Cuando Cuarón chiflaba como fan en Cannes

Compartir:

- Advertisement -

Así nació la leyenda de los “Tres amigos”

¿Se imaginan a Alfonso Cuarón y a Alejandro González Iñárritu chiflándole y echándole porras a otro director mexicano? Pues exactamente eso pasó en el Festival de Cine de Cannes, antes de que estos dos realizadores (junto con Guillermo del Toro) arrasaran con los premios Oscar a Mejor Director. Fue en 2007, en el 60 aniversario de la fiesta de cine más importante del mundo.

Cannes es un pequeño puerto en la llamada Costa Azul francesa. A unos pocos kilómetros de Mónaco, las aguas del Mediterráneo bañan sus playas pedregosas milenarias. Ahí, en ese pueblo francés han nacido todo tipo de leyendas, incluída, la de los ahora famosos “Tres amigos” del cine “mexicano”.

Cannes fue ocupado por primera vez por un pueblo conocido como Ligur, por allá del segundo siglo antes de Cristo. Es decir, Roma se estaba levantando cuando los ligures ya tenían casitas y barquitos en la Costa Azul.

De entonces a la fecha, Cannes ha sido lo mismo zona de batallas históricas, ocupada por los romanos, que centro religioso, asentamiento francés independiente y, claro, lugar de leyendas. Ahí, en Cannes, en una islita conocida como Íle Saint-Marguerite (Isla Santa Margarita), estuvo preso un noble francés de identidad desconocida, ya que fue apresado con una máscara de hierro. Su historia dio origen al libro del mismo nombre del famoso escritor francés Alejandro Dumas.

Ahí, también en Cannes, han nacido incontables leyendas del mundo del cine, gracias a su Festival, que data de 1946 y se creó en contraposición al muy politizado y fascista (entonces) Festival de Cine de Venecia.

Todos, absolutamente todos los grandes de la cinematografía mundial han desfilado sus mejores galas por la alfombra roja del famoso “Palais” del Festival, construido originalmente en 1947 y sustituido por el actual en 1983. Lo mismo Ingmar Bergman que Roberto Rosselini, Federico Fellini, Akira Kurosawa o Luis Buñuel. Ahí, Silvia Pinal, la diva mexicana, paseó del brazo del legendario director español al que se le había negado la Palma de Oro y que la consiguió gracias a “Viridiana”, cinta producida con dinero del entonces esposo de doña Silvia.

Pero allá, en Cannes, inició también la leyenda de esos tres mexicanos que han acaparado el Oscar a Mejor Director en los últimos años y que, con el triunfo de este domingo 24 de febrero de Cuarón en esa categoría, confirmaron su dominio en Hollywood.

Era el año 2007 y este reportero aguardaba a las afueras de la sala de conferencias de prensa del Gran Palacio del Festival a que saliera Carlos Reygadas, mexicano que triunfaba con su aburridísima “Luz Silenciosa”, cuando se escucharon los chiflidos típicos de cualquier estadio de futbol mexicano. Eran Cuarón y “El Negro” vitoreando a su compatriota.

Ambos echaron a andar y se alejaron de la multitud. El reportero los persiguió sin éxito. Alejandro se negó a ser entrevistado por un periodista mexicano: “Vamos a una entrevista con medios extranjeros”, me dijo ante la mirada apenada de Cuarón.

Las leyendas comenzaban a divinizarse. Unos días después platiqué con Guillermo del Toro, quien iba en calidad de productor de una maravillosa cinta española llamada “El Orfanato”.

Del ToroCuarón y “El Negro” habían sido sensación ese año por sus nominaciones al Oscar. El primero por “El Laberinto del Fauno” (incluída la categoría de Mejor Película Extranjera), el segundo, por su participación en “Los Niños del Hombre” y González Iñárritu por “Babel” (que se llevó la estatuilla a Mejor Edición de Sonido). Tres meses después de la entrega del Oscar -que fue en febrero de 2007- y sin ninguna película suya participando en Cannes, “Los tres amigos” se adueñaron de La Croisette (la avenida principal, una especie de Costera mediterránea), en Cannes, junto con Gael García Bernal, que debutaba como director en la Semana de la Crítica, paralela al Festival, con su ópera prima, “Déficit”.

Para acompañar a Gael en el cine Miramar, a un costado de La Croisette, estaban: González Iñárritu, Cuarón, Del Toro, Diego Luna y todo el contingente nacional que viajó a la Costa Azul francesa para convertir al 60 Festival de Cine de Cannes en el más mexicano de la historia.

La clave de ese primer gran éxito de la nueva generación de cineastas locales a nivel mundial era simple: Se unieron para apoyarse entre todos (la lista de los amigos incluye a Emmanuel Lubeski, el fotógrafo de cine que ha sido reconocido tres veces con el Oscar a Mejor Fotografía por “Gravity”, de Cuarón; “Birdman” y “The Revenant”, de González Iñárritu), se fueron de México para trabajar en proyectos internacionales y decidieron competir en los mejores y más disputados mercados de cine. Siempre unidos.

En aquella entrevista que este reportero le pudo hacer a Del Toro, él explicó que todos ellos se apoyaban, leían sus guiones, platicaban sus proyectos, se producían unos a otros, se conseguían financiamientos o proyectos. Juntos, unidos.

El domingo 24 de febrero, los “Tres amigos” rompieron su estereotipo, el que les permitió triunfar en el cine internacional. La fórmula no fue más dirigir o producir o editar o fotografiar una película esencialmente de Hollywood.

Cuarón recibió el Oscar a Mejor Director de manos de Guillermo del Toro, su socio y amigo, mientras que, seguramente, Diego Luna, Gael García, Alejandro González Iñárritu y Emmanuel Lubeski aplaudían y chiflaban a su compañero porque consiguió el Oscar con una película mexicana, hablada en español y mixteco, en blanco y negro.

Ayer, por fin, el cine mexicano triunfó.

Y la leyenda que inició en Cannes se consolidó.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.