Emilio Lozoya llegó a México porque le dijeron que aquí están los mejores hospitales
Esta semana vimos a un López Obrador comiendo en un reconocido restaurante vacío, solo para él, pero con la intención de que despierte nuevamente la economía.
Así que los engranes para dejar la pandemia atrás están en movimiento.
Los números no los respaldan, pero los engranes siguen girando.
Y sus giras por el país continúan.
Por lo menos, pareciera que en algunas zonas quieren ir por el camino correcto.
Mientras que, en otras, ya se ven desesperados.
En fin, la culpa es del ejercicio.
Llegó Emilio Lozoya a México.
Pero no fue a la cárcel porque se sentía malito.
Decían que era una debilidad general, pobrecito.
Eso sí, se veía bastante desmejorado.
Un video circuló en redes, un grupo armado presumiendo su músculo.
Y esta vez no era un virtual.
El oso de la semana fue de la Secretaría de Cultura de la CDMX (capital de la cultura de América) quien confundió la foto de Victoriano Huerta con la de Francisco I. Madero.
Y se aferró a su error y dio maromas de alto nivel.
Siendo precisamente eso, lo que los define y no el error mismo.
Siguiendo con los recortes absurdos, ahora le tocó a Inmujeres, con un 75%.
Y en los resultados, se nota.
Bueno, aquí les dejo un video de G.I. Epigmenio.
