Cartilla Moral Mata Dragón

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¿Cuál es la intención del documento?

En 1944 Alfonso Reyes redactó la Cartilla Moral por encargo del Presidente de la República. Se buscaba que Reyes transformara la doctrina cristiana en mandamientos laicos. Evoca la batalla de san Jorge contra el dragón, siendo Jorge el creyente, su caballo blanco la Iglesia y el dragón simbolizando la idolatría, la tentación y Satanás.

En la propia Cartilla, Reyes proclamaba que “La moral de los pueblos civilizados está toda contenida en el Cristianismo. El creyente hereda, pues, con su religión, una moral ya hecha. Pero el bien no sólo es obligatorio para el creyente, sino para todos los hombres en general.” La Cartilla Moral contiene conceptos-clave como creyente,  civilización, Cristianismo, moral, ética, el bien, el mal y el Hombre. Atraviesan el texto, reforzados por 10 mandamientos “laicos”, evocando los bíblicos Diez Mandamientos de Moisés.

A pesar de que Reyes profesaba una concepción ética positivista como filósofo, subyace en toda la Cartilla Moral un anti positivismo al haber traducido la moral cristiana a un texto didáctico confesionalmente laico.

Era un encargo oficialista para provecho ideológico del régimen. Tenía la intención de confirmar la preeminencia del Estado en la sociedad mexicana de la época. Representaba la cereza en el pastel del estatismo sobre todas las opiniones y sectores sociales de una sociedad emergiendo de la Segunda Guerra Mundial. El Estado y su partido dominaban la economía, la política social, la exterior, la electoral y, ahora, la ideológica. La Cartilla Moral era la obra laico-cristiana que confirmaba el pensamiento absolutista del Estado mexicano.

Con el tiempo, su orientación anti positivista ha perdido vigencia. No es fácilmente adaptable a una sociedad abierta, liberal, laica y género-consciente, ni a una que es cultural-, social- y  éticamente diversa. Expresaba la visión de una sociedad fundida en la unicidad, cuando todos debían coincidir en hábitos, ideas, tradiciones, valores y donde la diversidad apestaba o, peor, resultaba inexplicable.

Nunca menciona la palabra “mujer” (presumiblemente enterado de su existencia), ni las familias diversas, sexualidades de múltiples ímpetus, bases morales distintas, éticas con fundamentos en otras culturas y latitudes. Esto devela, finalmente, su intencionalidad última: reforzar, con tesis que evocan una religión, el poder parroquial único e incuestionable del Estado sobre la sociedad. Es el fundamento para una sociedad que castiga lo distinto en el ser y pensar.          

Los “mandamientos” de la Cartilla Moral son: 1. La ética, basada en el cristianismo, 2. La moral,  distinguiendo “el bien del mal”, 3. La individualidad del ser humano, 4. La familia y sus relaciones, “sólo perturbado por caso excepcional”, 5. La vida social cercana, “para dar trato gentil”, 6. La sociedad organizada en Estado o gobierno, 7. La Patria o Nación, subsumiendo las individualidades, 8. Los mandamientos que organizan esa “comunidad de hombres”, 9. La fuerza moral que une a la sociedad, y 10. La relación de los hombres con la naturaleza animal y vegetal.

Promover hoy en día la Cartilla Moral revela cómo se pretende gobernar al país. Impondrá una concepción existencial única, del más bajo denominador común, para  poder gobernar como partido único, pensando en 1944 y emulando a san Jorge contra el dragón.

@rpascoep

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