Hombres contra el machismo, ¿cómo hacerle?

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Que la violencia machista es un fenómeno global es algo que han demostrado los movimientos como #MeToo y #Time’sUp, que iniciaron en Estados Unidos pero que han tenido eco en todo el mundo. En Brasil #MiPrimerAsedio y en México #MiPrimerAcoso denunciaron que el acoso y la violencia que sufrimos las mujeres ocurre desde niñas, y que está tan normalizada que en ocasiones ni siquiera nos damos cuenta que lo que nos sucedió es acoso o que las bromas y los comentarios incurren en la pedofilia.

La normalización de estas violencias machistas deben de condenarse socialmente, y debe de condenarse por la sociedad en su conjunto, por las personas. Si bien en los últimos tiempos las mujeres nos hemos unido en movimientos para alzar la voz, no podemos cegarnos de las dificultades que aún persisten para realizar la denuncia sin que se acuse a las víctimas de exagerar, de confundir un piropo con una conducta que agrede, porque es así, las mujeres somos “unas exageradas” cuando pedimos igualdad.

Hace algunas semanas decía Trump que es un momento atemorizante para los hombres porque los pueden acusar de algo que podrían no haber hecho. Se olvidan que los grupos que no estamos en el privilegio hemos vivido con ese miedo permanente.

Decir que no, no siempre es fácil o posible, incluso a veces ni siquiera es posible reconocer una agresión cuando las asimetrías de poder y el privilegio que históricamente han tenido los hombres sobre las mujeres están tan arraigadas y son tan persistentes.

Denunciar desde el privilegio tampoco es fácil, pero en ocasiones es más visible y más potente. Hace unos días, la actriz estadounidense Ellen Pompeo, protagonista de la serie que lleva una década en la televisión Grey’s Anatomy, decía que faltaban protagonistas afroamericanos en los elencos, y que era responsabilidad de las y los actores blancos señalar la falta de diversidad en Hollywood.

Por ello es importante que denuncien la violencia junto a nosotras, otros hombres, los que no son así y que muchas veces también se ven sometidos al acoso o la burla justo porque no les hace gracia el chiste o porque no celebran la exhibición de la masculinidad tóxica de algunos. Es momento de que los hombres desde el privilegio, condenen las violencias machistas que ven en su entorno, las que les comentan otros hombres para que les celebren o apoyen.

Los acosadores generalmente atacan a quienes son o perciben como vulnerables y es momento de que se les enfrenten quienes sí les importan, quienes consideran como iguales.

En la masculinidad tóxica características y comportamientos – que tenemos todos los seres humanos – que se relacionan con lo femenino – como la sensibilidad, la dulzura, el diálogo, la creatividad, el miedo-  se les desprecia, mientras que se exaltan las que se consideran masculinas: la agresión, la valentía, la lógica, la violencia. Pero resulta que hay hombres que tampoco quieren ser considerados así y que tampoco queremos que los niños su única opción sea ser feroces o estar enojados.

Es momento para los hombres de reinventarse y de mostrar las muchas masculinidades que existen, las muchas maneras de ser hombres y para saber lo que se quiere, lo primero generalmente es reconocer lo que no se quiere: una masculinidad incapaz de sentir empatía y que inspire miedo.

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