La guerra contra la cultura: piensa, gracias

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Sanjuana Martínez, desde que asumió la dirección de Notimex, ha dado incontables notas – tanto para la risa como para la preocupación. En ellas, nos ha enseñado la forma en que una empresa del Estado puede usarse tanto para la promoción personal como para el impulso de un proyecto político-ideológico.

Siempre será inolvidable cuando se autoentrevistó, o cuando avergonzó al buen Jenaro Villamil con una nota (publicada en español, inglés y francés) en que él asegura que ella es una periodista genial.  Y nada como el episodio del Think thanks (Ebrard dixit), creativamente interpretado como “piensa, gracias”.

La última joya que nos entrega Notimex es un video de seis minutos que no tiene desperdicio. Pensado, editado y organizado para desprestigiar a otro ente del Estado mexicano – el FONCA -, el video nos muestra la cara más oscura de la manipulación de la información por parte de un gobierno.

La base de la “pieza noticiosa” fue que la senadora Jesusa Rodríguez reprochó que artistas que reciban becas del gobierno, y les llamó a buscar patrocinios privados.

Así, el video comienza con una entrevista al sociólogo Tomás Ejea, que ya instala la demonización de la institución: la creó Carlos Salinas para cooptar a la comunidad artística. Bien sabemos que si lo hizo Salinas, es siniestro (miren nomás a Emiliano).

El mismo Ejea ya salió en redes sociales protestando por cómo se editó su participación, y en particular que se dejó fuera su aseveración de que, si bien se debe reestructurar el Fondo, no debería desaparecer.  

Después, el video presenta a Manuel Hernández, periodista de Notimex, explicando los problemas que encontró en su sesuda investigación. En otras palabras: la fuente de Notimex es… Notimex.

La denuncia principal es que hay autores y artistas que han recibido la beca varias veces, permitiéndoles vivir de ellas. Se exhiben nombres de sospechosos: Alberto Ruy Sánchez, Elsa Cross, Alberto Castro Leñero y Yolanda Andrade, entre varias otras personas que nuestro presidente podría llamar “la burocracia dorada”.

Este asalto de la agencia del Estado al FONCA es parte de toda una visión de la actual administración. “Nunca se ha apoyado tanto a la cultura como ahora, en mi concepción de cultura”, dijo recientemente el presidente, ya que la cultura es “lo que tiene que ver con los pueblos”.  López Obrador se refería a los pueblos originarios, y si bien no especificó a qué apoyo se refería, podemos suponer a que son sus programas sociales como “Sembrando vida”.

Resulta especialmente irónica la situación, ya que el mundo de la cultura y las artes se volcó masivamente en apoyo a Morena.  Ahora deben mirar con cierta incredulidad el desprecio del presidente a las artes – a la ciencia también, pero ese es todo otro capítulo.

Tal es su desazón que han viralizado el hashtag #YtuQueHicisteConElFonca, que es una pequeña pero interesante ventana a todo lo que se ha creado gracias a estos apoyos: decenas de novelas, cuentos, poemas; películas, documentales; piezas musicales y, por supuesto, artes plásticas.  

¿Todo lo que producen los becarios es bueno? Naturalmente no. ¿Todas las personas que reciben el dinero se esfuerzan? Imposible. Pero el desprecio a la cultura, vista como esa cosa elitista, cosmopolita, esencialmente lejana de la gente, nos habla de una profunda pobreza intelectual.

Son los gobiernos – y los pueblos – que apoyan y promueven a sus creadores artísticos los que contribuyen al desarrollo profundo de sus naciones. El arte y la cultura son una inversión, no un gasto; son una herramienta de desarrollo, no un dispendio. Sin duda que la cultura debería estar más al alcance de todos los sectores sociales, pero ese no es el plan.  El plan es castigar al mundo artístico por recurrir a los fondos públicos.

¿Qué pasará si, como sugiere Jesusa, que solo los privados financien la cultura? Pues tendremos una producción artística apegada a las visiones empresariales, beneficiando principalmente a quienes les sean cercanos y no trasgredan sus valores.  Una cultura, ahora sí, de y para ricos.

A Notimex, y a quienes aún insisten en que la cultura es un gasto y no una inversión, no queda más que repetirles el clásico: piensa, gracias.

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