Han pasado apenas 48 horas de que murieron Martha Érika Alonso, la gobernadora de Puebla y su esposo, el exgobernador de ese estado y senador, Rafael Moreno Valle. En estos dos días, las autoridades federales han llegado ya a conclusiones, los actores políticos reparten culpas y apuran justificaciones y los ciudadanos, unos, reclaman justicia; otros, defienden de quién sabe qué a la administración morenista.
¿Por qué a los mexicanos nos convencen más las teorías de la conspiración que las investigaciones gubernamentales? La falta de confianza en las instituciones ha llegado en México a niveles críticos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) elaboró un estudio en el que encontró que los mexicanos simplemente no creen en su gobierno ni en el sistema de justicia.
Quizá por eso, las reacciones de los líderes de este país hayan sido tan atropelladas. El presidente López Obrador fue el primero en dar a conocer la información del accidente en el que perdieron la vida los panistas de Puebla. También fue de los primeros en hacer públicas sus condolencias. De manera clara, se comprometió a investigar con imparcialidad y dar a conocer toda la verdad que arroje la investigación.
Como respuesta, en redes sociales se le comenzó a acusar de asesino. El ‘hashtag’ #AMLOasesino se convirtió en tendencia desde el mismo 24 de diciembre y se mantuvo como tal durante buena parte del día siguiente.
En Puebla, en los funerales de la joven pareja el día 25 de diciembre (junto con el colaborador del senador, Héctor Baltazar, y los pilotos del helicóptero Roberto Coppel y Marco Antonio Tavera), la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien tenía una relación de amistad con los padres del senador Moreno Valle, fue recibida con gritos que la llamaban asesina.
Ese mismo día, se dio a conocer que una investigación de la Secretaría de Marina Armada de México (que encabezó el propio almirante secretario) concluyó que no se habían encontrado explosivos. Pero en redes sociales circulaban videos y fotos falsas o de otros momentos y países donde se daba a entender que los panistas habían sido víctimas de un atentado.
También en redes comenzaron a propagarse acusaciones en contra del Estado mexicano. “Nadie me quita de la cabeza que fueron los malditos de Morena de Puebla”. Como les pasó a Enrique Peña Nieto con la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y a Felipe Calderón con los muertos que cubrieron el territorio nacional a consecuencia de su guerra contra el narco, los opositores de AMLO señalan al Estado mexicano como responsable por el incidente aéreo.
Se sabe que no había indicios de explosivos en el helicóptero. Que ese tipo específico de aeronave, el Augusta, ha causado la muerte de 13 personas, en ocho accidentes, en los últimos 11 años. Que la investigación tardará al menos un año pero que todo apunta a que se trató de una falla mecánica, según dijo el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú.
En el ámbito político, el encargado del despacho del gobierno de Puebla es el secretario General de Gobierno, Jesús Rodríguez Almeida (quien fuera secretario de Seguridad Pública del DF en el gobierno de Miguel Ángel Mancera) y que el congreso del estado, de mayoría de Morena, deberá nombrar a un gobernador interino, en lo que se convoca a nuevas elecciones estatales. ¿Nombrará a un panista o será un morenista quien conduzca el gobierno mientras se desarrollan las nuevas elecciones?
El estudio de la OCDE es contundente: sólo 26% de los mexicanos confía en el gobierno, y en el sistema de justicia, únicamente el 32% de la población. Con eso deberá trabajar la administración de Andrés Manuel López Obrador, quien demasiado pronto se enfrenta a lo que puede representar su primer gran reto de credibilidad.
¿Logrará AMLO convencer con su investigación? ¿La muerte de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle serán su Ayotzinapa… su “cuántos más, Calderón”? ¿Tiene el equipo del presidente la experiencia para conducir con éxito una investigación que puede despertar a la oposición al lopezobradorismo? La cuenta regresiva ha comenzado. En un año, sabremos de qué está hecha la Cuarta Transformación.
