Carta abierta a Elena Poniatowska

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¿Qué es realmente lo que les molesta?

Querida Elena:

Recuerdo cuando te conocí. Me recibiste en tu casa para una entrevista y, mientras conversábamos, cosías sobre una falda blanca unos cartones con la leyenda: “AMLO, estoy contigo”, que usaste poco después, el 24 de abril de 2005, en la marcha contra el desafuero. Me contaste que unos días antes el jefe de gobierno había tocado a tu puerta y tú tardaste en abrirle porque habías puesto un timbre de pajaritos y te confundías con los nueve canarios que tenías en casa. Te pidió que te sumaras al grupo de personalidades que se oponían al desafuero, el intento del presidente Fox de sacarlo de la contienda presidencial de 2006: “No sé decir que no, ante una injusticia de tal magnitud, uno tiene la obligación moral de participar”.

Te escribo esta carta porque ahora, 14 años después, te atacan nuevamente por tus convicciones y tu apoyo a López Obrador. En ese entonces era en spots de televisión; ahora en tuits y otras redes sociales. Te critican porque tu nombre —el documento se refería en realidad a la Fundación Elena Poniatowska— apareció como beneficiaria de cinco millones de pesos del presupuesto para cultura. ¡Un dinero que ni tú ni la fundación recibieron! Antes de continuar con esto, quisiera poner algunas cosas en perspectiva.

Eres la autora más importante de México (y me refiero a escritoras y escritores). Eres nuestra Kapuscinski y nuestra Alexievich: elevaste el periodismo a la altura del arte. Tu Noche de Tlatelolco se convirtió en un modelo de reportaje coral. Fuiste la pionera en mirar algunos de los grandes temas del país: los desaparecidos de la guerra sucia y la lucha de las madres por encontrarlos, por ejemplo; tú pusiste el oído en las palabras de las trabajadoras domésticas, de los colonos paracaidistas (me fascina No den las gracias, la historia de la colonia Rubén Jaramillo). Tus entrevistas con Todo México abarcan varios tomos. Escribiste perfiles imprescindibles de artistas mexicanas (Las siete cabritas). La novela y la biografía novelada crecieron con tu pluma: Tina Modotti, Demetrio Vallejo, Guillermo Haro, Guadalupe Marín… Libros para niños, novelas epistolares, cuentos, poemas y artículos periodísticos: una ambición balzaciana con la agudeza de una gran periodista. Has construido una de las obras más sólidas del siglo XX mexicano.

No comparto tu entusiasmo respecto del actual gobierno (pienso que la “cuarta transformación” sólo está en el discurso). Pero sí sé que tus relaciones con el poder —en éste y otros sexenios— han sido transparentes. Nunca has ejercido un cacicazgo cultural ni has pedido nada para ti.

Por eso ahora creen haber encontrado un acto de corrupción. Pues no: ese dinero no llegará nunca a la Fundación que lleva tu nombre, justo porque López Obrador ha prohibido transferir apoyos a organizaciones de la sociedad civil. Y pienso: esos cinco millones habrían estado bien gastados en la Fundación que, entre otras cosas, resguarda tu archivo y biblioteca; una fundación que es también un centro cultural en un barrio popular de la capital. Pero ni hablar.

Para mí que las críticas a tu militancia obradorista son misoginia simple y llana. Les molesta que seas mujer, de izquierda y que digas lo que piensas. Tu obra está mucho más allá de eso, pero a mí esas tres cosas me encantan.

Gracias por tanto,

Emiliano

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