El día que Jesús dejó en ridículo a Andrés

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Andrés, el presidente de México, dijo que no sabía nada. Hubiera sido sano que Jesús, su subalterno y presunto director de comunicación social del gobierno de México, le platicara sus planes.

En la cabecita loca de “Chucho”, como le decimos los cuates, ronda la idea de fusionar los medios públicos en un solo súper organismo de control y propaganda que le piensa entregar a Jenaro Villamil

De hecho, ha comenzado a solicitarle a quien se deje que le ayuden a desincorporar al Instituto Mexicano de la Radio (IMER) de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para podérselo pasar al Sistema Público de Radiodifusión (SPR) que encabeza el buen Jenaro.

La lógica es crear un organismo público que absorba no solo al SPR y al IMER sino a todos los medios públicos (Radio Educación, Canal 22, Canal Once) y a la que alguna vez fuera una agencia de noticias: Notimex.

La tentación de desaparecerlos y fusionarlos en una sola entidad que fuese una especie de BBC a la mexicana no es nueva. En el sexenio de Enrique Peña Nieto era exactamente esa la intención, luego de que crearon al SPR y lo pusieron en manos de Armando Carrillo Lavat

Solo que las autoridades del peñanietismo nunca se decidieron a hacerlo porque implicaba hacer cambios en muchas leyes, lo cual no era fácil con una oposición que existía en ese entonces. Para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no va a ser complejo porque tiene las mayorías necesarias en las Cámaras de Diputados y Senadores. El problema, una vez más, no es si podrán o no. El verdadero reto se encuentra en la forma en que pretenden hacerlo.

Jesús Ramírez, Sanjuana Martínez, John Ackerman -que ahora tiene un programa en Canal Once- y la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval representan no solo la columna más radical, agria y rencorosa de la mal llamada cuarta transformación. 

Son, además, un grupo compacto de cuates que, incrustados en el poder, parecieran estar dispuestos a cualquier cosa con tal de saciar su sed de venganza. Para ellos, antes que construir nada, es importante destruirlo todo. Cualquier resquicio de oposición debe ser aplastado, borrado, eliminado. No importa el costo. 

En Notimex comenzaron y llevan ya unas 130 personas despedidas. Sanjuana ha contratado a sus cuates en puestos de dirección y con plazas de honorarios y no deja de repetirles que va a modificar tanto estructura como tabuladores para poderles pagar más de lo que actualmente ganan. 

Luego, querían ahorcar al IMER, pero se les olvidó el pequeño detalle de avisarle a su jefe, el presidente, quien cuestionado por los recortes que los propios colaboradores de la institución dieron a conocer, intentó justificar (mal) los recortes en medios públicos en su mañanera del 26 de junio para, más tarde, aceptar que no estaba enterado de lo que estaba pasando.

El plan de Jesús era construir sobre las ruinas del IMER y Notimex un nuevo medio estatal. Para ello, tienen que modificar leyes o hacer unas nuevas. Necesitan aliados más allá de sus tertulias y hacer política, algo a lo que no están acostumbrados.

Sin el apoyo de AMLO se toparán con el muro legislativo que les podrían levantar Ricardo Monreal, Martí Batres, Porfirio Muñoz Ledo y Dolores Padierna. Las protestas en redes, por lo pronto, los han frenado. Jesús ya salió a decir que no se tocará al IMER. Pero esa no era su intención.

Una BBC mexicana sigue estando en los planes de Jesús y los suyos. ¿Podrán construirla? Lo sabremos si vemos que siguen destruyendo a los medios públicos.

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