Y tras aprobación de Guardia Nacional ¿qué?

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Por Daniel Vázquez

Lo que sucedió en el Senado es una buena noticia. Podemos analizar el contenido de la reforma distinguiendo lo que quedó en el cuerpo de la constitución y lo que se regula en transitorios.

En el cuerpo de la constitución, desapareció la Secretaría de la Defensa Nacional de las actividades de seguridad pública. Ya no hay un mando mixto, el mando y el ADN de la Guardia Nacional es civil. La Secretaría de Seguridad Pública se encarga de la planeación, reclutamiento, adiestramiento, jerarquía y adscripción de los integrantes de la Guardia Nacional. Vaya, lo único que vemos es la creación de una nueva policía, para lo cual ni siquiera era necesario hacer una reforma constitucional.

En transitorios, la historia es otra. En el segundo transitorio se establece la transmisión de militares y marinos para la integración inicial de la Guardia Nacional. En el artículo quinto transitorio se faculta al presidente para disponer de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública. Y el sexto transitorio permite que la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina establezcan la estructura jerárquica, el régimen de disciplina, de cumplimiento de responsabilidades, tareas y servicios, así como las reglas de ingreso, educación, capacitación, profesionalización, ascensos y prestaciones de la Guardia Nacional en los primeros cinco años de existencia de la Guardia.

En conclusión, conservamos el mando civil de la seguridad pública en el cuerpo constitucional; pero en los transitorios cedimos el proceso de militarización –tanto de los militares ya desplegados como de la Guardia Nacional- por cinco años. ¿Malas noticias? No necesariamente. El país ya está militarizado, los casi 300 mil muertos ya están, lo mismo que los 40 mil nacionales desaparecidos, y un número indeterminado de migrantes desaparecidos que no es menor de 80 mil. Vaya, al menos ya sabemos que parte de esta historia de terror terminará en 5 años: la militarización del país.

Hay algunas otras cosas que es importante comenzar a hacer para contribuir a la construcción de paz y para llegar con todo listo a ese 2024, cuando el ejército regresará a sus cuarteles:

  • Es necesario contar un Plan Nacional Anticrimen donde se establezca como prioridad el combate a las redes de macrocriminalidad y la estrategia para hacerlo. Una red de macrocriminalidad está conformada por estructuras financieras, políticas y criminales; este tipo de redes gobiernan hoy amplias regiones del país. En la medida que la clase política forma parte de esas redes, hay una demanda explícita de impunidad que inhabilita por completo los sistemas de justicia. Vaya, el 99% de impunidad que México sufre no es casualidad. Si estas redes de macrocriminalidad no se desmantelan, no habrá paz, y difícilmente podrán regresar los militares a sus cuarteles.
  • El artículo séptimo transitorio del dictamen aprobado por el Senado establece la obligación de generar un diagnóstico y un programa para el fortalecimiento del estado de fuerza y capacidades institucionales de los cuerpos policiales estatales y municipales. Hay que leer esta obligación de la mano del Plan Nacional Anticrimen, para fortalecer a esos cuerpos policiales, es necesario que los gobiernos locales no sean parte de las redes de macrocriminalidad, de lo contrario, la profesionalización y fortalecimiento policiaco será imposible o se irá a la basura.
  • Finamente, será necesario contar con un plan de retiro progresivo de los militares de las calles. Si bien el artículo quinto transitorio otorga cinco años para que esto suceda, esto no quiere decir que todos los militares regresarán a sus cuarteles al mismo tiempo y hasta terminar el plazo. Por el contrario, es importante que bien pronto se tenga un plan que esté relacionado con el desmantelamiento de las redes de macrocriminalidad y la profesionalización y fortalecimiento de los cuerpos locales de policía. Ahí donde no haya redes de macrocriminalidad gobernando, y exista un sistema de seguridad y justicia funcional, la presencia de los militares es innecesaria.

Plan nacional anticrimen, Diagnóstico y Programa de profesionalización y fortalecimiento de policías locales, y Plan de retiro progresivo de los militares; ahí las tareas pendientes para los próximos meses… ¡salvo que la Cámara de Diputados diga otra cosa! 

Daniel Vázquez es profesor del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

@LDVazquezV

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