folclor de los barrios de la Ciudad de México”, nos explicó el DJ Israel Ruvalcaba. “Son la esencia para la gente que busca un escaparate para distraerse un rato, para ir a bailar, para disfrutar de la música de la guaracha -género músical originario de Cuba- de la salsa y de la cumbia”.

Ruvalcaba subrayó que “convertirlo en Patrimonio Cultural como se ha hablado me parece absurdo, no hay todavía para considerarlos así”. A decir del DJ no cuentan con los elementos como el Mariachi que sí recibió esta distinción por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO)  en 2011.

El creador de ISAR PRODUCCIONES desde hace casi dos décadas, nos explicó que para declarar a los sonideros como Patrimonio Cultural “éstos tendrían que hacer más contribuciones a la sociedad o dejar un legado cultural”. 

Explicó que son solo un referente en algunos barrios de la Ciudad de México y  por un tiempo fueron prohibidos los ‘toquines’ debido a que en un baile murió un sonidero por una bala perdida, hecho por el cual estas bandas se tuvieron que desplazar a Estados Unidos a trabajar.

Este tipo de show callejero se ha ido transformando, nos cuenta Ruvalcaba, “antes ocupaban las calles para poner a bailar a la gente en su mayoría de clase media-baja en barrios como Tepito o el Peñón de los Baños. Hoy van a bailar a los bares con mucha seguridad y más control”.

Aunque hay un punto destacable de los sonideros, explicó el DJ, “ellos compran su música, se van a Colombia, República Dominicana, Puerto Rico, en esos países donde esta música predomina, eso es lo padre de los sonideros. O su contraparte, Polymarch y el Patrick Miller que también son dos íconos de la música high energy de la década de los 80 ‘s montaban sus escenarios con espectáculos de luces”.

¿Realmente los sonideros deberían ser declarados Patrimonio cultural Inmaterial de la Humanidad?

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