Atajos a la Ley es un acto de corrupción.
“Y ultimadamente si no pasa para el lunes (el nombramiento de director del Fondo de Cultura Económica), entonces va a haber un edicto del presidente nombrándome encargado del despacho, mientras sale la Ley. O sea, sea como sea, se las metimos doblada, camaradas”.
Palabras de Paco Ignacio Taibo II. Pronunciadas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Más allá de la celebrable amplitud de lenguaje que, como buen escritor (y Taibo es de los buenos), debe de tener, lo sorprendente de la declaración es, sin duda, la supina ignorancia que de la Ley, tiene el futuro funcionario público. O sea, independientemente de cómo se la hayan metido a quien sabe quién, el señor don Taibo debería de saber que un presidente no hace edictos. Y menos para nombrar a nadie encargado de despacho de nada.
También debería de saber que encontrarle atajos a la Ley es un acto de corrupción. Si se refiere a eso, entonces sí, admirado Paco, nos la metieron doblada porque nos engañaron: prometieron combatir a todo eso en lo que se han convertido.
Por desgracia, el creador del famoso detective Belascoarán Shayne, no está solo en esta suerte de deformación marxista-priista-maoísta. El ansia de gobernar y de venganza que pareciera alentar a muchos en la Cuarta Transformación ya ha tenido consecuencias funestas en algunos rubros no menores, y eso que aún no comienzan a gobernar.
Por ejemplo, cuando el ejemplar senador Ricardo Monreal se lanzó de manera más que ocurrente en contra de las comisiones bancarias tumbó la Bolsa Mexicana de Valores. Las muy heterodoxas consultas de Morena sobre temas de alta inversión y gasto público, tienen al dólar con un ascenso constante y permanente y a medios y analistas internacionales con las dos cejas levantadas.
Pero como la lógica de esta rancia autodenominada izquierda mexicana pareciera ser la de un permanente: “Lucha, lucha no pares de luchar” y, como los frentes de la ilegalidad (de Taibo), la alegalidad (las consultas) y la economía no parecieran ser suficientes, decidieron abrirse una nueva batalla, esta, contra los gobernadores.
Y para eso, la Cuarta Transformación contó con la firme contribución de un personaje pintoresco, el senador Félix Salgado Macedonio, quien lo mismo graba videoclips rodeados de mujeres, que salta a la fama mundial por dar torpes golpes a policías de la capital.
Este hombre, que cuando fue alcalde de Acapulco vio pasar frente a sus narices a la mayor ola de invasión del crimen organizado en ese puerto, se atrevió a amenazar a los gobernadores con desaparecer los poderes en los estados que se opongan a los súper delegados del gobierno federal.
Obviamente, la reacción de los gobernadores de oposición, encabezados por Enrique Alfaro, de Jalisco, no se hizo esperar y han provocado el primer momento de tensión entre ellos y el presidente de facto, Andrés Manuel López Obrador.
Un animal político como lo es el tabasqueño, no deberá tener problemas para sortear su primer crisis con los mandatarios estatales. Además, ha demostrado habilidad para intentar, al menos intentar, calmar a los mercados ante el desatino de su coordinador de senadores. Y, por lo visto, Taibo está dentro de sus consentidos. El problema es, finalmente, que todo esto ha ocurrido antes de comenzar de manera legal su gobierno. Y, por la personalidad de muchos de sus compañeros de viaje. Su personalidad y su evidentemente iracunda sed de venganza, no serán los últimos incendios que deba de apagar. ¿Tendrá suficiente agua?