La comunicación de la 4T

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¿Los mismos errores que Fox, FCH y EPN?

Hay un denominador común entre los expresidentes Peña NietoCalderón y Fox: sus estrategias de comunicación fueron desastrosas o, al menos, en lo que toca a comunicar lo que hicieron bien.

Aunque, también, fallaron en momentos críticos.

Conozco de cerca a funcionarios y funcionarias profesionales, honestas, leales y trabajadoras que dejaron la vida en las tres administraciones. El problema no eran ellos o ellas. Era la estrategia, la crisis de los medios tradicionales, el crecimiento de Internet, la variedad y variación de las audiencias. Y algunas muy malas decisiones.

Por ejemplo, en la administración Peña Nieto, muchos altos mandos en el área de comunicación social y similares, eran personas que no entendían ni cómo funcionaban sus teléfonos móviles.

Aún así, tuvieron momentos de política de comunicación exitosos. Ahí están la visita del Papa, las capturas del Chapo Guzmán, el posicionamiento de la marca México en el extranjero o, más recientemente, la crisis del agua de finales del año pasado.

Con un presidente ya muy disminuido y un presidente electo francamente avasallador, en la Comisión Nacional del Agua se las ingeniaron para colocar en la agenda mediática el desabasto que enfrentaría el Valle de México ante la inminente reparación a la que sería sometido un tramo del sistema de distribución de agua Cutzamala.

La comunicación preventiva consiguió que la “crisis” del agua no lo fuera.

El tema viene al caso ante el fenómeno de desabasto de gasolina provocada por la estrategia de combate al llamado “huachicoleo”. Si bien, desde hace días que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se iniciaría un combate frontal al robo de combustibles, no fue sino hasta esta semana, de regreso a clases, que las noticias de largas filas en las gasolineras se convirtieron en noticia, primero en estados como Guanajuato, Jalisco, Querétaro o Puebla y, luego, en la Ciudad de México.

La voz cantante en todo este tiempo la ha tenido el presidente. Es una decisión personalísima de él. Sus conferencias mañaneras marcan la agenda del día. Ante lo que pueda decir el primer mandatario, poco importan los comunicados de otras dependencias o los comentarios de cualquiera de sus colaboradores.

Dado que, seguramente para no alertar a los ladrones de gasolina, el gobierno no informó su estrategia, tampoco permitió que la población se preparara. El resultado: caos en las calles y tormenta de memes y expertos en seguridad antihuachicol en las redes y los medios.

Todo esto se pudo evitar con una clara y contundente estrategia de comunicación. Para ello, el presidente necesitaría contar a su lado con estrategas de comunicación. Pero no los tiene. No es lo mismo dirigir un panfleto militante que encabezar la comunicación de una nación.

La “crisis” del desabasto de gasolina pasará, pero vendrán otras. Así es el gobierno. ¿Estará preparado AMLO para enfrentarlas?

El fracaso de los comunicadores y estrategas de Fox, Calderón y Peña Nieto marcaron, sin duda, a sus administraciones. ¿Marcará también al nuevo gobierno? Habremos de esperar a las encuestas de popularidad presidencial pero, por lo pronto, no se ve nada halagador el panorama para López Obrador.

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