País de lectores

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Promover la lectura…sale más barato

Buena parte de la polémica que genera Paco Ignacio Taibo II se debe a su gran entusiasmo. Basta observarlo en los puestos de la Brigada Para Leer en Libertad, describiendo los libros que regala o casi regala, para darse cuenta de que para él la lectura es una pasión, y quiere compartir esa pasión con el mundo. El Fondo de Cultura Económica tiene ahora la misión de promover la lectura, y, si es por entusiasmo, Taibo es la persona indicada para dirigirlo.

Buena parte de la estrategia está dirigida a vender libros a bajo precio. Esta medida puede ser fantástica para los lectores. Pero quienes tienen el hábito de la lectura por placer saben que existen numerosas formas de obtener libros gratis y en forma legal de manera digital.

El FCE podría aprovechar esta experiencia. Alrededor de dos terceras partes de la población cuenta con acceso a internet, y el mayor crecimiento se ha dado entre los grupos de menores ingresos. Llama la atención que una persona tan enfocada en vender libros baratos no esté considerando las posibilidades de las nuevas tecnologías.

Pero los beneficiarios serían las personas que ya son lectoras. Taibo haría bien en separar el tema del precio de los libros del problema de formar personas con el hábito de la lectura, un asunto más complicado. Supongamos que se regalara la biografía que escribió Taibo sobre el Che Guevara. Es un libro serio, muy bien documentado y de lectura muy amena. Pero un primer obstáculo para enterarse de todo esto está en sus más de 900 páginas. No es poca cosa formar una mentalidad para la que esto no es realmente un problema.

O piénsese en cualquiera de las novelas de Chandler protagonizadas por el detective Marlowe. El deleite no está en cómo se resuelve el crimen. Se requiere criterio para prestar menos atención a la trama y centrarse en lo importante: el ingenio de Marlowe y, especialmente, la solidez de los principios que lo guían en ambientes en los que la moral convencional es poco útil. Pero la formación de ese criterio es un proceso que no se verifica en cuanto se vende El largo adiós al precio de 10 pesos.

Hasta donde se sabe el hábito de la lectura se crea normalmente en el hogar, y los lectores suelen ser hijos de lectores. Si usted siendo un menor tenía libros alrededor, observaba a sus padres leyendo para matar el tiempo y, además, estos le leían a usted cuando aún no podía hacerlo por sí mismo, entonces es altamente probable que, el día de hoy, usted sea parte de la minoría que considera que leer es divertido.

El hogar es el primer y más eficaz Club de Lectores, y una política de fomento a la lectura podría centrarse en formar estos clubes donde no los hay. El presidente ya usa sus conferencias para pedir a padres y madres que corrijan a sus hijos criminales. ¿No podría decirles, de la misma forma, que les lean unos 10 o 15 minutos antes de dormir? Si no el presidente, los maestros del país podrían pedirles a los padres que hagan esto por sus hijos, incluso a los padres que les produzca pereza (especialmente, en realidad). Sería una política de bajo costo y con mucho rendimiento, muy al gusto de la actual administración.

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