Por más contradicciones

Compartir:

- Advertisement -

Siempre fui de la creencia de que el ser humano es contradictorio por naturaleza, pero no debería ser incoherente. La contradicción viene de nuestra complejidad por los miles de factores que nos hacen ser quienes somos. Aquí podemos hablar de crianza, zodiaco, religión, experiencias, traumas, cultura y todo lo que juzgues importante para que seas como eres. La incoherencia, por otro lado, aparece cuando lo que sentimos, pensamos, decimos y, finalmente, hacemos, no se rige por una misma visión.

Puede que estas dos palabras parezcan lo mismo, pero no entender las contradicciones de nuestra naturaleza es justamente lo que nos torna rígidos y poco genuinos.  

Explico mejor:

Por la necesidad de pertenecer a un determinado grupo – sea familia, trabajo o político –  empezamos a adaptarnos a su manera. Y hasta ahí está bien, porque queremos ser aceptados y somos seres permeables, que influencian y son influenciados, pero cuando forzamos nuestra identidad para encajar en un grupo, empezamos a perder nuestras aristas y los detalles que nos hacen tan propios.

Eso aparece cuando tenemos tanto susto de ir contracorriente en relación a nuestros pares, que nos alejamos del pensamiento crítico. Aceptamos las verdades y causas de “nuestro grupo” como propias, perdiendo la empatía, la posibilidad de debate, el intercambio de visiones y la humildad para decir: “creo que ahora pienso distinto”.

Es ahí que viene lo terrible: la incoherencia. Porque para mantener al mundo conforme con nosotros y poniéndonos like, dejamos de hacer lo que verdaderamente sentimos y pasamos a solidificar a tal punto nuestra visión que somos esclavos de lo que el mundo espera de nosotros. Es así que el mundo se llena de extremos y extremistas.  ¿Y nosotros? Uff, es agotador estar a la altura de nuestro discurso tan políticamente correcto, que finalmente, es sólo discurso. Y nuestros actos – tanto más importantes – pasan a segundo plano.

Así, que termino esta columna con un pedido: cuando no sepas qué camino tomar, escucha a tu instinto y hazle caso. Vive tus contradicciones sin miedo de parecer loca, porque traicionarnos a nosotras mismas es lo que nos debilita el espíritu. Ah, y si en este camino que decidas seguir, no haya mucha gente – o likes –  ve tranquila y con pasos largos.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.